Remo
Illunbe se resiste a poner punto final a su historiaEl derribo de la sede del club de remo de Trintxerpe y la ausencia de una alternativa viable amenazan con acabar con su actividad
Preocupados y, sobre todo, abandonados. Así confiesan sentirse los directivos del club Illunbe de Trintxerpe. Desde que la Autoridad Portuaria de Pasaia les comunicara que sus actuales instalaciones –propiedad del puerto– iban a ser derribadas, han tratado por todos los medios de buscar un espacio alternativo en el que desarrollar su actividad. Su búsqueda no ha dado resultados.
«La fecha del derribo estaba prevista para octubre de 2022. Por el motivo que fuera, no se realizó, pero en cualquier momento pueden darnos un nuevo aviso o venir con las máquinas a echar esto abajo. Cuando ocurra, no sabremos a dónde ir ni qué hacer. Ni siquiera tenemos dónde meter nuestras embarcaciones y el resto del material», explican, mientras barajan como única posibilidad utilizar el edificio Casa Ciriza, también perteneciente a la Autoridad Portuaria, como «lugar de almacenaje de urgencia».
Durante los últimos meses, han tratado de hablar con los responsables de la dársena pasaitarra para encontrar una solución. «Se han limitado a respondernos que el único interlocutor con el que tendríamos comunicación sería el Ayuntamiento . Ellos se quedan al margen de la problemática», señala la junta directiva de Illunbe.
«Ahora mismo no podemos hacer ninguna inversión económica ni tampoco realizar una planificación deportiva»
Las conversaciones mantenidas con el Gobierno municipal tampoco han permitido arrojar luz sobre su futuro. Las únicas opciones que la alcaldesa, Izaskun Gómez, y su equipo les ofrecen pasan por ocupar la Escabechería, un local sin acceso al mar ni espacio para entrar con una trainera en Pasai Donibane, el polideportivo en el monte Jaizkibel o compartir Kalparra, la sede del club de remo de Pasai San Pedro.
«El mayor problema es la deslocalización. Nos negamos a ella. Además, ¿cómo vamos a ir a un local que ofrece la misma actividad que nosotros? No tiene sentido. No queremos invadir las instalaciones municipales que son de uso de otros clubes de remo del pueblo. Todos conocemos las singularidades de este deporte. Tampoco cabríamos todos y en ambos casos careceríamos de espacio para almacenar todo el material del que disponemos», argumentan.
«No nos importa comenzar de cero en otro lugar, aunque nos toque volver a hacerlo con cuatro o diez chavales»
Illunbe ha propuesto tanto al Ayuntamiento como a la Autoridad portuaria habilitar unos módulos prefabricados metálicos en dos posibles ubicaciones. Por un lado en las inmediaciones de Azti, en el muelle del Hospitalillo de Trintxerpe. Y por otro, las cercanías de la entrada a la lonja pesquera de San Pedro. Ninguna de ellas parece ser viable, tal y como se les ha comunicado.
«Nos están fallando como entidades. No hay voluntad política para solucionar esto. Estamos bloqueados», aseguran desde el club azul.
Constante «provisionalidad»
La situación por la que atraviesan les llevó hace solo unos días a hacer público un comunicado, en el que alertaron del «peligro de desaparición» que corren. «Ahora mismo no podemos hacer ninguna inversión económica, ni tampoco realizar una planificación deportiva. En cualquier momento, podemos quedarnos en la calle. Es algo que hemos tenido que explicarles a nuestros remeros y socios», declaran.
En el mismo comunicado, recuerdan cómo la «provisionalidad» ha sido «una constante en la vida del club». Mientras las otras entidades de remo pasaitarras, Sanpedrotarra y San Juan Koxtape, cuentan con sedes de titularidad municipal construidas por el Ayuntamiento, Illunbe ha ido pasando por diferentes locales cedidos de forma provisional que, en buena parte de los casos, han acabado siendo derribados.
Su existencia no ha sido fácil. Desde que en 2011 ocuparon sus actuales dependencias, el puerto les ha cobrado el consumo de agua, electricidad, alquiler del local e IBI «como si fuéramos una empresa privada de la zona». El coste ha supuesto un desembolso económico «importante», que ha precisado de ayuda «puntual» del Ayuntamiento y la Diputación Foral de Gipuzkoa.
«Vamos a pelear»
Pese a que en «cualquier momento» vayan a perder su sede, los directivos de Illunbe se resisten a poner fin a los 36 años de historia que han escrito a base de paladas en el distrito más populoso de una localidad con alma arraunlari.
«Vamos a pelear todo lo que sea necesario», afirman. En este sentido, no descartan iniciar movilizaciones para que las autoridades les escuchen y consigan otro espacio en el que dar continuidad a su actividad. «No nos importa comenzar de cero en otro lugar, aunque nos toque volver a hacerlo como al principio, con cuatro, diez o quince chavales», apostillan.