Un ascensor de 30 metros acercará el Topo a Aiete

La fuerte inversión que supone soterrar la línea de Euskotren a su paso por el centro de la ciudad y eliminar el fondo de saco que se producía en la plaza Easo proporcionará no solo beneficios en las posibilidades de transporte de la ciudadanía sino también mejoras en la urbanización de los entornos de las bocas de acceso al Topo. En Easo especialmente, dado que desaparecerá la playa de vías actual con lo que se liberarán 21.000 m2 de espacios ferroviarios que ganará la ciudad para diferentes usos, hoy analizados en un grupo de trabajo por Gobierno Vasco y Ayuntamiento.

La nueva estación del metro en Easo tendrá tres bocas de acceso: una en el paseo de Errondo, otra en la calle Autonomía y otra en la calle de La Salud. Los vecinos de Aiete y los de la parte alta de Amara Viejo se quedaban muy alejados de estos puntos para aprovechar las virtualidades de la nueva infraestructura ferroviaria. El Ayuntamiento presentó en 2015 alegaciones al estudio informativo del proyecto del tramo Lugaritz-Easo del Metro Donostialdea para solicitar una solución que acercase la línea ferroviaria a los vecinos de estas zonas y Euskal Trenbide Sarea (ETS) finalmente las ha aceptado y ha encargado una propuesta.

El proyecto constructivo ya está redactado y lo que plantea es unir la nueva estación soterrada de Euskotren desde La Salud a San Roque mediante un ascensor único y una larga pasarela. Esta infraestructura se podrá utilizar tanto por los usuarios del Metro como por los vecinos que quieren ir de Amara Viejo a Aiete y viceversa. «Suponiendo una velocidad de marcha del peatón de 1,4 m/s (5 km/h), y una velocidad del ascensor de 1,60 m/s (según indica el proyecto de instalaciones), el tiempo de recorrido desde San Roke 48 hasta el cañón del Metro se estima en 73 segundos», según indica la memoria del proyecto.

Los redactores de esta solución constructiva han tratado de que el elevador afectase «mínimamente» a la ladera y plantean «una estructura en pórtico». El aspecto que tendrá el ascensor será el de un codo o alcayata invertida. «La estructura se comporta como una viga continua de dos vanos, girados 90 grados», lo que aportará «rigidez a la flexión».

Los dos lados de la estructura porticada, la columna vertical o pila y la pasarela o dintel, tienen 27,5 metros de altura y 57,5 metros de longitud. La sección de esta estructura formada por dos cilindros que interseccionan es «un cajón unicelular circular de doble casco»: el exterior tiene 6 metros de diámetro y el interior 5 metros. «La forma del pórtico es compacta, lo que ayuda a dar seguridad a los usuarios, dada la altura del mismo». En el tubo del ascensor se practican unos alveolos para «desmaterializar en parte la estructura» y permitir así disfrutar de las vistas panorámicas que ofrecerá la obra.

El diseño apuesta por la «simplicidad y expresividad» de la estructura, con la adopción de una sección de «contornos suaves en su zona superior» para lograr una mejor integración de la obra con el entorno. Desde el punto de vista funcional, el proyecto presta especial atención a «minimizar el número de elementos para economizar la obra y asegurar una buena durabilidad de la misma sin grandes operaciones de mantenimiento». Dicho de otra manera, el ascensor y la pasarela tienen una forma lo suficientemente «rotunda» como para «prescindir de elementos ostentosos e innecesarios».

Los dos tubos cilíndricos que conforman el ascensor son seccionados por cuatro planos que dan lugar a unas «alas elípticas», tanto en la pila donde discurre el elevador como en la pasarela, que permiten a los pasajeros contemplar el exterior. La conexión del ascensor con la calle San Roque se realiza en una ligera pendiente del 2%. La pasarela entronca con esta calle mediante «un estribo de hormigón armado de planta de directriz circular», donde previsiblemente se colocará una estación de bicicletas (aunque no exactamente en el lugar donde aparece en las infografías que acompañan este reportaje). Aunque no figura en la memoria, se colocará un sistema de cámaras para dotar de seguridad a los usuarios. La estructura se cimenta en la calle de La Salud mediante «una zapata rectangular con una abertura circular que permite el paso del ascensor a través suyo».

Según explica la memoria, el ascensor permitirá que 11.202 vecinos (6.191 mujeres y 5.011 hombres) estén a menos de 10 minutos andando del acceso al metro, entre ellos 2.110 residentes en Aiete.