Unai Emery: «Si algún día llega mi vuelta a la Real, debería ser igual de natural que mi salida»
Exentrenador del Arsenal ·
Un mes después de su destitución en el Arsenal, el hondarribiarra reflexiona sobre el alto nivel, su futuro y el buen momento txuri-urdinUnai Emery (Hondarribia, 1971) dice que la comunicación es clave. Y lo demuestra. Es un torrente de ideas, palabras y gestos. En la súper ... élite mundial de los entrenadores, descansa unos días en casa después de salir del Arsenal y antes de embarcarse en un nuevo reto.
- ¿Cómo se encuentra?
- Llevo 16 años entrenando. Fui destituido en el Spartak de Moscú la última semana de noviembre y lo mismo en el Arsenal. He tenido dos ceses en 16 años y dos parones en ese tiempo. Tras Moscú, empecé a entrenar el 12 de enero en el Sevilla. Estuve un mes parado y ahora llevo otro mes. Esta vez me lo estoy tomando con mucha reflexión.
- ¿Piensa en cómo dar una nueva vuelta a su carrera?
- Nada más terminar en el Arsenal, me reuní con un club a los tres días. Era todo muy precipitado, pero siempre que alguien te llama y se interesa por ti, lo primero es una sensación positiva, de decir 'estoy', porque un cese te deja tocado. Pero después de 15 días, reflexión, reunión con mis técnicos y mi gente cercana, mucho análisis, autocrítica y cómo mejorar a partir de ahora. En Londres he estado año y medio. Hicimos una temporada buena, peleamos por entrar entre los cuatro primeros y jugamos la final de la Europa League. Esta temporada empezamos muy bien y en un mes se complicó todo. Un entrenador, cuando pierde, pasa lo que yo llamo el 'luto de 24 horas'. Me he acostumbrado más a ganar que a perder, por eso he llegado a donde he llegado. Mis momentos de luto han sido cortos. Pierdes un día, luego ganas, ganas, empatas... Y te recuperas. En el mes fatídico de Londres, de siete partidos perdimos tres y empatamos cuatro, pero fueron en casa. Y perdimos en Europa League el último partido, tras el que fui destituido. Fue un mes en el que no tuve un partido de recuperación. Partido, derrota, sufrir. Partido, empate, sufrir. Y no fui capaz de darle la vuelta. La trayectoria en el Arsenal fue positiva pero un mes lo cambió todo.
- ¿El entrenador es el primero que intuye la destitución?
- Uno es consciente. Yo tenía el respaldo total del club. Sé que desde la pretemporada y el primer mes de Liga había un interés en ofrecer una renovación al entrenador. Pero a la vez soy consciente de que el fútbol cambia en un mes. En 16 años solo tenía un cese, el del Spartak, pero sí he tenido momentos críticos en el Valencia, en el Sevilla... En el Almería empezamos con tres partidos sin ganar y sabía, porque me lo había dicho el presidente, que si ese domingo no le ganábamos al Cádiz estaba cesado. Y he superado esos momentos. Esta vez era la misma situación. Sabía que el club me respaldaba pero que tienes que ganar. Cada uno de esos siete partidos sin ganar va sembrando un embrión de crítica hacia mí mayor. Fue creciendo y no pude pararlo, cuando en toda mi trayectoria lo había hecho. El encuentro previo a mi cese contra el Eintracht, empatamos contra el Southampton y el comentario de Raúl Sanllehí (jefe de fútbol del Arsenal), desde el cariño, fue 'uf, hoy había que ganar'. Esa frase lleva mucha profundidad detrás.
- ¿Le da especialmente pena por la enorme dimensión del Arsenal?
- Es un club muy grande, pero con unos resultados últimos y un rendimiento por debajo de club grande. ¿Por qué? Por el crecimiento de Manchester City, Tottenham, Liverpool, Chelsea y Manchester United. De todos esos equipos top, el Arsenal es el que ha crecido menos. Nuestra labor era recuperar eso, y hacerlo en un proceso en el que se necesitaba tiempo. Primero, porque apostábamos por jugadores jóvenes y porque había que cambiar unas dinámicas y una generación que había dado sus frutos pero ya estaba en decadencia.
- ¿La sombra de Wenger ha sido demasiado alargada?
