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Sábado, 8 de junio 2024, 07:05
Los más jóvenes quizá no recuerden bien a Ricardo Sa Pinto (Oporto, Portugal, 1972), quien fichó por la Real en 1997 a cambio de 550 ... millones de las antiguas pesetas. Sa Pinto jugaba en su selección al lado de Figo y Rui Costa. Palabras mayores. Un ganador nato, que se pasó su primer año en blanco por una sanción de la FIFA y que dejó grandes recuerdos en la afición. Sa Pinto era lo que hoy sería un jugón. «Jugaría en la actual Real en cualquiera de las dos bandas», dice con una sonrisa y asegura que el equipo blanquiazul «estará siempre en mi casa y en el corazón». Si le ven por la calle este fin de semana no duden en hacerse una foto o un selfie con él.
Hoy estará dentro de los actos del festival Korner, que organiza la entidad de Anoeta, como él mismo confirma. «Estoy invitado por la Real para una cita importante que va a ser en un sitio maravilloso como Chillida Leku y vamos a conmemorar junto con otros jugadores de la Real de mi época y otras los cinco años consecutivos de la Real en Europa». Sa Pinto se deshace en elogios al club blanquiazul del que formó parte durante tres temporadas. «Quiero agradecerle a la Real el gran detalle que ha tenido conmigo porque me hace mucha ilusión. Es muy importante esta trayectoria de la Real en Europa».
Cómo no, el jugador nacido en Oporto hace 51 años pero criado y formado futbolísticamente en el Sporting de Lisboa va aprovechar su estancia en Donostia y Gipuzkoa «para hablar con excompañeros y exdirigentes del club. Tengo muchas ganas de estar con Javi Gracia, que hace tiempo no coincidimos, y seguro que con otros más».
El exatacante blanquiazul no sabe si tendrá tiempo de acudir a las instalaciones de Zubieta. «La verdad es que me encantaría ir para ver cómo va evolucionando. Sé que se están acometiendo obras, estuve hace unos cuatro años en unas jornadas organizadas por Mikel Etxarri y ya vi que son unas instalaciones perfectas. Eso es una de las cosas que explican lo bien que lo está haciendo la Real».
Sa Pinto no conoce el Reale Arena sin las pistas de atletismo, donde hacía levantar a la grada con su velocidad vertiginosa y regates eléctricos. «Es otra de las cosas que tengo pendientes», apunta, «ver el nuevo Anoeta, pero cuando se pueda».
Sa Pinto ha estado enrolado esta pasada temporada en el Apoel Nicosia de Chipre, su décimo cuarto equipo como entrenador. El luso ha estado también en Portugal (Sporting de Lisboa y Sporting de Braga), Grecia (Atromitos), Polonia (Legia Varsovia) Bélgica (Standard de Lieja), Serbia (Estrella Roja) y en países exóticos como Arabia Saudí o Irán, antes de recalar en Chipre.
«Hemos ganado la Liga esta temporada», comenta el portugués, «en un año que ha sido muy difícil. El Apoel no ganaba el campeonato desde hacía cinco años y es un club que ha ido perdiendo fuerza y capacidad financiera de otros tiempos». Sa Pinto está contento, aunque no todo ha sido de color de rosa en la capital chipriota. «Ha habido dificultades con retrasos en las nóminas para los jugadores, mi staff y yo mismo, y ese es un tema difícil de gestionar. Porque en el Apoel hay presión, responsabilidad y una afición muy apasionada. Pero hemos ganado y eso hace que esté muy contento».
Sin embargo todos esos problemas burocráticos le han hecho a Sa Pinto decidir «no seguir» en el Apoel. Así que, como él dice, «estoy en el mercado. Voy a llamar a Imanol a ver si me hace un hueco», bromea. El exinternacional con Portugal diserta sobre el puesto de entrenador, «mucho más difícil que el de jugador». Sa Pinto habla de que cuando se calzaba las botas de tacos «la responsabilidad es sobre todo tuya. Más individual, y tienes que cuidar detalles como el entrenamiento, el descanso o la alimentación».
