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Imanol Garmendia (Orio), Nerea Irastorza (Arraun Lagunak), Nerea Pérez (San Juan) y Fernando Valenciaga (San Pedro), ayer en el muelle donostiarra.. José Mari López
Bandera de La Concha, los que aspiran a repetir victoria
Bandera de La Concha

La Concha es La Concha, se mire con el color con el que se mire

En Orio y San Juan, que aspiran a repetir, o en Arraun y San Pedro, la ilusión es máxima ante la gran cita del año, la Bandera de La Concha

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

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Domingo, 2 de septiembre 2018, 09:10

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Nerea Pérez (San Juan) e Imanol Garmendia (Orio) aspiran a repetir el triunfo de hace un año en la Bandera de La Concha. Nerea Irastorza (Donostia-Arraun Lagunak) y Fernando Valenciaga (San Pedro) son conscientes de que el triunfo de sus equipos sería una gran sorpresa. Pero «para ganar la bandera o simplemente para dejar a un rival por detrás en la primera tanda del último domingo, en La Concha se va a muerte. La tensión es máxima», resume Valenciaga (Donostia, 1983).

«Es la regata», conviene el cuarteto. Son los dos días en los que ninguna tripulación necesita un incentivo extra. La Concha motiva por sí misma. Es el mayor estimulante. Valenciaga es quien más veces ha experimentado ese revulsivo: dos con Ur Kirolak, cinco con Orio y otra con Hondarribia. «Es mi novena Concha, la primera con San Pedro. Te puedo decir que la primera es especial; la segunda, también; y la novena, igual».

Junto a Tolosaldea -que ayer se entrenó en Orio- y Kaiku, la Libia es la trainera que más en el aire podía tener su presencia en la bahía donostiarra. «Sin duda, la del jueves fue la clasificatoria más emocionante de todas las que he vivido». Con Orio y Hondarribia, «la presión es otra» pero la sensación tras una clasificación es casi más de alivio ante el deber cumplido. En la Libia supuso «una alegría tremenda. Éramos conscientes de que podíamos entrar. En la Liga, estábamos dos a dos con Ondarroa cuando habíamos compartido la misma tanda. Sabíamos que estaríamos en el límite. Y logramos meternos».

Las dudas ante la alineación

La clasificatoria es, precisamente, la única jornada en la que Imanol Garmendia (Orio, 1992) tomó parte en la pasada edición. No pudo contribuir desde la tosta al triunfo en La Concha. En las fotos tras aquella gesta, era un hombre «feliz» junto a sus compañeros. Ayer al mediodía desconocía las intenciones de su técnico, Jon Salsamendi. «Todo el verano ha ido haciendo cambios. Claro que me gustaría remar, pero sé que está difícil», confiesa.

El propio técnico no daba pistas. «Más o menos tienes el equipo en la cabeza -apunta el entrenador 'aguilucho'-. Tengo 19 remeros, y cada fin de semana hemos ido haciendo seis cambios. El rendimiento del bote no variaba por montar uno u otro. Cuando hago el equipo, no pienso tanto en los nombres como en montar el mejor barco para las condiciones que nos encontremos. Igual esta tarde -por ayer- les digo la alineación, pero la tendría que confirmar por la mañana, cuando veamos la mar».

Hasta hoy también deberá aguardar Nerea Irastorza (Donostia, 1999) para descubrir las intenciones de sus técnicos, Ekain Iriarte y Patxi Olabe. «Siempre es así: nos juntamos por la mañana, damos un paseo todas juntas y después nos dicen el equipo», explica ante la que sería su segunda presencia en La Concha. Hace dos años fue suplente y la pasada campaña ya bogó en la clasificatoria y el segundo domingo, cuando «las mujeres demostramos que también sabemos remar con muy mala mar. Entrenamos para eso, y todas hicimos un gran trabajo en el agua».

