Continúan en el puente festivo los trabajos para restaurar y fortalecer el paseo de Ondarreta
Las mareas vivas se han cebado con el muro de la costa donostiarra en el último mes, obligando a retrasar los trabajos de reposición del tramo
El trasiego de la maquinaria pesada no para este puente festivo en la playa de Ondarreta, donde los operarios trabajan a destajo para restaurar y ... fortalecer uno de los paseos más transitados de Donostia y que en el último mes ha sucumbido a los embates del Cantábrico y ha quedado partido en dos. Y es que las mareas vivas no conocen ni Puentes de la Constitución ni días festivos: si hace casi un mes el mar se tragó una de las dos escaleras de acceso a la playa de Ondarreta y provocó daños en el muro que sostiene el paseo, en los últimos días ha vuelto a hacer de las suyas, partiendo en dos el paseo tras romper la solera y llevarse parte del murete que separa la acera y los jardines. Dos semanas después, las obras que buscaban reconstruir la parte dañada del paseo está más golpeada que antes.
No es la primera vez que el mar se ceba con el paseo de Oncdarreta. Así, la precaria situación estaba detectada hace tiempo y el Ayuntamiento encargó un proyecto el año pasado que ahora va a tener que ejecutar a no más tardar con un coste de 2,5 millones de euros, porque la seguridad del paseo está en entredicho. El Concejal de Mantenimiento Urbano, Carlos García, señaló este viernes que «mi preocupación ya no es llegar a cumplir el plazo de ejecución, sino que los destrozos no vayan a más y alcancen los jardines». Las obras de reposición del muro de la costa tenían previsto cambiar solo una parte de la solera del paseo, sin llegar al murete que delimita con los jardines. Pero el viernes el mar obligó a cambiar los planes municipales.
En este pulso que enfrenta a las mareas vivas y el paseo de Ondarreta, parece que esta última tiene las de perder. Pero ante la inminante necesidad de sacar a flote los trabajos de obra, los operarios no cuentan ni con un día de descanso en este puente de la Constitución. Y aunque parece que las mareas vivas han comenzado a remitir, el mar no perdona y se han tomado medidas para proteger el material y no retrasar, de nuevo, dichas obras.
Alguna ha resultado tan curiosa que se ha convertido en la 'atracción' en boca de todos los guipuzcoanos que aprovecharon la jornada festiva de ayer para pasear por el litoral donostiarra: dos excavadoras descansando sobre un montículo de arena, para evitar que sean golpeadas por las olas. Por ahora, el mar da un respiro, pero los operarios no descansan.
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