Ritmo de la noche
Por toda la escuadra ·
A medida que el sol se oculta, la Real inclina el partido hacia su lado pero no puede entonar el conocido hit noventero
Comienza a rodar el balón. Sol de justicia. Raro. Más, en un partido europeo. Se hacía extraño cuando a los choques de Champions o de Europa League se solía ir ya con el tres cuaros, la bufanda e incluso los guantes. La Real es nocturna y, a medida que el sol encontraba el ocaso, el equipo txuri-urdin se manejaba mejor en el terreno de juego. Aunque quizá eso es mucho decir.
Según la Real Academia de la Lengua, ritmo significa 'orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas'. Parece que es la palabra de moda sobre todo cuando se habla de los partidos europeos. Según dicen los expertos, la gran diferencia entre el juego de la Liga y el del continente es el ritmo. La velocidad. La Real fue testigo de ello en Eindhoven. Una batalla a campo abierto que acabó en empate y donde los de Imanol supieron contrarrestar el ímpetu de los neerlandeses. Ante el Mónaco, nuevamente, el ritmo fue alto, además ante un equipo con centímetros, músculo, velocidad y poderío. Que los de Kovac se echaran atrás, más con su gol, no menguó la celeridad de las acciones. Cierto que la Real no salía en tromba desde la cueva, pero a la hora de pisar el balcón del área las disputas eran salvajes. Saltaban chispas en cada lance. El ritmo. De verdad, parecen otros partidos. Mucho tiene que ver en ello el linaje de los rivales que ha tenido la escuadra txuri-urdin. PSV Eindhoven y Mónaco. Casi nada.
Sin ariete
Esperábamos un Mónaco más valiente. Kovac se pertrechó en una guardia pretoriana y tuvo el viento a favor con el gol de Disasi. «Ahora todo es mucho más fácil», pensaría el germano-croata. Los franceses, que presumen de mostrarnos sus 'Chateaux' durante las etapas del Tour, son sabios en cómo defender su plaza. Muchos años de guerra contra los sajones tienen la culpa de que sepan defenderse en su empalizada. Y además, a la Real le faltaba esa arma que en el siglo XI era tan necesaria como en el fútbol actual: el ariete.
Portu fue el encargado de intentar colarse entre las dos torres que resguardaban la portería monegasca. Disasi y Badiashile. 1,93 y 1,97 de estatura. No hay mucho más que decir.
La Real conoce la forma de competir en Europa, con partidos de más voltaje, velocidad y tensión
LO MEJOR
Se echó de menos un ariete, como en el siglo XI, que hubiera derribado la fortaleza monegasca
LO PEOR
El Sturm Graz ha perdido sus dos partidos y, para ser primera, la Real no podrá fallar ante los austriacos
A DESTACAR
Tardó en escucharse el 'Ritmo de la noche', hit noventero que esperemos se vuelva a poner de moda en cuanto la normalidad nos abrace. Y bajo su son pegadizo y mientras se echaba la noche y caía algo de fresco en Anoeta, la Real inclinaba el partido hacia la portería de Nubel. El cabezazo de Merino –una obra de arte marcando los tiempos perfectamente– animó a los fieles blanquiazules. Y Januzaj cogió el metrónomo para terminar de volver loca a la grada. Poco le faltó al belga para salir a hombros, porque además de gozar de varias ocasiones, llegó bien, pasó con intención, dribló... y la canción de los belgas (qué casualidad) 'Mystyc' sonando a todo trapo. Faltó un poco más de volumen para perforar el muro monegasco. Ante la falta de arietes, los arqueros blanquiazules casi derriban la puerta. Lo merecieron.
Seis puntos claves
Los realistas han logrado dos puntos ante los dos rivales más fuertes que tiene en el grupo. ¿Poco botín? Puede ser. Sigo pensando que la clave va a estar en los seis puntos en juego con el Sturm Graz, el equipo más débil. Si los de Imanol consiguen vencer, veremos cuántos puntos se dejan entre el PSV y el Mónaco. Ante los austríacos, el panorama será distinto por cuanto habrá recuperado el oriotarra a un puñado de jugadores para la causa. No conviene olvidar que el equipo sigue con nueve bajas.
Por ahora el Graz ha perdido los dos partidos: 1-0 ante el Mónaco y 1-4 contra el PSV. Si la Real merece pasar como primera de grupo deberá hacer lo propio. Además, el partido será a las nueve de la noche y hará frío. Perfecto para que el disc-jockey pinche 'Ritmo de la noche'.
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