Jordi Beltran: «En cuestión de fuegos artificiales, San Sebastián es la Champions»
La pirotecnia, desde un punto de vista profesional
Vino a la Concha para descubrir pirotecnias que programar en Cataluña y este año ha regresado como jurado del concurso de fuegos artificiales. El tarraconense ... Jordi Bertrán, gestor cultural y experto en patrimonio inmaterial, nos aporta una mirada exterior hacia nuestros fuegos artificiales y nuestra Aste Nagusia.
– ¿El Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de San Sebastián realmente tiene prestigio fuera de aquí?
– Sin duda. Es el más antiguo del Estado español y solo por sus años tiene una proyección muy importante. Además de su evidente dimensión de fiesta tiene otros dos aspectos, más profesionales, que tener en cuenta.Uno, su dimensión de festival. No se trata de ver siete u ocho exhibiciones similares sino de mostrar la variedad de los fuegos artificiales que hay en el mundo. En eso el concurso de San Sebastián es un verdadero festival. Y hay otra dimensión, más desconocida, que es la de feria. Los organizadores de eventos vienen como a un mercado. Yo fui programador del concurso de Tarragona durante 18 años y me escapaba a ver pirotecnias aquí. A lo largo de los años a San Sebastián ha venido lo mejor del mundo. El libro de Rafael Aguirre sobre la historia del concurso ha sido una biblia para todos los programadores de fuegos.
– Nunca ha sido una feria formal, pero ¿hay movimiento?
– Creo que el mundo de los fuegos no está preparado para tener una feria formal, pero si quieres descubrir cosas diferentes tienes que ir a sitios donde puedas verlas. Y tradicionalmente y también en este momento ese sitio es San Sebastián, que es el concurso de referencia. Si no llega a ser por el esfuerzo que hace San Sebastián, y también Bilbao, no podríamos ver estas novedades, esta variedad de empresas.
– Observamos con respeto y hasta aplaudimos. ¿Somos peculiares?
– Hay sitios donde a la gente le cuesta reaccionar. Y sí, aplaudir no es habitual. Aquí el público es agradecido, lo que no quiere decir que no sea exigente, que en la Concha ha habido excelentes acogidas pero también fracasos sonados. Me parece muy saludable que haya un premio del público, además de un jurado que reúne diversos criterios.
– ¿El gusto donostiarra es muy valenciano?
– Los fuegos valencianos, con su ruido, gustan en todos los sitios. En cambio, un efecto muy vasco, que se hace y gusta aquí pero apenas en otras partes, es el de los relámpagos imitando una tormenta.
«Aplaudir los fuegos no es habitual. Aquí el publico es agradecido, pero exigente»
– El marco de la bahía engrandece unas colecciones que no lucen igual en otros espacios.
– Como estampa, es magnífica. Nos recuerda que históricamente los fuegos artificiales eran lanzados en lugares muy emblemáticos. Hay un momento en que los expulsamos al extrarradio en muchas ciudades. No aquí, afortunadamente. Es cierto que la proximidad a edificios limita el calibre, pero hoy en día se comprueba que sin calibres excepcionalmente grandes se hacen espectáculos fantásticos.
– Puede parecer que las colecciones no han evolucionado mucho en las últimas décadas. ¿Es así?
– Hay que tener en cuenta que en cuestión de fuegos artificiales San Sebastián siempre ha sido la Champions. Cuando te acostumbras a lo bueno, cuesta más superarlo. Quizás aparentemente no haya habido tantos cambios, pero en el aspecto tecnológico ha habido muchísimos. Con los ordenadores ha habido una revolución tecnológica y, por tanto, en seguridad. La digitalización ha permitido efectos de secuencias y formas que se abren en abanico, antes impensables.
– Es curiosa la pirotecnia, tan efímera, que gasta dinero en algo que desaparece rápidamente.
– Pero es lo más barato de las fiestas. Si comparáramos los cachés de Sagüés con lo que cuestan los fuegos nos llevaríamos sorpresas. Los fuegos artificiales son el espectáculo más popular en cualquier fiesta y tienen un atractivo muy especial, mágico. Es un espectáculo tan antiguo y tan actual, un patrimonio inmaterial muy interiorizado, algo que llevamos en nuestro ADN.
– ¿Qué sensación produce aterrizar en la Semana Grande y que le digamos que la que sentimos como fiesta es la de enero?
– San Sebastián no es una excepción. Hay otras ciudades, como Sevilla con la Semana Santa y la Feria de Abril, con dos fiestas que conviven y despiertan distintas emociones. Hay que tener en cuenta que la Semana Grande es en pleno auge turístico, con muchos espectadores que no son de la población. Creo que es de valorar que pasees por la ciudad, veas tan buen ambiente en la calle y te encuentres con gente vibrando con actos sencillos como el concierto de una banda de música en el Boulevard y una actuación de bailes folklóricos en la plaza de la Constitución. Esa conexión no pasa en otros sitios.
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