Ganar un derbi en el descuento resucita a un muerto. La Real no lo estaba, de hecho venía enlazar un empate y dos victorias en ... los tres últimos partidos oficiales, pero sin duda un empujón como éste debe servirle para ganar en confianza y creérselo para afrontar la temporada. Este proyecto liderado por Sergio necesita tiempo para ser construido y triunfos como el del sábado y el logrado ante el Sevilla, con Anoeta entregada a la causa, los compra. Sin caer en la trampa de dejarnos llevar por la euforia, que nos conocemos, pero sabiendo que hay una buena materia prima para ir cocinando algo que sepa muy rico.
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Les contaba el 6 agosto en esta misma tribuna de opinión que los tres 'fichajes' de esta temporada que más ilusión me hacían eran los de Jon Martín, Gorrotxategi y Rupérez. El tercero aún no ha podido debutar por una lesión de menisco y los dos primeros son ya indiscutibles en el año de su estreno en Primera. No han pasado ni tres meses y ya se les ve que tienen algo especial, diferente, algo que les va a hacer muy grandes en la Real. Que el encargado de desatar la locura en Anoeta en el descuento fuese un chaval guipuzcoano, formado y moldeado en Zubieta, no es casualidad. Es la razón de ser de este club y lo que lo hace diferente de cualquier otro de la Liga.
Campeones e internacionales
Si nos pusiéramos a hacer un once de jugadores nacidos y formados en el territorio que hayan sido campeones con la Real e internacionales en el último medio siglo nos saldría prácticamente de carrerilla: Arconada, Górriz, Larrañaga, Gajate, Kortabarria, Zubimendi, Periko Alonso, Zamora, Idígoras, Begiristain, Oyarzabal... Y sin meter en él a los navarros Celayeta y Bakero, que nacieron al otro lado de la muga, ni a Diego, López Ufarte o Loren, por ejemplo, criados en el fútbol guipuzcoano porque llegaron aquí cuando eran niños.
Internacionales absolutos que no llegaron a ser campeones con la elástica txuri-urdin se me ocurren, así de primeras, Alkiza, Imaz, Aranzabal, De Pedro, Xabi Alonso, Odriozola, Illarramendi y Aitor López Rekarte, y luego estaría el caso de su hermano Luis Mari, guipuzcoano y campeón de Copa con la Real en 1987, aunque no llegó al club hasta los 22 años después de jugar en el Aretxabaleta y pasar cinco temporadas en el Alavés.
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Que el mejor portero de la Liga en estos últimos 50 años haya sido Arconada no es casualidad. Igual que tampoco lo es que Zamora haya sido el mejor '10' que haya visto el fútbol vasco en este tiempo o que Xabi Alonso sea el futbolista euskaldun con mejor palmarés. Y no se trata de vivir de la historia, porque la última Eurocopa de 2023 llevó el sello de Oyarzabal con su gol en el último suspiro. Son demasiadas coincidencias como para pensar que no hay nada causal detrás de ellas. Y es que en formación, somos únicos en el mundo. No hay otro caso igual.
Con todo, la lista de canteranos guipuzcoanos que sin cumplir los dos requisitos de ser internacionales y guipuzcoanos a la vez ha sustentado este club es muchísimo mayor a la anterior. Olaizola, Sagarzazu, Dadíe, Musti Mujika o Zubeldia, por ejemplo, han sido campeones y los Alberto, Aranburu o Xabi Prieto son leyendas del club por el impacto que han tenido sus carreras y su amor a los colores. Sin estos dos últimos sería imposible entender hoy la figura de Oyarzabal ni esos valores que le transmitieron con el traspaso de la capitanía.
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Martín y Gorrotxategi, de Lasarte-Oria y Eibar, respectivamente, encarnan el futuro asentado en esa larga tradición. Sin todos aquéllos no estarían hoy aquí porque la Real es todo lo que tantos han construido a lo largo de más de un siglo con un sello único de trabajo con la cantera y el talento de un territorio. Y ojo, que no es lo mismo formar que captar el talento joven de las canteras de los vecinos por tu gran bolsillo. Que luego juegas el derbi con solo un futbolista de los 14 nacido en tu territorio y la mentira se cuenta sola.
Adaptarse a los tiempos
En el fútbol actual es imposible aspirar a ser campeón o jugar asiduamente en Europa con un equipo exclusivamente de casa como en los ochenta, por eso hay que adaptarse a los tiempos. Es algo que tenemos asumido y naturalizado sin hacernos trampas al solitario. Manteniendo siempre una esencia y una filosofía, lo cual no significa no tener los ojos bien abiertos y aprovechar las oportunidades.
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En lo que se refiere a formación, ya no es suficiente con el talento autóctono. Por eso hay que salir más allá de nuestras fronteras sin que ello signifique renunciar a la calidad guipuzcoana. Griezmann, que llegó con 14 años, y Le Normand, con 19, son dos buenos ejemplos de dos futbolistas que han llegado lejos desde Zubieta sin haber nacido aquí. Como lo puede ser Goti si sigue confirmando todo lo bueno que viene apuntado, o lo podría haber sido Robert Navarro, que cuanto tuvo la oportunidad de elegir en 2019 por qué club vasco fichar no tuvo dudas. Solo cuando vio que en el primero no tendría minutos, pensó en el segundo...
La Real actual es la segunda plantilla más joven de la Liga y eso es una inmejorable señal. Pero la evidencia muestra que muchas veces los jóvenes de aquí se adaptan antes que los captados en el mercado. Martín y Gorrotxategi lo confirman, así como el rendimiento de Marín el año pasado. Por eso deben tener continuidad mientras esperamos que los Zakharyan, Sucic y Óskarsson se sumen a la causa. Alguien me dijo una vez que traer algo mejor de lo que produce Zubieta es muy complicado y cuesta mucho dinero. A los hechos me remito...
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