La ría del Nervión frena a San Juan y certifica que el domingo es un día sagrado en Zumaia

La máxima expresión de las desigualdades que emanan del campo de Portugalete quedó reflejada ayer en la Bandera EuskoTren. Bastaron dos largos, ir y volver, para comprobar que el Nervión es un tobogán que te premia o te castiga del mismo modo en función del punto en el que te pille el paso.

Y cuando parecía que San Juan se encontraba en el último tramo del descenso hacia la bandera, la ría se empinó hasta convertirse en un muro contra el que se estampó la Batelerak en el último suspiro de la regata, cuando Zumaia venía sin cadenas.

Con el Nervión descargando agua a hora y media de la bajamar, nada más darse el banderazo inicial San Juan fue un cohete por una calle dos donde la corriente empujaba fuerte. Por la tres, pareció que Orio se centró más en mantener a raya a Zumaia en la cuatro, en lugar de apurar toda la riada que iba por babor.

Hibaika intentó aprovechar cada gota de corriente que le caía a la calle uno. San Juan vibró con su remada y con siete segundos sobre Zumaia se plantó en la baliza exterior. En plena maniobra, la corriente arrastró a la trainera, que en lugar de una ciaboga dibujó una rotonda en la que la bandera derrapó en seco.

Los apenas dos segundos perdidos evitaron que la Batelerak pudiera cruzarse delante de Hibaika en busca de la protección de la calle uno, para evitar la corriente en contra. A 500 metros de la meta, San Juan aún disponía de 3 segundos sobre la Madalen y de casi siete sobre la Telmo Deun. Orio había descabalgado ya al chocar contra el Nervión.

Sin embargo, casi bajo el puente colgante se enganchó San Juan, y Zumaia agachó la cabeza al cobijo de la calle 4 para en apenas minuto y medio dar la vuelta a la regata al impulso de: June Aranbarri, Olatz Agirregabiria, Desireé Iglesias, Ioana Alijostes, Irati Larrañaga, Miren Salvador (babor), Amaia Uranga, Oihana Erkizia, Ainitze Illarramendi, Itsaso Aramendi, Laura Jaramillo, Vicky Piñeiro (estribor), Libana Taboada (proel) y Nagore Osoro de patrona. Su técnico, Kike Manterola, admitió que «hemos sufrido mucho la corriente», hasta que esta puso la Telmo Deun cuesta abajo para demostrar que los domingos son sagrados para Zumaia, de nuevo líder.