El Sanse se come al Nástic y roza el ascenso a Segunda (1-3)

El Sanse se plantó en el Nou Estadi sin Fraga, Goti, Dani Díaz, Ochieng y Mariezkurrena y saltó al campo como si nada hubiese cambiado. El filial dirigido por Iosu Rivas fue valiente, no le quemó el balón, maniató al Nástic y se encontró pronto con el gol, algo que le vino de perlas para reforzar todavía más su gran primer tiempo.

Un pase maravilloso en profundidad de Eder García dejó a Gorosabel en posición de remate con la cabeza tras quedarse Rebollo a media salida. El cuero impactó en el palo, pero la perseverancia del canterano hizo que Dufur se marcara en su propia portería. No estaba Goti, pero sí un interesante atacante que estaba jugando su cuarto partido en Primera RFEF.

El tanto le sentó perfecto al filial, que tuvo el segundo en un gran contragolpe. Gorosabel robó alto y encontró en profundidad a Astiazaran. Su remate con la zurda se marchó ligeramente desviado. El Nástic todavía no había entrado al partido y ya podía ir perdiendo 0-2. Se espolearon los catalanes, que encontraron la portería de Arana sobre todo con balones verticales. Antoñín remató pero Arana estaba bien colocado. Orobengoa volvió a probar a Rebollo mientras que el Nástic tuvo el empate a balón parado. Antonín, absolutamente solo, empaló una volea. Arana se lució para negarle el empate. El choque se embarró y el colegiado, casero a más no poder, empezó a cargar a amarillas al filial cuando permitió sendas patadas al conjunto local.

En la segunda mitad el Nástic bajó incluso su nivel y el Sanse de nuevo golpeó pronto. Beitia puso un pase en profundidad a Balda, que en vez de disparar con la zurda recortó para finalizar con la derecha. Mikel Rodríguez aprovechó el rechace para marcar el segundo. Las fuerzas entonces comenzaron a flaquear y el Nástic recortó distancias en el 82 gracias a un centro lateral. Leal alcanzó línea de fondo y le puso un centro a la cabeza a Pablo Fernández, que se adelantó a Peru.

El 1-2 era incluso un gran resultado para la vuelta, pero el filial tiró de amor propio para marcar el tercero en un contragolpe perfecto. Marchal recibió en banda izquierda y puso un pase con el exterior para que Carrera se vistiera de Maradona. El canterano le tiró un caño a Dufur, se fue al suelo con el portero Rebollo, pero se levantó, cogió el cuero y tras zafarse de dos rivales reventó el cuero a la red en el descuento. Golazo descomunal para asaltar un Nou Estadi que apunto estuvo de cerrarse después de que la afición catalana lanzara objetos, en dos ocasiones, a los potrillos. Un aviso más del colegiado y el partido se hubiese suspendido. Pase lo que pase en Zubieta, el Sanse es un equipo gigante.