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GAIZKA LASA
Jueves, 12 de octubre 2017
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Primero fue la expectación y luego, una vez que la curiosidad hizo su labor, la divulgación de una buena causa. El catamarán 'Energy Observer' fondeó este jueves en el puerto de Donostia para exhibir, de entrada, un buque espectacular en cuanto a aspecto y contribuir después a la sensibilización sobre el uso de energías renovables como antídoto al cambio climático. La festividad de El Pilar y el buen tiempo propiciaron que la entrada del catamarán al muelle fuera recibida por numeroso público, con el día ya empezando a languidecer, a eso de las 20.00 horas, dos horas más tarde de lo inicialmente previsto.
La embarcación que desde este jueves hace las delicias de los aficionados de la navegación en el muelle donostiarra -permanecerá amarrado hasta el sábado- es el primer barco autónomo alimentado por energías renovables, sin emisiones de gases de efecto invernadero y sin partículas finas. Se trata del primer catamarán del mundo impulsado por hidrógeno y, tal y como se aprecia en su cubierta, viene equipado con paneles solares -un 25% más eficientes que los paneles convencionales-, además de tener motores que funcionan a base de energía eólica. Utiliza una vela que cumple un doble propósito: ayuda en la navegación y también genera energía. Ésta será utilizada en viajes largos y cuando el viento lo aconseje. Y claro, como proyecto pionero, de lo que trata es que otros emprendedores con inquietudes medioambientales tomen su ejemplo y sigan su camino.
Llega a la costa guipuzcoana de la mano del Museo Naval, que ha inaugurado esta semana una exposición sobre Juan Sebastián Elcano y, como el marino getariarra, se propone dar la vuelta al mundo, esta vez para concienciar a ciudadanos, empresas e instituciones de los cinco continentes de que un planeta más sostenible es posible a través de las innovaciones tecnológicas aplicadas, en este caso, a medios de transporte.
Su aerodinámica deportiva delata que fue un barco de competición antes de reorientar su misión hacia fines más nobles. Tiene 30 metros de eslora y 12 de manga, dimensión que no generó problemas en la maniobra de entrada al puerto donostiarra. El catamarán fue desarrollado en colaboración con ingenieros de CEA-Liten -instituto de investigación francés que tiene como centro de atención las energías renovables- y botado en abril de 2017. El desafío de los arquitectos, ingenieros y navegantes -cuatro tripulantes van a bordo- es «aspirar a la autonomía gracias a la mezcla energética y a la producción descarbonizada de hidrógeno a partir del agua de mar», según señalan desde el Museo Naval.
El de Donostia es uno de los 101 puertos que desde julio, cuando partió de París, y hasta el año 2022 visitará a lo largo de 50 países. Durante su viaje mantendrá encuentros con startups de todo el mundo que tienen como objetivo proteger el planeta a través de la innovación. Su itinerario para lo que resta de 2017 incluye la costa francesa, visitando, por ejemplo, el proyecto de construcción del mayor parque de energía solar de Europa en Burdeos o un centro de energía marina renovable en Nantes.
El objetivo del capitán Victorien Erussard y el documentalista francés Jerome Delafosse será crear una colección de documentales, en colaboración con medios franceses e internacionales. Una serie que a buen seguro servirá de material para la educación medioambiental.
30 metros Es la dimensión de la eslora del catamarán, de 12 metros de manga, que ha sido reconvertido en un buque de hidrógeno tras ser un barco de competición.
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