La Real Sociedad mantiene la ambición de seguir creciendo

El conjunto txuri-urdin afronta el curso con la ventaja de que ha mantenido la columna vertebral prácticamente intacta más allá de la desgraciada lesión de Silva que ha precipitado su retirada y de que Sorloth se haya decantado por el Villarreal una vez vencida su cesión el 30 de junio. Pero los Remiro, Zubeldia, Le Normand, Zubimendi, Merino, Brais, Kubo, Oyarzabal y compañía están listos para afrontar la campaña más ilusionante en años por lo que significa el regreso a la Champions y la posibilidad de seguir creciendo en la Liga.

Una mirada al campeonato permite atisbar que la mayoría de los equipos se ha devaluado respecto a la pasada campaña. Empezando por los grandes, el Real Madrid ha perdido a Benzema, el Barcelona a Busquets y Jordi Alba y el Atlético tiene que desprenderse de algún jugador importante para ajustar su masa salarial. Entre los rivales directos de la Real, el Betis ha dejado marchar a Canales y Edgar y tiene que vender a alguno más, el Villarreal ha dicho adiós a Pau Torres, Lo Celso, Chukwueze y Yackson y el Sevilla tampoco ha podido reforzarse lo más mínimo forzado por sus apreturas económicas.

Nadie anda sobrado en la postpandemia pero a la Real le ha pillado más desahogada porque nunca gastó más de lo que tuvo y eso le ha permitido ir subiendo posiciones ahora que los demás tienen que soltar lastre.Hasta el momento ha realizado dos incorporaciones importantes. Hamari Traoré, para muchos el mejor lateral derecho de la Ligue1 francesa el año pasado, aumentará el nivel del lateral derecho después de que Olabe diera el paso de mover ficha en las bandas. Especialmente en la fase ofensiva, donde tiene criterio, buen pase para distribuir, despligue físico para subir y un buen pie a la hora de centrar.

La segunda es la de André Silva, un atacante más versátil que Sorloth que complementará mejor a Carlos Fernández y Sadiq, dos delanteros más de área. Hace dos años era titular en el Leipzig cuando el conjunto alemán decidió ceder al noruego a la Real porque no tenía sitio allí, así que estaba por delante.

Además de las incorporaciones del mercado, el verano ha traído dos buenas noticias en los nombres de Unai Marrero y Urko González de Zárate, que ocuparán el hueco dejado por Zubiaurre y Guevara. El joven meta azpeitiarra es la gran esperanza de Zubieta para sacar un portero 20 años después mientras que el vitoriano ha aprovechado sus minutos de pretemporada. Olasagasti y Marín también son alternativas que tendrá Imanol cerca por si es necesario que echen una mano.

Más allá de las caras nuevas de este verano, al medir las posibilidades de la Real hay que tener presente que hay una serie de jugadores que esta temporada son casi fichajes porque la pasada no pudieron rendir por las lesiones. El primer nombre propio es el de Mikel Oyarzabal, capitán y emblema txuri-urdin, que busca recuperar su nivel de siempre. Sadiq Umar fue el fichaje más caro de la historia del club -20 millones- y una lesión de rodilla le ha tenido inédito hasta ahora. Contra el Bayer Leverkusen apuntó detalles y hay muchas esperanzas puestas en él.

Barrenetxea terminó la temporada pasada como un tiro y para ésta apunta a ser un jugador importante, lo mismo que un Momo Cho que el curso anterior pasó más tiempo parado que activo y que tiene unas condiciones excepcionales. El quinto hombre sería Carlos Fernández, que dos años después de su lesión tiene que demostrar por qué pagó la Real 10 millones por su fichaje.

Todo ello hace pensar en un equipo con mucho más gol que los dos últimos años, con una columna vertebral fuerte en lo defensivo y que cuando complete la plantilla el 31 de agosto debe ser capaz de seguir entre los mejores del campeonato.

Más allá de la Liga, donde el objetivo es reducir las distancias con los tres primeros, existe mucha ilusión en hacer una buena fase de grupos en la Champions. Hace diez años la Real solo sumó un punto en seis jornadas y ahora se quiere competir de tú a tú con cualquier rival por muy difícil que sea. El sorteo condicionará sus opciones pero a estas alturas no hay grupos fáciles.

Tampoco se quiere dejar de la lado una Copa del Rey que hace dos años dio al club la mayor alegría en varias décadas con aquel título conquistado en La Cartuja. El actual formato permite soñar con llegar lejos siempre que el sorteo sea algo más benévolo que el último, donde tocó jugar contra el Barcelona y en el Camp Nou. Si hay suerte en los cruces, la Real tiene que apuntar a las rondas finales. Muchos desafíos a la vez , es verdad, pero este equipo que reúne capacidad y ambición los encara con naturalidad sin pecar de soberbia aunque sabiendo también que no es menos que nadie. Esa ha sido su receta, junto al trabajo y el acierto en las decisiones deportivas, para crecer tanto en los últimos cuatro años.