- No. Por parte de Wenger he sentido mucho respeto y dentro, también. Había que cambiar hábitos y el año pasado lo hicimos, pero había que seguir haciéndolo y regenerando situaciones. Principalmente, había que formar una base sólida sobre la que pudiéramos ir hacia arriba. Estábamos en ese proceso. El equipo se desestabilizó, me he ido yo, ha pasado un mes y el equipo sigue intentando estabilizar ese proceso.
- ¿Cómo ve la figura de Arteta?
- Es el perfil bueno, que puede llegar a ser el perfil perfecto: experiencia en diferentes ligas, pero principalmente en la inglesa; exjugador del Arsenal; le falta el paso previo de haber sido primer entrenador de un equipo importante, pero ha trabajado con Guardiola y habrá procesado mucha información y experiencia. Es un buen fichaje, un buen entrenador, y el tiempo definirá si es el perfecto.
- ¿Guardiola y Klopp marcan tanta tendencia o son modas?
- Ahora mismo, son los dos principales entrenadores a nivel mundial. A Klopp le ganamos la final de la Europa League con el Sevilla hace cuatro años, y se quedaron fuera de Europa. En esos tres o cuatro años ha sido campeón de la Champions. Ese era el modelo que yo quería, con mi idea y mi estilo, aplicar en el Arsenal. Acertar poco a poco con los fichajes, Van Dijk, Salah, Fabinho, Alisson... Necesitamos algo más de paciencia, que el club no supo transmitir. Guardiola es un entrenador de éxito máximo en el Barcelona, y después le falta el puntito de ganar la Champions. Pero a nivel de crear un estilo y una idea de juego, Guardiola es el número uno. Igual que lo es Klopp, por lo que gana y por cómo ha impuesto su estilo en el Liverpool.
- Dice que le ha faltado tiempo. Inglaterra ya no es lo que era.
- Estaba en Hondarribia en septiembre y me encontré con Javi Gracia. Jugábamos contra el Watford la siguiente semana, después del parón. 'Estoy cesado', me dijo. No me lo podía creer. Aquí, en el paseo Butrón me lo dijo. 'Unai, no lo sabe nadie, pero me han cesado'. Esa tarde se hizo oficial. ¡Si el año pasado habían jugado una final! ¡Con el Watford! Primeras cuatro jornadas y destituido. Estoy acostumbrado a vivir bajo la exigencia del resultado y la de la inmediatez. En 15 años me he sabido mover en estas circunstancias. Es más, prefiero que sea así. Doy más de mí cuando sé que la exigencia es alta.
- Le va la marcha...
- Yo vengo de dos plazas como Valencia y Sevilla, muy difíciles. Porque quieren ser la alternativa a Madrid, Barcelona y Atlético cuando ellos fallen. En Sevilla, un día le dije a Del Nido que quería llevar al equipo a Champions, y el presidente me pregunto si sabía lo que era ganar un título. 'No'. 'Pues cuando ganes uno lo sabrás'. Lo conocí, y eso engancha. Mi mayor objetivo es que haya una mejora desde que entro en un club hasta que salgo. Crear una cultura de trabajo, que es algo que me valoran mucho en Sevilla y Valencia. Y dar valor a lo individual. Cuando llegas a entrenar a los diez mejores jugadores del mundo, como Mbappé o Neymar, ahí también tienes el mismo reto, que esos jugadores sean capaces de progresar.
- ¿El brasileño es el jugador más difícil que ha tenido?
- Con Neymar lo que hay que hacer es hablar como persona. En una conversación cercana, es muy agradable. Y como futbolista es bestialmente bueno. Hablé con él para generar un proceso de tres o cuatro años para que fuera el dominador del fútbol mundial, después de Messi y Cristiano Ronaldo. Pero las lesiones le han parado. Le encanta el fútbol y le encanta entrenar. Un día se enfadó conmigo por hacerle parar. Es un chico alegre, vivo, lo que hay que hacerle es colocarle esos objetivos individuales porque tiene la capacidad de hacerlo y quiere. Luego, es un chico normal, como los demás.
- ¿Cómo ve a la Real?
