Odegaard, esta vez sí, elige su destino

El reto no le asusta. Siempre ha convivido con grandes expectativas. «Puede ser el mejor del mundo», llegó a decir Ronny Share, presidente del Stromsgodset después de que debutara en Primera con 15 años y 117 días.

Martin Odegaard está feliz con la posibilidad que se le presenta y está convencido de que es el lugar ideal para dar continuidad al notable rendimiento que ha ofrecido en la última temporada en el Vitesse de la liga holandesa, donde en 39 partidos oficiales ha marcado 11 goles y ha repartido 12 asistencias.

Martin Odegaard ha elegido la Real Sociedad. O para ser más justos habría que decir que ha elegido con el consentimiento de su padre. Porque su progenitor Hans Erik, profesional durante diez años en la liga noruega, es quien ha dirigido su carrera siempre. No es casualidad que acompañara a su hijo la pasada semana en la visita relámpago a la planta noble del estadio de Anoeta y a las instalaciones de Zubieta. Hans Erik quería ver in situ qué le ofrecía la Real Sociedad a su hijo. Hizo lo mismo antes de firmar por el Real Madrid cuando le paseó por todo el continente a la búsqueda de un contrato millonario o como cuando puso como condición que Martin Odegaard debía entrenarse con el primer equipo del Real Madrid y no con el Castilla en contra de la opinión del club que, preocupados por su evolución, trataron de convencerle de que era mejor para su desarrollo que entrenara siempre en el filial. Hans Erik dijo que no. Lo suyo viene de lejos: «Una vez le grité y otro padre vino y me dijo que era demasiado duro con él... Es un jugador inteligente desde que tenía 10 años. Puedo discutir de fútbol con él como si fuera un adulto».

Éste vio su talento pronto. Tanto creyó que se gastó unos 6.000 euros para que tuviera un campo de fútbol propio en casa y así poder instruirle sin pausa. Le decían que era un despilfarro. Pero él creía en Martin Odegaard. Y le permitía ensayar incluso cuando el gélido clima de Noruega arremetía. De familia religiosa, Martin Odegaard creció con la idea de honestidad y honradez que sus padres le inculcaron desde muy pequeño. Eso y el amor por el prójimo. «Crecí con una familia cristiana. Eso es muy importante para mí», ha declarado.

Dicen quienes mejor conocen cómo se han desarrollado las conversaciones de Martin Odegaard con la Real Sociedad que esta vez sí, quizás por primera vez en su carrera deportiva, la opinión del hijo se ha impuesto a la del padre, más partidario de recalar en la liga alemana. «Ya no es un niño, es un chaval maduro. Quería venir a la Real Sociedad porque ve jugadores jóvenes como él con mucha calidad y lo ha conseguido», apuntan estas mismas fuentes. La opinión a favor del exrealista Kvarme y de Zidane han tenido mucho que ver también.

Una vez elegido su destino, Martin Odegaard no va a tener dificultades de adaptación en la Real, donde se va a reencontrar con Illarramendi, Llorente y el preparador de porteros, Llopis, con los que coincidió en el Madrid. Ellos harán que su aterrizaje sea más fácil. Ya no es el chaval introvertido que aterrizó en el Real Madrid con 16 años a cambio de un contrato de 10,5 millones de euros por tres temporadas según Football Leaks, y se sintió siempre bajo la lupa. La experiencia en Holanda en las dos últimas temporadas le ha hecho crecer dentro y fuera de los terrenos de juego. Ya no es el jugador tímido que solo dribla y busca el pase, su acción predilecta, sino que también remata. Ha sido uno de los jugadores que más ocasiones ha generado de la liga holandesa. Lejos queda el jugador que no contó para el primer equipo del Madrid -un partido de liga y otro de Copa del Rey fue su pírrico balance- y no pudo adaptarse a una categoría ruda y física como la Segunda B en el Castilla, con el que jugó 62 partidos y marco cinco goles. La promesa es hoy una realidad.

Martin Odegaard va a llegar a la Real Sociedad en su mejor momento, reforzado por el rendimiento ofrecido en el Vitesse. Más formado físicamente que cuando salió del Real Madrid en dirección al Heerenveen, donde jugó temporada y media, sumó 38 partidos y solo anotó dos goles y repartió cuatro asistencias, el joven noruego va a ser siempre una amenaza para las defensas rivales. Así que será fácil que la prensa noruega, que le dio la espalda y dejó de retransmitir sus partidos ante la notoria desbandada de audiencias en su etapa en el Heerenveen, se deje caer por Zubieta y Anoeta. Y es que Odegaard sigue siendo un ídolo de masas en su país. Sigue siendo el debutante más joven de la historia en la selección absoluta, con 15 años, y cualquiera de sus movimientos tiene eco. No tardará la Real Sociedad en aprovechar este tirón en sus diferentes plataformas en las redes sociales, donde Martin Odegaard arrastra a más de dos millones de seguidores. La revista 'Time' lo eligió como uno de los 30 adolescentes más influyentes del mundo.