El verde del WhatsApp predominará
La afición, en casa. Los seguidores de sus traineras echarán de menos el ambiente en Donostia pero se las ingeniarán para vivir las regatas en cuadrilla
No habrá color en el puerto de San Sebastián. El amarillo, el rosa, el azul, el rojo... Todos vivirán esta extraña Bandera de la ... Concha desde el sofá de casa. Con aperitivo, pero sin estar rodeado de la cuadrilla en un día tan señalado para los aficionados del remo. Los seguidores guipuzcoanos aceptan la situación con resignación, pero pondrán todo de su parte para vivir el primer domingo de regatas con la máxima ilusión y emoción posible.
El único color que predominará hoy será el verde. El verde WhatsApp. Habrá grupos de esta red social que echarán humo durante toda la mañana. Edu Marquet, aficionado de Hibaika, apunta que «al menos este domingo cada uno lo verá en su casa. Tenemos un grupo de WhatsApp, 'Hibaika Fan Zone', y desde ahí comentaremos la regata. Para la próxima semana ya veremos si nos juntamos unos pocos o no».
Para Esti García, de Zumaia, la pandemia ha roto una tradición familiar. «Hemos ido siempre a ver la Bandera. Primero sin hijos y después con ellos, a pasar el día a Donostia y a animar a la rampa». Esta situación, al menos, servirá para que la familia vuelva a unirse en torno al remo después de que los jóvenes empezaran a ir por su cuenta. «Además, es una gran pena porque estamos ilusionadas con las chicas».
Por su parte, un veterano como Joxe Mari Ostolaza volverá a ver a su Zarautz en la Bandera de La Concha, también desde casa. «Es una pena por todas las aficiones, pero la situación es esta. La Bandera de La Concha la veo siempre, pero los últimos años no he ido a Donostia; en la televisión se ve tan bien y te dan tanta información... Además, con casi 75 años ya no somos niños y hemos preferido verlo en casa».
También los jóvenes renunciarán a una de las fiestas más señaladas del año. «Las anteriores ediciones solemos coger el tren muy pronto, hacia las 8, y nos juntamos los amigos del pueblo para picotear y beber algo, y disfrutar del día», relata la oriotarra Sara Iparragirre. «Cada vez que los remeros entran o salen del agua bajamos a la rampa a aplaudir. Después, durante la regata, además de verla, la seguimos por la radio para conocer las diferencias. Comemos, bajamos a la Parte Vieja y... hasta la hora que sea. Este año lo voy a ver en casa con un amigo, que apoya a Hondarribia, así que mantenemos al menos el pique».
Evidentemente, los que más van a notar la falta de público en el muelle de San Sebastián van a ser los propios remeros. «Para las chavalas es una pena porque sería bonito que se sintiesen algo arropadas», opina Javi Garro de Itaie, aficionado de Tolosaldea que ve a las suyas con opciones reales de poner las cosas difíciles a Orio, la gran favorita. «Hay que tener en cuenta que es un club que está trabajando muy bien la cantera, en las mejores traineras hay remeras que han salido de aquí. Con el año que llevamos, estar en la Concha es la guinda», sentencia.
Los de casa, a dar ejemplo
La sensación que tendrán las deportistas la van a poder palpar de primera mano en la familia de Aitziber Abasolo, tía de Xubane Uribarrena, remera de Arraun Lagunak. «Normalmente solemos ir muy temprano al puerto para acompañar a las remeras. Después de un desayuno espectacular solemos ver la regata en un bar o en el Náutico. Este año será muy raro, pero no hay que ir porque no se puede. La clasificatoria la vimos en casa, pero vestidos con nuestros colores. Para la sobrina, después de todo lo que le ha pasado al club con los positivos y el haberse perdido dos tandas, es una pena que no haya ambiente, porque ha sido una paliza psicológica. Será muy triste ver todo el puerto vacío».
Desde la Peña Portaletas también van a tener que sacrificar la carrera de casa por la pandemia. Habituados a organizar sidrerías, marmitakos y salidas entre los ochenta componentes del grupo, esta vez todos lo verán desde casa. «Cada uno tiene su cuadrilla y hace lo que quiera, pero hemos quedado en verlo todos desde la televisión y con la camiseta de la Donostiarra puesta. Normalmente lo vemos desde el muelle, el castillo... Pero esta vez está todo paralizado desgraciadamente».
Corte de accesos
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El monte Urgull esta clausurado desde las 22.00 horas de la víspera de las dos jornadas.
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Muelle El muelle se cerrará a primera hora de la mañana ambos domingos. Solo podrán acceder a la zona portuaria los vecinos, usuarios del recinto y trabajadores. El único acceso posible será desde el Náutico. Se cortará Portaletas.
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Paseo Nuevo El Paseo Nuevo estará vallado a la altura de la Sociedad Fotográfica en las dos regatas.
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Paseo de La Concha A lo largo del paseo de La Concha, y paralelo a la barandilla, se instalará una valla para evitar que las personas se detengan a contemplar la regata. Se podrá pasear, pero no pararse junto a la valla. Habrá agentes vigilando la zona.
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Playas Las playas estarán abiertas, pero sujetas a las habituales medidas de aforo en los horarios de pleamar.
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Isla La isla Santa Clara permanecerá cerrada durante las horas de las regatas. El servicio de motoras no funcionará los domingos hasta que acabe la regata.
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Embarcaciones En cuanto a las embarcaciones de recreo, solo podrán entrar en la bahía aquellas que cuenten con un fondeo. El resto, no. Se permitirá a los barcos permanecer tras las balizas exteriores, pero no acompañar a las traineras de la segunda tanda en el largo de vuelta.
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Los usuarios de piraguas, canoas , tablas de paddle surf y demás botes pequeños no se podrán acercar a menos de 50 metros del campo de regateo.
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Transporte No habrá ningún servicio especial de transporte público.
Desde la bancada del vigente bicampeón en la categoría masculina, Hondarribia, ven como «algo triste» no poder ver las regatas en directo. «Solemos ir al espigón, pero este año haremos un aperitivo en casa y lo veremos desde la televisión». Aun así, Mertxe Tife advierte: «Que nadie se preocupe porque vamos a animar lo más fuerte posible». Además, hará gala de los colores, porque «esta situación no quita que cuando salgamos a la calle lo hagamos de verde durante todo el día».
Un habitual en el colorido del puerto donostiarra es San Juan con su color rosa. «Los últimos 10-15 años tenemos la tradición de organizar la 'Marea Arroxa'. Nos juntamos la gente joven del pueblo, vamos en buses a Donostia y allí almorzamos, tomamos algo y vamos a la rampa a animar», recuerda Joseba Campano, que en esta excepcional situación ha optado por vivir el día en su hogar. «Lo he pasado muy mal con la pandemia. Sería bonito vivirlo en un bar, pero no tengo ganas de verlo con gente. El próximo año, esté San Juan o no, esperemos acudir a ver un espectáculo tan bonito. Los que somos vascos y vivimos el remo en familia, la Concha es la Concha». Que así siga siéndolo.
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