- Muy bien. El otro día hablaba con Imanol Idiakez, él estaba en Chipre y yo en Londres, y los dos decíamos lo mismo. Cuando quiero ver un partidos y tengo varios para elegir, ahora la Real te llama. Está jugando muy bien, transmite. He estado varias veces con Jokin Aperribay. Con Roberto Olabe trabajé un año (en el Almería) y tengo muy buena relación. Es un hombre de fútbol, muy actualizado y que siempre aporta. El cambio de Anoeta es espectacular. La decisión de acercar las gradas al campo ha sido magnífica. Yo viví la transición de Atotxa a Anoeta. Y ahora este nuevo proceso es espectacular. El equipo transmite y la afición de la Real ahora es caliente. Imanol es un aire fresco de la casa que está demostrando que está muy preparado.
- ¿Qué destaca del juego de la Real?
- El control del partido. El hecho de ser capaces dominar el partido e imponer su estilo. A partir de ahí, lo que se ve. Buena posición en el campo y buena posesión de balón; han encontrado un jugador como Odegaard que es perfecto de enganche para uno que corre como Portu, para continuar con Oyarzabal ese proceso de la última acción; Isak y Willian José, dos puntos diferentes para utilizarlos en circunstancias del partido o incluso a veces hasta juntos; Guevara y Zubeldia en el centro del campo, pese a la baja de Illarra, tan importante; Monreal, al que yo tenía y Olabe quería mucho porque no es un diez pero siempre decide bien y sin hacer cosas maravillosas hace que el equipo sea más estable...
- ¿Dónde le ve a la Real al final?
- Con los pasos que ha dado el club, el estadio, la ilusión que genera, estar en Europa es importante. Ha estado en los últimos años, pero va y viene. Sería importante encontrar una estabilidad, una constancia. Encontrar un camino, que sea un equipo que repite Europa League, que repite Champions, que no tenga vaivenes... Es fácil decirlo, pero muy complicado. Pero están encontrando ese camino ahora. También a nivel de socios, estructura y Zubieta. Estuve de los 14 a los 24 años en la Real. Mi corazón es txuri-urdin al 50%. Lo digo como lo veo, no es por echarle flores ni a Olabe ni Imanol ni a Aperribay ni a los demás.
- ¿Será algún día el entrenador de la Real?
- He tenido varios momentos de comunicación, pero no se ha dado la circunstancia. Pero siempre cuento lo mismo. Me fui de la Real con 24 años y fue doloroso, pero fue natural. No había sitio aquí para mí. Todavía me acuerdo del abrazo con Mikel Etxarri el día que me fui. Casi hubo lágrimas, pero fue natural. Mi regreso, si algún día se produce, tiene que ser igual de natural que fue mi salida. No se ha dado hasta el momento y no sé si se dará. Escuché a Josean Alkorta cantar el gol de Zamora y sé lo que es la Real campeona, lo he vivido. Estuve en Zaragoza en la final de Copa, tengo en mi interior poder transmitirlo, pero tengo que estar muy agradecido al fútbol fuera de aquí. A Toledo, Ferrol, Leganés, Lorca, Almería, Valencia, Sevilla, Spartak, PSG, Arsenal... Ojalá se añadan más equipos, porque cuando estoy en un club me implico al 100%. Estoy aquí, en Hondarribia, no estoy trabajando y mi equipo es la Real, pero tengo que estar agradecido y saber que el fútbol me ha dado mucho también sin la Real.
«Quiero entrenar y estoy abierto a todo»
Unai Emery quiere volver a entrenar y le atrae la Liga. «Para mí fue importante ir a París y hablar todo en francés, mejor o peor. Cuando fui a Inglaterra, lo mismo. La comunicación es muy importante y he encontrado esos límites. Superables, pero el 100% lo tengo cuando hablo en castellano, y esa es una de mis fortalezas, la comunicación. Lo he sentido en Lorca, Almería, Valencia y el Sevilla, y no era tan consciente de eso entonces como lo soy ahora. Estoy abierto a todo, incluso a aprender un idioma más».
No lo oculta: «Quiero entrenar. Esto es muy exigente y el entrenador que se sienta, a lo mejor luego le cuesta levantarse. Quiero progresar y encontrar un punto de unión solido con el equipo que se interese en mí. Uno no va a donde quiere, va a donde le quieren. Ha habido contactos, pero necesito mi tiempo. Tengo que ser inteligente para saber qué me conviene y desde la autocrítica saber en qué quiero mejorar. No puedo seguir trabajando como cuando empecé hace 16 años. Quizá es el momento de actualizarme. Lo máximo es un equipo que te de opción de luchar por la Champions, pero de esos hay pocos. Cinco. Como mucho, ocho. A nivel de selecciones tampoco estoy cerrado».
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