Amigas ratas

Ana Vozmediano

Miércoles, 14 de septiembre 2016, 06:33

Elena vive en Madrid desde que la situación laboral del periodismo vasco la empujó a hacer la maleta y trasladarse a unos cuantos kilómetros al ... sur, eso sí, en la mejor compañía. No es raro verla pasear por las calles donostiarras a las que se acerca cuando puede para visitar a su familia y a sus amigos. Su ruta le lleva a Amara Berri, el barrio de su infancia, la última vez convertida en un safari de avistamiento de ratas que le dejó un poco perpleja. La presencia de estos roedores no está mal para despertar del sueño del paraíso después de una mañana de playa en la Bahía esplendorosa de un San Sebastián más que de moda. Las ratas, en Amara, tienen buen tamaño, son una demostración de lo hermosos que se crían estos animales en algunas ciudades o al menos en algunos barrios. Es mejor no hacer el cálculo, pero si se tiene en cuenta que la más idílica de las ciudades contaría con dos ratas por habitante, está claro que a Donostia le corresponde alguna más a cada uno de los 182.000 vecinos que la habitan. Vamos, que la colonia de las bien alimentadas amigas ratas es numerosa. Puede que no haya soluciones radicales para exterminar a estos animales urbanos, feos y poco salubres, pero no parece tan difícil tomarse en serio disminuir la población en algunas zonas sin que haga falta consultar a los exterminadores más expertos del mundo.

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