El regreso tan esperado de Isak se queda en una actuación descafeinada

Sin embargo, al ariete sueco todavía le falta ritmo para volver a ser el que era. Ese delantero que cada vez que cogía el balón creaba peligro por los cuatro costados. Es normal con lo poco que lleva entrenando con el grupo. Aún así, aguantó sobre el césped 87 minutos antes de ser sustituido por Guevara mientras la grada coreaba su nombre al unísono: «Oe oe oe oe...Isak, Isak».

Y es que dos minutos antes de sentarse en el banquillo, el internacional sueco pudo hacer el 2-0 si no llega a estar de por medio Dimitrievski, el más destacado ayer en el Rayo. Portu puso el balón al espacio mientras Isak se incrustaba entre los centrales para recibir y después picarla. Pero ahí apareció la cabeza salvadora del guardameta macedonio para evitar el gol.

Eso sí, también pudo ser expulsado por roja directa tras llegar tarde a una acción con el portero rival. En carrera, Isak dejó la plancha y, pese a que intentó bajar la pierna en el último momento, acabó impactando fuertemente con Dimitrievski.

Pese a todo, su partido fue intermitente en líneas generales, aunque es cierto que mejoró sus prestaciones en la segunda mitad, sobre todo después del gol de Oyarzabal. Incluso la sonrisa de su cara demostraba que poco a poco se iba entonando. Algo que no ocurrió en los primeros cuarenta y cinco minutos, donde pasó desapercibido y estuvo poco participativo en el juego ofensivo de una Real a la que le costó llegar al área contraria. Al menos con peligro.

La primera aparición de Isak fue en el minuto seis al recibir un balón en la medular que él mismo condujo hasta el borde del área. Allí se encontró con un defensa del Rayo. De ahí hasta la media hora de juego le tocó más defender que otra cosa. En los saques de esquina en contra, con la Real defendiendo en zona, él se colocaba en la corta -es decir, el primero pegado al palo-. Por su parte, las faltas las defendía en segunda línea.

Ayer no fue el mejor día del sueco, a quien costó asociarse tanto con sus compañeros del centro del campo como con los zagueros cuando bajaba a romper o a buscar algún balón, que no fueron muchos. Ni tan siquiera aprovechó alguna acción con el mago Silva.

Como por ejemplo en el minuto 32. Isak solicitó el balón dentro del área pero no llegó a controlarlo. El pase, a media altura, tampoco ayudó. Poco más antes del descanso. Isak abandonó el terreno de juego quejándose al árbitro y con la cabeza agachada.

Tras el paso por los vestuarios, mostró otra imagen. Esta vez mejor. En el 49 arrastró muy bien a su defensor para que Oyarzabal asistiera a Silva. Con mucho espacio para el remate, el canario falló en la ocasión más clara hasta entonces.

Ya después del gol, intentó varios desmarques y en el minuto 71 recuperó muy bien cerca del círculo central para en profundidad buscar a Oyarzabal. Con estas jugadas, el sueco se ganó el aplauso de su afición antes de volver a generar un 'uy' en el Reale Arena. El sueco y Januzaj realizaron una jugada combinativa, el belga con una pared se la dejó en bandeja pero Isak, nuevamente, volvió a encontarse con Dimitrievski.

Pese a que en el Camp Nou no tuvieron su mejor día, ayer la pareja de centrales formada por Aritz y Le Normand funcionó bien. Fueron de lo más destacado en la Real junto a Aihen, Silva o Barrene.