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Desde el bule

Miramar sin envolver

Ana Vozmediano

Miércoles, 28 de septiembre 2016, 06:37

Durante este verano que acaba de terminar todavía era posible ver a estudiantes de música en el Palacio de Miramar. Sus violas y clarinetes se ... mezclaban con el variopinto alumnado de los Cursos de Verano y con sus profesores, y el lugar, una vez más y a poco que luciera el sol, volvía a ser mágico en esas mañanas estivales. Los músicos no volverán, tienen ahora acomodo en el enorme edificio que se les ha habilitado en Ibaeta, junto al resto de los universitarios y la inmensa mayoría de las puertas del palacio han quedado cerradas. No más nervios en los pasillos ante las audiciones, no más charlas, no más partituras y el Palacio de Miramar se queda sin el uso más intensivo que tenía. En esta ciudad en la que importa más conservar que utilizar, (lo decía mi compañero Munguía desde esta misma columna) empieza a dar miedo cuánto se tardará en tomar decisiones para que esta belleza de palacete no quede como un mero edificio de adorno y sin uso. Solo recordar ese envoltorio de plástico sucio que rodea el Bellas Artes pone los pelos de punta. Lo que ocurre es que en este caso la responsabilidad es de las instituciones y no de una empresa privada y el palacio de Miramar ha demostrado lo bien que cumple como centro docente o, incluso, como recinto festivo. Vamos, que nadie planteará, se supone, que vuelva a ser residencia real. Una pregunta tonta... ¿Era necesario eliminar cualquier enseñanza musical del edificio?

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