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Antes de entrar en materia quiero centrarme en lo que sucedió en Roma. El fútbol está llegando a un extremo donde no merecerá la pena ... ir a los estadios. Acudir con niños resulta ya peligroso, pasó en Argentina, y puede llegar a Europa. Los críos no irán al campo por miedo. Los ultras creen que pueden hacer lo que les venga en gana y si actúan así es porque tienen el beneplácito y el apoyo de los clubes.
Las cosas no fueron mejor en el Olímpico. La Real no compareció, fue vulnerable en defensa y la sensación fue la misma que el día del Celta. Estaba motivado, y así lo escribí aquí. El equipo es fuerte a nivel defensivo y la zaga está más o menos definida, pero aquí defienden todos y creo que hay que ser más responsables sin balón, seguir a nuestras marcas y en el balón parado tener claro que no nos pueden hacer gol.
Imanol hizo cambios y yo hubiese hecho lo mismo pensando en un Getafe que sí que es agresivo. Estos lo son de verdad pese a que tienen jugadores de buen pie como Milla, Aleñá o Uche y un delantero interesante como Mayoral, que no termina de recuperarse. Esta vez no puede haber más sorpresas. Suelo decir que estar cansado no es estar cansado. Hay acumulación de partidos, pero el equipo tiene que dar un paso adelante en el centro del campo incorporando gente fresca, que la tenemos, para sostener la medular.
Me está sorprendiendo la irregularidad del equipo, capaz de perder en Pilsen y ganar al Barcelona, superar al Ajax con claridad o venirte de Roma con tres goles. Somos la Real, y tenemos que ser conscientes de que, primero, no nos tienen que hacer gol. Luego ya tenemos gente diferencial en ataque.
Insisto que nos falta frescura y me viene a la cabeza el nombre de Olasagasti, que cuando ha jugado lo ha hecho francamente bien. Pero no es suficiente. Antes jugábamos once y dos desde el banquillo. Pero este nivel es altísimo y no puede haber medianías. No soy nadie para decir qué fichar, pero hay que buscar gente con experiencia. En determinados puestos hace falta experiencia y certezas, como Aguerd. Luego puedes fallar, como con André Silva, pero no se puede pensar en el futuro sin mirar al presente. Isak solo hay uno.
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