Sin embargo todo se complica exponencialmente al ser entrenador porque «lideras a 50 ó 60 personas. No sólo están los jugadores, sino muchos departamentos de todo tipo y hay muchas responsabilidades». El exrealista añade que en un equipo «hay jugadores de diferentes nacionalidades, con edades distintas, objetivos individuales y es complicado. Para mí lo más difícil es gestionar personas. Creo sinceramente en el valor que tienen las personas que dirigen grandes empresas y negocios, con lo que tienen que lidiar».
Hablando de entrenadores, Ricardo Sa Pinto se refiere a la gran labor que está realizando Imanol Alguacil al frente de la Real. «Increíble», resume el luso. «Imanol está haciendo un fantástico trabajo. He de decir que me ha sorprendido el nivel que está dando de entrenador porque de jugador era un chico muy tranquilo, poco hablador y te sorprende. Pero sí, lo está haciendo muy bien. Además, es un tío majísimo y espero que se quede veinte años más por lo menos en la Real».
Siempre que puede y si las obligaciones de entrenador no se lo impiden, el portugués sigue los partidos de la Real. «Este año lo he tenido más fácil con la Champions», indica y se muestra muy respetuoso con el Benfica, eterno enemigo del Sporting. «Uff, es que la Real le dio dos repasos. Quiero tener respeto con ellos», dice. Sa Pinto valora «el sensacional trabajo de cantera y por eso ahora hay esos resultados. Da gusto ver a la Real, con ese juego moderno, con cinco internacionales y estando los últimos años arriba en la clasificación». No duda en señalar que tras los tres grandes «después va la Real, sin duda. Lo ha demostrado con Imanol en estos últimos cinco años». Aunque deja una pequeña chinita... «Este año el Athletic ha estado arriba, pero la trayectoria de la Real es magnífica», dice el que fuera atacante y que celebró con Darko Kovacevic un gol ante el Athletic en el derbi calándose una txapela cada uno.
Hablando del serbio, Sa Pinto se alegra «un montón» del éxito del Olympiacos, donde Darko es director deportivo. «Y eso que la temporada la empezó un buen amigo mío como Carlos Carvalhal, pero es cierto que la llegada de Mendilibar les ha hecho dar un clic distinto a los jugadores y, mira, han ganado el mayor título que ha conseguido Grecia en una competición de clubes».
Y de delantero a delantero. Sa Pinto diserta sobre el rendimiento que ha ofrecido su compatriota André Silva este año. «Lo primero es que no me cabe duda de que es un gran jugador», asegura, «pero esto es fútbol y hay muchos condicionantes. Por eso decía que lo más difícil es ser entrenador. La adaptación, los sentimientos o las sensaciones, hay que entenderles bien y a veces no es fácil».
Continúa diciendo que «a partir de ahí es cuando hay que construir lo que se puede aportar. Por eso es duro es ser entrenador, tienes que ir al fondo de la cuestión porque sabes que hay jugadores (como André Silva) que son buenos y que no te dan lo que crees que tienen que dar». Sa Pinto pone otro ejemplo, que le toca muy de cerca. «Tuve a Bruma en las categorías inferiores del Sporting y pensaba que iba a dar mucho más en la Real. Tiene potencial».
Dice que el fútbol en España le gusta «porque juegan abiertos, yendo a por el partido». Alaba a un jugador como Vitinha, al que se midió la Real con el PSG. «Un chico top, como Bruno Fernandes. Creo que Portugal va a estar en cuartos de final, mínimo, en la Eurocopa». Él jugó dos con la selección lusa, junto a Figo, Rui Costa, Fernando Couto o Vitor Baia. «Yo siempre por detrás de ellos en clase... pero jugaba de 'nueve' eh?» ¿Como Darko? «No, no, yo arrancando por detrás», dice riendo. Antes de despedirse con un «agur eta eskerrik asko» espera que «la Real siga así porque lo está haciendo fantástico. Es una gozada verles».
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