Su reflexión la sustenta Nerea Pérez (Tolosa, 1997), la única que no es donostiarra. «Poco a poco, el remo femenino va mejorando. Año a año el nivel es mayor y van saliendo más traineras. El jueves hubo dieciséis, más que nunca en la clasificatoria». «Igualar los premios con los hombres es otro paso», apostilla Irastorza.

El pasado invierno se dieron los primeros pasos hasta crear la Asociación de Traineras de Mujeres, Emakumeen Traineru Elkartea (ETE), que reúne a trece traineras vascas y cántabras repartidas entre las ligas Euskotren (cuatro) y ETE (nueve). «En la Liga Euskotren, el nivel es alto. Lo ideal sería llegar a ocho o incluso doce participantes, aunque es difícil porque las regatas se alargarían mucho. En la Liga ETE ha habido una gran pelea entre las cinco primeras, y cuatro han ganado bandera».

La patrona de San Juan y la remera de Arraun son conscientes de que los siete billetes de la clasificatoria femenina no son tan caros para sus equipos como lo fue, por ejemplo, para San Pedro en la masculina. La solidez de la Batelerak y la Lugañene les daba cierto margen de tranquilidad respecto a otras traineras. Sin embargo, del séptimo al décimo puesto hubo solo cuatro segundos. «Ese margen era impensable hace no tanto. Puede haber dos niveles, pero no las diferencias de antes», apunta Nerea Pérez.

El jueves, la patrona cedió el remo de gobierno a su compañera Izaro Lestayo. Dando por hecha la clasificación de las bateleras, se llevó el «alegrón» por Tolosaldea, su club, en el que su padre, José Luis Pérez 'Koteli', es el entrenador. «En casa ya me vacilan que no saben si ir de rosa o de azul».

El gusanillo en el estómago

Para los cuatro, esta edición tiene un punto subjetivo que la hace especial. Para Irastorza, porque Arraun Lagunak «defiende a la ciudad y es un punto de responsabilidad». Para la batelera porque «tenemos la posibilidad de lograr la quinta Concha, y estos días notas un gusanillo en el estómago. Casi más que otros años». A Garmendia le «ilusiona» la opción de bogar su primera vez, pero no siente un cosquilleo especial. «Soy bastante tranquilo», puntualiza, aunque todo un campeón del mundo sub 23 de cuatro sin ligero se ha llegado a «poner nervioso en algún Campeonato de Gipuzkoa».

Mikel Arostegi, entrenador de San Pedro, ha despojado de cualquier presión a sus remeros. Pero Valenciaga no afloja la cuerda. «Queremos disfrutar, sí, pero iremos a muerte. No se puede ir de otra manera en La Concha». Sobre todo, incide, «si eres remero de Orio, porque percibes cómo lo vive el pueblo. Cuando ganamos en 2007 fue increíble».

Aquella victoria, recuerda, «la logró también mi padre. Dos años antes pensaba dejar el remo y me animó a seguir diciéndome que algún día ganaría La Concha». Hace dos años, fue Patxi Francés quien le rescató para el remo. «Se acordó de mí y me llevó con él a Zumaia. Si no es por él, hoy no remaría. Y mira qué año estamos disfrutando en San Pedro. Se lo debo a Patxi».

Garmendia busca ahora esa primera Concha. De los cuatro, es el único que está en un equipo que no ha colmado las expectativas. «Esperábamos haber ganado alguna bandera más. Nos ha faltado regularidad. Hemos hecho regatas muy buenas, y también algún desastre. Pero lo hemos hablado, porque la cabeza trabaja y te puede mermar en la remada, y vamos a por todas».

La bandera de La Concha, abierta

Los cuatro piensan que la bandera llegará abierta al segundo domingo. «La mar no estará para hacer grandes diferencias». En hombres, coinciden en el favoritismo de Bermeo, Hondarribia, Orio y Zierbena. En mujeres, Nerea Pérez pensaba como rival en Orio «y se ha sumado Riveira».

Independientemente del color con el que la miran, «La Concha es La Concha», dicen. A por ella.

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