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Anjel Irastorza, que fue director de Turismo de la Diputación de Gipuzkoa, impulsa ahora la asociación Vinyana en Gipuzkoa. ::
Vinyana, para 'vivir el morir'

Vinyana, para 'vivir el morir'

Ofrecen hoy en la ONCE la conferencia 'El acompañamiento espiritual en el proceso de morir'

CRISTINA TURRAU

Viernes, 27 de enero 2017, 06:43

Anjel Irastorza, el que fuera director de Turismo de Diputación, es la cara de la asociación Vinyana en Donostia. El objetivo de la misma es atender los aspectos espirituales en el proceso de morir. La asociación está radicada en la localidad de Girona, pero busca hacerse un hueco en Donostia y en Gipuzkoa. Para darse a conocer, ofrecen hoy una charla en el salón de actos de la ONCE y un curso durante el fin de semana en la Escuela de Magisterio. «Después de un largo tiempo dedicado a la gestión pública y a la vida laboral en la empresa, encontré que tenía que reinventar mi orientación profesional», explica Irastorza. «Desarrollé el concepto de acompañamiento, algo que para mí no era familiar, porque venía del mundo directivo. Lo empecé a enfocar hacia equipos y organizaciones, hacia el trabajo eficiente. Paralelamente a esto, en mi proceso de cambio aparece una enfermedad crónica en mi vida, la diabetes, que me reafirma en la necesidad de encontrar un sentido más profundo a la existencia. Es una enfermedad que tiene tratamiento pero hay que aceptarla y asumirla. Me planteo cómo quiero utilizar el tiempo que me queda por vivir».

Observa que «cuando te pones en marcha, van apareciendo las cosas». «Coincidió que fui a visitar a un antiguo profesor mío de Tai Chi, que conocía desde hacía muchos años, Tew Bunnag. Fui a visitarle a su casa en Girona. Me dijo que estaba a punto de comenzar un proyecto en el que quería concentrar el conocimiento adquirido años atrás en el acompañamiento a personas a morir. Le había tocado acompañar a niños enfermos de sida en Bangkok».

Pautas de la Secpal

El proyecto Vinyana reúne, entre otras personas, a profesionales sanitarios que han trabajado en ciudados paliativos y otras especialidades vinculadas al proceso de morir. «Constituimos un grupo inicial para desarrollar unas pautas de formación, siguiendo las indicaciones de la Secpal, Sociedad Española de Cuidados Paliativos», explica Anjel Irastorza. «La formación que ofrecemos busca desarrollar capacidades en personas que, bien por su ámbito profesional, están en contacto con el proceso del morir; bien desean hacer un acompañamiento en el entorno familiar; bien son voluntarios de asociaciones o, simplemente, quieren cultivar y preparar su propio proceso».

Actualmente cuentan con 50 socios, fundamentalmente de Cataluña, Levante y Baleares. Buscan ahora desarrollar un núcleo en Donostia y Gipuzkoa. «Estamos tejiendo alianzas y buscamos personas interesadas en esta cuestión, que encuentren en nuestro método algo asumible para ellos. El nuestro es un acompañamiento espiritual secular, no vinculado a ninguna religión. Es una cuestión que históricamente ha estado asumida por las organizaciones religiosas y que ahora se está abriendo a otros ámbitos».

La charla

  • Vinyana en Donostia

  • Hoy, de 19 a 20 30 horas, en el salón de actos de la ONCE (Etxaide, 14), con entrada libre. 'Vinyana, un modelo de acompañamiento espiritual secular para el proceso de morir', a cargo de Tew Bunnang y Vicente Arráez.

Considera que hay una tendencia social a ocultar o tapar el hecho de la muerte. «El sentido profundo de la vida pasa por la aceptación de la propia finitud», dice Irastorza. «Pero tendemos a procastinar, a dejarlo para más adelante, porque no es tan fácil asomarse a esta realidad».

¿Qué aporta el no procastinar en esta cuestión? «Relativiza las prioridades y objetivos. No hay una fórmula universal. Lo importante es ir a lo esencial, a lo que realmente queremos desarrollar en el tiempo de vida que tenemos, que no es más que un crédito que en algún momento tenemos que devolver. A veces nos puede ayudar a prescindir de cosas que parecían importantes, pero que con una nueva mirada parecen más vanales o menos esenciales». En opinión de este miembro de Vinyana, la vida concebida como crédito «lleva a valorar más las relaciones que la consecución de objetivos materiales».

En esta asociación se habla de 'vivir el morir'. ¿En qué consiste? «Por un lado, no lo sabemos, porque no hemos pasado por ahí, pero tenemos el legado de otros. Y lo que cuenta la gente del proceso de antes de morir, nos sirve de base para entenderlo y así acompañar mejor a otras personas. Aunque también nos puede servir a nosotros mismos. Una de las necesidades que más expresan las personas en el proceso de morir es el estar en paz con las personas y con la propia vida. Ayuda el saber que tu vida ha servido y ha sido útil. Estas cosas son importantes para irse en paz».

En la conferencia de hoy se dará a conocer la asociación Vinyana y, además de Tew Bunnang participará Vicente Arráez, un médico que ha trabajado más de 30 años en la UCI del Hospitalde Elche, donde fue coordinador de la Unidad de Transplantes y ahora está jubilado. «Comparte nuestra filosofía y aporta un conocimiento muy profundo de la cuestión desde el punto de vista médico», dice Irastorza.

También es miembro de la asociación el médico Enric Benito, miembro de la Secpal, o la doctora Asunción Cortés, ambos docentes de la asociación. «Formamos personas para acompañar, pero también formamos a formadores».

Tew Bunnang, impulsor de la asociación, lleva trabajando muchos años con personas vinculadas al mundo de los ciudados paliativos. «Hemos formado a profesionales de la sanidad. Nos dicen que les hemos ayudado a mejorar la calidad del acompañamiento que ofrecen, pero también que les hemos ayudado en su vida personal y su manera de mantener el bienestar».

Voluntarios y familias

Hay cursos para voluntarios y miembros de la familia. «Cuando toca ayudar a un miembro de la propia familia a veces hay un sentido de impotencia o de falta de conocimiento y la gente se encuentra frenada por la situación», explica Bunnang. «Antes, cuando la gente moría en casa, había un lenguaje, unas experiencias compartidas pero hoy ese lenguaje se ha ido perdiendo. Parte de nuestro trabajo es demostrar que hay cosas que hacer, cosas que pueden aliviar el proceso y ayudar a la persona que muere. Y no son tan complicadas».

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