Estreno de la Liga ARC-2 en un mar de incertidumbres

Mutriku, Donostiarra B, Hibaika Susperregi Edukiontziak y Trintxerpe serán los cuatro representantes guipuzcoanos. Salvo la segunda embarcación de Kaiarriba, el resto vive estos días previos con más incertidumbres que certezas porque ni los test de invierno ni el reciente Campeonato de Gipuzkoa han servido como sólidas referencias de lo que puede dar de sí el verano y, en algún caso, las plantillas se han completado a última hora.

Así que no queda otra que esperar a mañana para comenzar a trazar un rumbo más o menos fiable de lo que puede ser una temporada en la que todos coinciden en señalar a Lapurdi como el gran rival a batir. Recién descendida de la ARC-1, la trainera lapurtarra ya ha dejado muestras de su potencial en el provincial y en los test y todo lo que no sea verla como proa de regata será una sorpresa. El resto, más igualados, aspirarán a estar lo más cerca posible de su estela.

Mutriku llega con unas ganas tremendas a este inicio de temporada. En su caso se mezcla el ansia propia que cada cuadrilla tiene por iniciar una competición con la motivación de sacarse la espina del Campeonato de Gipuzkoa, donde estuvieron por debajo de las expectativas. «Estamos con ganas, con muchas ganas», constata Jacinto Salinas, su entrenador. «Hicimos bastante mal el Campeonato de Gipuzkoa y ahora mismo en el equipo todo son incógnitas. Antes de ir al agua ya notábamos en el ambiente que no era el día. Calentando estuvimos mal, pero creo también que esa experiencia nos ha venido muy bien porque salimos cabreados y con ganas de saber dónde estamos», asegura el preparador de la trainera mutrikuarra al que le gustaría «estar cerca de Lapurdi», trainera a la que destaca por encima del resto, sin olvidarse de Portugalete y Donostiarra B.

Esas expectativas se sustentan en la buena temporada que realizaron el pasado año en el que finalizaron en cuarta posición, logrando incluso ganar una bandera en Trintxerpe, y en el mantenimiento de un bloque que solo ha sufrido cuatro bajas: «Llevamos dos años casi con la misma gente y el objetivo es mejorar lo del pasado año. No sé hasta qué punto, pero después de ser sextos hace dos años y cuartos el pasado, me gustaría estar al menos en la tanda de honor», confirma Salinas.

Esos buenos resultados qué duda cabe que ayudarían a que una población como Mutriku mirará más al mar y menos a San Miguel. «Aquí todos quieren ser Illarra», bromea el técnico. «Ganar para nosotros lo es todo porque necesitamos mucho. Aquí no hay cultura de remo y no hay casi chavales por detrás. Es cierto que han venido muchas chicas en alevín e infantil, pero necesitamos que vengan también chicos».

Hibaika llega a la cita de Donibane Lohizune sobre la bocina. A los responsables del club errenteriarra les ha costado completar la plantilla masculina y Josetxo Arrizabalaga, su entrenador, cree que, al menos de inicio, pueden partir en desventaja respecto a algunos rivales. «Durante todo el año hemos tenido problemas para completar la trainera y la preparación no ha sido la deseada porque casi no hemos podido entrenar todo el bloque junto. Ahora tenemos 16-18 remeros y se puede decir que estamos en el mejor momento de la temporada. No nos podemos quejar», asegura con cierta resignación.

Pero, pese a esos problemas, finalmente han conseguido mantener más o menos el bloque del pasado verano, lo que supone un alivio para una trainera con poca experiencia. «La mayoría lleva do o tres años remando, pero algunos es el primer año que reman en una trainera. Lo han hecho en bateles o en trainerillas, pero no en una trainera y es diferente. Puedes tener experiencia por llevar años remando, pero otra cosa es la experiencia remando en una trainera», puntualiza el preparador del club de Errenteria.

Así que con estos mimbres a Arrizabalaga le gustaría «mejorar lo que hemos hecho los dos últimos años en los que hemos sido décimos». Para ello se agarra a los test que han realizado y en los que «quitando Lapurdi hemos conseguido ganar a todos los demás alguna vez. ¿Eso nos puede servir de referencia? No lo sé porque en invierno algunas tripulaciones se refuerzan y cambian las cosas, pero en el Campeonato de Gipuzkoa anduvimos bien. Es verdad que no estaban los cántabros y los vizcaínos y que nos ganó Lapurdi, pero terminamos por delante de Mutriku, que el año pasado estuvo arriba, y fue una pista».

Como le sucede precisamente a los mutrikuarras, los resultados son importantes para intentar crear una base. «A Hibaika se le identifica mucho con el remo femenino y nos gustaría hacer una temporada redonda para atraer a la gente joven y que podamos meter a chavales de la cantera. Este año en Hibaika hay algunos, pero los demás son cedidos. Tenemos que hacernos atractivos», afirma Arrizabalaga quien, pese a las dificultades que puede tener un club como Hibaika por su situación cercana a entidades importantes como San Pedro o San Juan, considera que «tanto en Pasaia como en Donostialdea hay muchos habitantes y gente suficiente para que podamos traer chavales. Para eso tenemos que cambiar una inercia de muchos años».

Si en Hibaika han tenido problemas para completar la plantilla, qué decir de Trintxerpe cuyo entrenador, Antonio Manuel Da Silva anda los días previos al inicio de la competición intentando llenar el bote para poder competir: «Ahora mismo estoy hablando con varios remeros para que me confirmen si van a poder estar para el sábado porque ahora mismo me faltan dos», asegura el preparador de la Azkuene.

La situación no es nueva ni le coge por sorpresa. El invierno ha sido muy duro: «La verdad es que llegamos muy justitos de gente», apunta Da Silva. «Apenas hemos podido entrenar con normalidad porque los chavales no tienen compromiso. Siempre falta alguno y trabajar así es un infierno porque te comes todos los días la cabeza. Sin poder entrenar bien es muy complicado mejorar y a ver cómo solucionamos este papelón porque al final todo depende de los remeros y de su compromiso».

Con esta situación poco más se le puede pedir a Trinxterpe que conseguir salir al agua: «Ése es el objetivo», constata el técnico de la embarcación pasaitarra, «salir al agua, hacer lo que buenamente podamos y ver dónde podemos acabar. Yo solo espero que cuando empiece la temporada haya más compromiso por parte de los remeros y vengan todos a entrenar. Como les suelo decir, dadme la oportunidad de ser malo», comenta resignado.

Desde este sábado será el mar el que comience a poner a cada uno en su sitio y a dictar sentencia. La categoría más modesta suelta estachas.