La Real Sociedad sabe sobrevivir sin Martin Zubimendi

Por eso muchos realzales se echaron las manos a la cabeza cuando en los minutos finales del partido contra el Almería el colegiado Díaz de Mera le sacó la tarjeta amarilla, la quinta de todo el curso, todas ellas en Liga, y la que acarrea partido de sanción. Otra circunstancia a añadir a su capítulo de méritos: la capacidad de perdurar sin llegar a la cifra de cinco amonestaciones en un alto nivel de intensidad durante más de 3.500 minutos de aportación de equilibrio en la medular, sin dejar de apretar y cubrir huecos.

Su ausencia en el partido del próximo domingo se celebra en Getafe y se lamenta en Donostia por una cuestión de lógica deportiva. Sin embargo, puede la Real desdramatizar el hecho ateniéndose a los precedentes. No hay manera de saber lo que ocurrirá sin Zubimendi, pero sí lo que ha pasado hasta ahora cuando al equipo se le ha despojado de su brújula natural. El resultado no puede ser más halagüeño. Seis partidos sin el '4', seis victorias. Cien por cien de efectividad de la alineación alternativa.

Imanol y sus jugadores se las han arreglado sin su pivote de referencia para conseguir el triunfo en tres eliminatorias coperas, contra Buñol (0-1), Andratx (0-1) y Osasuna (0-2), y en tres jornadas de Liga, contra Celta (0-1), Valencia (0-1) y, ¡casualidad!, Getafe (4-3). Moraleja: el conjunto txuri-urdin ya sabe lo que es batir a los de José Bordalás sin su pilar en la zona ancha. Ahora bien, aquel lejano 24 de septiembre la victoria ante los azulones llegó tras un partido cuya crónica mereció el siguiente titular en estas páginas: «Una montaña rusa con final feliz». Los visitantes marcaron tres goles en el Reale Arena y la solidez no fue en el duelo la mayor virtud de la Real.

Los dos competidores por ocupar el puesto de Zubimendi dentro de tres días coincidieron en el partido de Anoeta contra el Getafe dentro del once titular, aunque fue Urko González de Zárate quien jugó por delante de la defensa. Beñat Turrientes lo hizo desde la segunda altura, con Brais completando el centro del campo. El plan de las rotaciones salió bien. Hombres importantes descansaron en un contexto de carga competitiva con la Champions de por medio y los tres puntos pasaron a engrosar en el casillero txuri-urdin.

Tres días más tarde el míster volvió a prescindir de Zubimendi en Mestalla y el equipo volvió a sacar adelante el partido. De nuevo Urko asumió la responsabilidad de ser el ancla del equipo y Turrientes también fue de la partida esta vez sustituyendo a Brais. La Real ganó «gracias al trabajo colectivo y el oportunismo de Carlos Fernández en la única ocasión que hubo», tal y como relataba Miguel González en la crónica correspondiente.

Más tarde llegó la Copa y a Zubimendi, como a varios de los titulares habituales, de guardar fuerzas. Sin dar exhibiciones, los realistas se las arreglaron para ganar 0-1 al Buñol en primera ronda y para repetir resultado contra el Andratx en segunda. En la cuarta eliminatoria, más exigente al tratarse de un rival de Primera como Osasuna y en campo contrario, Imanol volvió a apostar por Urko, por detrás de Merino y Zakharyan. Zubimendi arrastraba molestias físicas y el staff quiso ser prudente con su joya. «No hace falta balón para competir», rezaba la crónica del 0-2 de DV el 18 de enero. Elocuente. «Dos goles de penalti y la seriedad defensiva de siempre colocan a la Real entre los ocho mejores de la competición», explicaba el cronista. No tuvo el equipo la fluidez con balón que tantas veces ha propiciado Zubimendi, pero en orden y consistencia el grupo respondió.

Solo tres días más tarde volvía la Liga en Vigo y tampoco se quisieron correr riesgos con el donostiarra. Pero esta vez, a diferencia de las cinco anteriores, no fue Urko quien ocupó su demarcación. Con una defensa de cinco, formaron en la medular Turrientes, Olasagasti y Brais. Fueron un chispazo del gallego y la gran labor defensiva de todo el bloque los garantes de una nueva victoria, la sexta sin Zubimendi. Seis de seis. Cien por cien de éxito. Nunca más ha prescindido Imanol del de Ulia. Lo tendrá que hacer necesariamente el domingo.

Urko ha sido, por tanto, el recurso más empleado cuando ha hecho falta repensar una alineación sin el verdadero faro del equipo. De hecho, sus cinco únicas titularidades en toda la campaña coinciden con cinco de las seis ausencias de Zubimendi. Esta relación apunta a una posible irrupción del alavés en el once de este domingo, si bien sus últimas aportaciones en competición datan de fechas ya lejanas. Jugó 28 minutos el 27 de enero en Anoeta contra el Rayo Vallecano (0-0) y 17 minutos el 2 de marzo en el Sánchez Pizjuán (derrota 3-2). Desde entonces no ha tenido participación alguna.

La otra opción para la posición vacante es la de Beñat Turrientes, teniendo el beasaindarra a su favor el factor del ritmo y el estado de forma. Completó 47 minutos en la vuelta de la semifinal de Copa –con prórroga incluida– el 27 de febrero y desde entonces ha saltado al campo en los cinco compromisos ligueros que ha habido, en dos de ellos –las visitas a Sevilla y Granada– como titular.

El mediocentro formado en Zubieta se ha convertido en el jugador número 12 del equipo y ha causado una grata sensación cuando ha tenido minutos. La presencia de un tridente de lujo en la zona ancha como el que forman Zubimendi, Merino y Brais, le ha restado posibilidades de brillo pero Imanol le ha dado continuidad, habiendo participado en mayor o menor medida en 34 partidos, el 73,91% de cuantos ha disputado el equipo en toda la temporada.

Lo tendrá que volver a hacer la Real. Sobrevivir sin Zubimendi. Con Urko o Turrientes. O con los dos. Si no media ninguna lesión del donostiarra en las próximas semanas, será además la última vez que lo tenga que hacer antes de las vacaciones. Ha salido siempre bien hasta el momento. ¿Por qué no también esta vez?