Punto final a una gran temporada

Los sanjuandarras brindaron la noche del pasado sábado un merecido homenaje a sus remeros, los que tantos buenos momentos les han hecho pasar estos últimos meses. El festejo permitió revivirlos y además, poner punto final a una espléndida temporada que coloca el listón muy alto, sobre todo, en el caso de las bateleras.

Las chicas, junto a algunos de sus compañeros del club Pasaia Donibane Koxtape Arraun Elkartea, se dieron cita pocos minutos después de las seis de la tarde en el barrio de Meipi, para iniciar una kalejira con todas las banderas que se han adjudicado durante el verano. Éstas superaban en número a las deportistas, por lo que hubo que recurrir a la ayuda de vecinas de la población a la hora de portarlas hacia el casco antiguo.

La charanga abría la marcha que hizo su primera parada en la iglesia. Allí, el párroco, Xabier Erro, ofició una misa en la que los arraunlaris fueron los protagonistas. «Para la mayoría de nosotros, nos acercamos al final del año, mientras que ahora es cuando vosotros dais inicio a otra temporada, para la que os preparáis comenzado a entrenar», señaló en su homilía.

Erro dirigió buena parte de sus palabras a las bateleras, «las que más banderas nos han traído», pero tampoco se olvidó de los chicos, porque «no todos los logros se traducen en banderas». El oficio concluyó con la bendición de los estandartes que, situados ante el altar, acapararon la atención de la gran cantidad de personas que acudieron al templo.

El desfile se reanudó para continuar de camino a la plaza Santiago. La lluvia hizo entonces acto de presencia y obligó a acelerar los pasos de remeros y aficionados de camino a la nueva sede del club, en el polígono industrial de Navalaldea.

A su balconada se asomaron quienes defienden el rosa en las competiciones que se libran en el mar, para hacer hondear las banderas, entre canciones y gritos de «¡Aúpa San Juan! ¡Aúpa Batelerak!».

En el interior del inmueble se proyectaron imágenes que permitieron recordar regatas y celebraciones. Para cerrar la jornada, remeros, miembros del club y aficionados compartieron mesa en una cena que se prolongó hasta bien entrada la noche.