Un desafío mayúsculo en una noche grande

El Reale Arena reventará esta noche para impulsar a sus jugadores en un partido que puede marcar un punto de inflexión en la Real ahora que ha perdido algo de fuelle al ganar solo uno de los cuatro últimos partidos de Liga –en la visita a El Sadar– y que la semana que viene va a clarificar ante el PSV qué camino va a seguir en Europa. No hay mejor rival que el Real Madrid para revertir la tendencia y encarar ese trascendental duelo europeo.

Se miden el equipo que no ha perdido en casa después de siete partidos, en los que solo ha encajado un gol de falta como local, y el mejor visitante de la Liga, al que avalan seis victorias lejos del Bernabéu, un empate en el campo del Levante, y solo una derrota, la cosechada en Cornellá, que es además la única que aparece en su casillero después de quince jornadas. El Madrid marca una media de 2,3 goles por partido.

El envite se las trae porque la Real tiene ausencias importantes en posiciones que deciden a qué quiere jugar. No hay sustituto que iguale a Merino y tampoco alguien con la experiencia de Silva. Sin ellos dos en el centro del campo, la Real necesita duplicarse en esa zona para contrarrestar el poderío físico y técnico que tiene el Real Madrid con Casemiro, Modric y Kroos, tres tipos que están acusando la acumulación de partidos pero que siguen siendo referentes de selecciones de primer nivel como Brasil, Croacia y Alemania, respectivamente.

A Zubimendi y Guevara, dos chavales de casa, de 22 y 24 años, les dará Imanol la manija en la zona ancha. El entrenador tiene fe ciega en sus posibilidades futbolísticas y en un estadio que jamás les dejará solos porque hoy habrá once jugadores en el terreno de juego pero casi 40.000 les van a llevar en volandas.

Oyarzabal podría ser ese tercer elemento por delante que sirva de enganche y que ofrezca el temple que va a ser necesario en esa zona en la que la Real cuece los partidos. En las bandas se situarán Portu y Januzaj, con Isak como referente arriba. Aprovechar las concesiones que el Madrid da en defensa en todos los partidos será tarea de los tres, además de tapar las incursiones por banda de Carvajal y Mendy.

Frenar a Vinicius es el otro reto al que se enfrenta la Real. El brasileño está en estado de gracia, con nueve goles en quince partidos de Liga, y tiene la virtud de romper líneas en un suspiro cuando el Madrid está replegado o pasa por un mal momento. Sea Gorosabel o Zaldua el que quede emparejado con el extremo del Madrid, sería un error pensar que el trabajo solo le compete a uno porque hará falta la ayuda de todos. Y lo mismo en el centro de la zaga. Toda cobertura será poca para atar en corto a Benzema, máximo goleador de la Liga con doce tantos. Sin Aritz, sancionado, Le Normand y Zubeldia serán los centrales siempre que las molestias en el pubis se lo permitan al segundo. Si no, siempre está Pacheco. Rico completaría la línea de atrás en el lateral izquierdo.