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Las torres, vistas desde el paseo de Francia FOTOTEKA KUTXA

Las torres Arbide, una arquitectura trasladada

Edificios donostiarras ·

Únicamente los donostiarras que pasamos de los 50 años podemos recordar estos singulares edificios en su ubicación original del paseo de los Fueros, antes de que se los llevaran a Miramón

LOLA HORCAJO y J. J. FDEZ. BEOBIDE

Lunes, 6 de diciembre 2021, 07:27

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En 1888, Georgina Barrié, baronesa viuda de Satrústegui, adquirió el solar de 848 metros cuadrados comprendido entre el paseo de los Fueros y las calles Etxaide y San Marcial. En este terreno triangular construyó, en 1903, tres edificios de peculiar estilo. Se trataba de dos chalets neogóticos, rematados en sus esquinas por sendas torres con gárgolas, pináculos y ventanas ojivales. Bellas decoraciones vegetales daban la impronta del estilo modernista entonces en boga. El tercer edificio, de líneas más austeras, tenía tres plantas y cerraba la manzana por el lado de Etxaide, dejando entre ellos un patio abierto.

Un palacio neogótico

Era la construcción privada más singular que se realizaba, al estilo de los edificios religiosos, neogóticos, que en ese momento se levantaban en la ciudad, como la iglesia del Buen Pastor.

Se desconoce su autoría, pero sus características guardan gran similitud con los proyectos del famoso arquitecto de Barcelona Enric Sagnier, ciudad con la que los Satrústegui tenían estrecha vinculación, al ser la sede operativa de la Compañía Trasatlántica, de la que eran socios principales.

Los datos

  • 1900-1903. Construcción en paseo de los Fueros 3 y 4.

  • Tres edificios de estilo neogótico con decoraciones modernistas. Primera propietaria, Georgina Barrié, baronesa de Satrústegui.

  • 1905-1972. Residencia de la Familia Arbide-Zubelzu. Fueron derruidas y se reconstruyeron en Miramón por la Caja de Ahorros Municipal en 1979.

Una construcción tan especial tendría por objeto convertirse en residencia familiar. Sin embargo, optaron por veranear en su torre de Igeldo y vendieron los edificios en 1905.

La familia Arbide-Zubelzu

María Rosa Zubelzu y José María Arbide, casados en Irun en 1859, eran baserritarras, propietarios del caserío Bordatxiki y tuvieron once hijos. José Antonio Zubelzu, hermano de Rosa, había emigrado a América donde hizo una gran fortuna en Rosario (Argentina). Desde allí ayudó a su familia, que gracias a ello pasó a vivir en el casco de Irun y pudo dar estudios a sus hijos varones. Al fallecer el hermano indiano, legó sus bienes a sus hermanas Pascuala, Josefa y Rosa.

Postal coloreada de 1903. Las torres, entre la calle Etxaide y el paseo de los Fueros. KMK

En 1905, la familia Arbide-Zubelzu compraron las torres del paseo de los Fueros. En una de ellas viviría María Rosa, ya viuda con su hija Prudencia, y en la otra su hijo José Cruz con su mujer Eugenia Allende y sus cinco hijos, José María, Olegario, Eduardo, Miguel y Javier.

Los Arbide Allende fueron muy conocidos en la ciudad. Eduardo fue un famoso futbolista de la Real Sociedad en los años 20, llegando a jugar con la selección española. Olegario fue tenista y federativo de hockey-hierba, además de abogado. José María, también abogado, fue vocal de las Cajas de Ahorro, y Javier, de profesión dentista, fue concejal y teniente de alcalde en la década de los años 50, desarrollando gran actividad en muchas de las comisiones municipales. En los bajos del edificio de la calle Etxaide estuvieron entre otros establecimientos, la zapatería de Pedro Mutuberria y la tienda de antigüedades de Gonzalo Manso de Zúñiga.

Prudencia, la benefactora

Prudencia Arbide Zubelzu (1865-1960) fue una persona muy notable en Irun, su ciudad natal. Preocupada por la educación femenina, que su generación y en particular ella no habían recibido, procuró mejorarla. Para ello, llevó la Compañía de María a Irun, costeando el magnífico colegio de El Pilar, que se inauguró en 1927. En 1936 sufrió el incendio provocado por los milicianos al abandonar la ciudad al comienzo de la Guerra Civil. Prudencia volvería a hacerse cargo de su reconstrucción, abriendo el nuevo colegio en 1942. Una calle de Irun lleva su nombre en reconocimiento de su labor.

Las torres de Arbide, reconstruidas en Miramón.

A punto de desaparecer

Eugenia Allende fue la última moradora de las torres, falleciendo en 1971. Al año siguiente, los hermanos Arbide-Allende vendieron la propiedad a la Sociedad Inmobiliaria Jaureche SA, que levantó el edificio actual.

Estando a punto de desaparecer las emblemáticas torres y ante las protestas de muchos ciudadanos, fue la Caja de Ahorros Municipal, entonces dirigida por Nicolás Lasarte, la que decidió su salvaguarda y las trasladó a Miramón, según proyecto del arquitecto Luis Jesús Arizmendi. Para ello, hizo numerar las piedras sillares, jambas, dinteles, balcones y demás elementos de piedra labrada, sumando un total de 6.300 piezas, con un peso de 2.000 toneladas.

El 11 de octubre de 1979, año en que la CAM celebraba su centenario, se inauguraron las instalaciones, ocupando una de las torres la Sociedad Aranzadi y la otra la propia Caja de Ahorros. Actualmente es la Fundación Kutxa la que las ocupa.

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