«La ciencia es parte de la sociedad. Divulguémosla. Y que la gente pregunte»

– ¿Dónde encontraremos ese super artículo tuyo sobre ese protocolo, proyecto de código abierto y red entre iguales que se utiliza como criptomoneda, sistema de pago y mercancía?​

– En mi web, andergalisteo.com. Ese y otros muchos porque creo que la divulgación de la ciencia y la tecnología es un deber que los tecnólogos, los científicos tenemos para con la sociedad. De la que formamos parte. Es la gente, son nuestros conciudadanos los que con sus impuestos sufragan nuestras investigaciones, nuestro trabajo, nuestros descubrimientos. El artículo sobre el bitcoin y el blockchain lo publiqué en zientzia.eus. En euskera. Se titula 'Pintxo pote kontuak, blockchaina eta bitcoina'.

– Hermoso tu compromiso para divulgar y popularizar tantos asuntos científicos y tecnológicos, pero qué responsabilidad, ¿no? ¿Cómo hacerlo bien?

– Soy también un defensor nato, casi un fanático, de juntar, de aunar diferentes áreas de la tecnología, de la ciencia, de las artes. Reunir gente, gente muy distinta. Por eso estoy entusiasmado con el proyecto de Nova Talent, donde nos encontraremos más de cien personas de distintos campos de investigación y acción. Creo, por ejemplo, que si tu universo es el de la biomedicina no puedes ni debes desgajarla de la inteligencia artificial. Creo que nunca se divulga mejor que cuando para hacerlo se juntan alguien que sabe de ciencia y alguien que conoce las maneras de la comunicación.

– Porque claro, popularizar vuestros saberes no debería llevar implícito que haya que reducirlos a una especie de cuento, algo demasiado obvio y simple.

– Efectivamente. El tecnólogo ha de buscar la manera de sintetizar y simplificar la materia, el tema que quiere compartir con la sociedad pero manteniendo la calidad, la importancia y la verdad contenidas en esa investigación, en ese descubrimiento.

– La verdad... Eso que tantos creen única e inmutable. Por eso les turba tanto, por ejemplo, que ayer se diga una cosa sobre el Covid y mañana otra. Querrían que la ciencia lo supiera ya todo. Para siempre.

– Pero es imposible. Siempre lo ha sido y lo será. Y que sea imposible es buena señal. Implica que avanzamos en la investigación. Durante mucho tiempo los tres postulados del modelo atómico de Bohr, que explicaba cómo los electrones pueden tener órbitas estables alrededor del núcleo y avanzaba sobre el anterior modelo, el de Rutherford, estuvieron vigentes. Fueron la verdad sobre el átomo. Verdad que el mismo Bohr cuestionaría años más tarde.

– Hay científicos que se quejan de que aún sea el modelo usado para explicar el átomo en clase.

– Claro, porque la visión moderna del átomo se rige en realidad por las leyes de la mecánica cuántica que te obligan a imaginar el electrón de forma deslocalizada.

– He leído en Sinc, una plataforma multimedia de comunicación científica, que sería como una nube de probabilidad alrededor del núcleo atómico.

– La investigación continúa. Piensa en lo que está pasando en la física: los estudios sobre las ondas gravitacionales avanzan más y más porque se utilizan nuevas herramientas de medición, herramientas que hasta ahora no existían. Hasta anteayer no había manera de medirlas, hoy los más recientes premios Nobel se han otorgado a gente que trabaja en ello. La ciencia no miente nunca, pero dice lo que es verdad a día de hoy. No al de mañana. Y eso es así en las mascarillas y en los sistemas embebidos. En el internet de las cosas. En las vacunas. Me asombra el conspiranoico que afirma que las agencias paraestatales introducen chips en las vacunas. Yo trabajo con chips. Ninguno es tan nano nano nano como para poder introducirlo en el ARN mensajero modificado o entre el ALC-0315, el ALC-0159 y los fosfatos y cloruros.... Los terraplanistas tienen su gracia; los negacionistas, no.

– Llamamos embebidos (compactos) a pequeños ordenadores como el smartwatch, el taxímetro o el sistema que controla nuestro gasto de luz y permite que no entre un operario en casa a leernos el contador. No me extraña que para ti, internet sea...

–... El mayor invento de la humanidad.

– ¿Más que descubrir el fuego o imaginar la rueda?

– Diría que sí. Por la velocidad con que ha cambiado el mundo, las comunicaciones, nuestras relaciones. Pero si queréis saber más, confrontad, preguntad. Tenéis derecho a hacerlo. Y nosotros, el deber (y el placer) de divulgar lo que gracias a la sociedad, a la que pertenecemos, sabemos hoy y buscamos para saber mañana.