La Real logra una manita ante el Deportivo para romper su mala racha

El fútbol es un estado de ánimo. Quién nos iba a decir la noche del lunes, cuando apenas pudimos pegar ojo, que ahora estaríamos celebrando esta manita de la Real Sociedad que nos recuerda que no se le ha olvidado jugar al fútbol. Un contudente triunfo que llega en el mejor momento para espantar todos los miedos y los temores a los que los blanquiazules se habían hecho acreedores y que les permite afrontar con más calma dos retos ilusionantes como son la visita al Bernabéu y la ida de la Europa League contra el Salzburgo en Anoeta. Porque son nueve puntos de ventaja y el golaverage sobre el descenso, una renta importante cuando se venía de encadenar cuatro derrotas seguidas. Y con la portería a cero, algo que no ocurría en Liga desde octubre en la visita al Alavés (0-2) y que le va a venir muy bien a Gero Rulli.

Fue el triunfo de esos secundarios de lujo que buscan más protagonismo como Aritz, De la Bella y Juanmi, que cambiaron la cara al equipo. Los tres fueron determinantes en una noche tan especial porque subsanaron muchas de las carencias que se venían arrastrando en las últimas semanas y le dieron ese plus que permitió superar al Deportivo con facilidad. En vísperas de afrontar un mes de febrero con tres semanas de dos partidos, Eusebio tiene que darse cuenta que tiene mucho más que un once titular. Ya si Agirretxe marca ese tanto de vaselina que terminó remachando Illaramendi Anoeta se viene abajo.

Con Aritz, Llorente y Juanmi. Eusebio volvió al plan de siempre, al menos en cuanto al sistema, al jugar con el dibujo de 1-4-3-3 desterrando la ocurrencia de Villarreal que tan mal salió. Pero no solo se limitó a ello, sino que introdujo varias novedades en el equipo respecto a la jornada pasada. Devolvió a la portería a su inquilino habitual, Gero Rulli, y retocó la defensa para tratar de detener la sangría de goles con la entrada de Aritz y De la Bella. El beasaindarra, que hizo un buen arranque de temporada, entró en el eje de la zaga por Llorente mientras que el catalán dejó por primera vez en Liga en el banquillo a Kevin. No pudo salirle mejor al técnico la jugada.

El otro cambio estuvo en el ataque donde Juanmi, un habitual en los partidos de Anoeta, encontró acomodo en una esquina para tratar de estirar el conjunto en ataque con sus rupturas al espacio buscando la espalda del central de turno. Lo hizo a la perfección, siendo determinante para decantar el partido del lado local.

Juanmi agita el partido. La presencia del malagueño en el partido dio a la Real el picante que le había faltado otras veces en el último tercio del campo. Willian José se escondió más en una zona intermedia y el de Coín no paró de tirar desmarques de ruptura, tanto a la espalda de Albentosa como de Schär, el central más alejado de su posición de inicio. Con profundidad arriba, en el centro del campo Illarramendi y Prieto tuvieron espacio para jugar en los pasillos interiores, desde donde pudieron lanzar a Oyarzabal y a Odriozola en ataque. No obstante, había que tener paciencia hasta encontrar el momento de hacer daño, porque el Deportivo estaba bien colocado y había que encontrarle su punto débil.

El conjunto coruñés se paró en defensa en un 1-4-4-2, con Carles Gil como segundo delantero tratando de evitar que los centrales sacaran el balón jugado y Adrián cerca de Odriozola. Lo que la Real hizo a la perfección fue que Oyarzabal sacara de sitio a Luisinho para después, por ese espacio vaciado, colar a Odriozola por una zona tan alta en la que Adrián no podía perseguirle. Así llegó la primera ocasión buena de peligro, con un centro del lateral donostiarra que Illarramendi remató con la zurda llegando desde atrás.

Alternancia de juego corto y largo. Pero los de Eusebio, además de profundidad gracias a la posición de nueve de Juanmi, también tenían alternancia al jugar tanto en corto como en largo si el Deportivo se animaba a ir a buscarle arriba. Aquí fue importante la presencia de Aritz, con unos balones largos tocados que sembraron la incertidumbre en el bando local, que no sabía si ir hacia adelante o recular. Uno de esos envíos sirvió para que Juanmi le robase la cartera a Albentosa y superase con una vaselina a Rubén en su salida, pero Undiano Mallenco estimó que se ayudó con el brazo a la hora de hacer el control. El miedo ya estaba instalado en el contrario.

Con un Zubeldia en plan imperial como pivote defensivo e Illarramendi más liberado para tratar de meter el pase ganador en zona de tres cuartos, la Real se instaló en terreno contrario, donde le gusta. Un pase al espacio del mutrikuarra para la carrera de Oyarzabal lo desvió en última instancia a córner Albentosa. Era el anticipo de que algo bueno estaba por llegar, porque los méritos se estaban acumulando.

Decimosexto de Willian José. Y el premio vino pasada la media hora tras una larga jugada de ataque que fue inicialmente despejada por la defensa contraria. Al estar acampado en campo rival a la Real no le costó mucho recuperar el balón y hacérselo llegar a Zubeldia, que metió un pase a lo Laudrup con el exterior y mirando al lado contrario. ¿A quién? Al más listo de la clase. A Juanmi que robó la cartera a la zaga y tuvo la sangre fría de levantar la cabeza y dársela a Willian José. Oyarzabal completó el cuadro con un arrastre en el que se llevó a Bóveda y Albentosa para que el brasileño hiciese su decimosexto tanto del curso. Uno de esos tantos de la Real que cuando le salen es para verlos una y otra vez en vídeo.

Festival goleador. Si la primera parte el cuadro txuri-urdin había sido superior, en la segunda hizo desaparecer al Deportivo del campo con un recital de buen juego, acompañado esta vez de profundidad. Juanmi, Oyarzabal y Canales jugaron al espacio de maravilla. Pero antes de que eso ocurriese Illarramendi hizo el tanto de la tranquilidad al ejecutar con maestría un lanzamiento de falta. Después Canales, Aritz e Illarra, de nuevo, se apuntaron para firmar una manita histórica que debe sacar a la Real de ahí abajo. ¡Que aún queda toda la segunda vuelta, hombre!