Le Normand felicita deportivamente a Araujo a la conclusión del partido en el Reale Arena. ASKASIBAR
Real Sociedad

Los grandes siguen estando a años luz

La Real solo ha ganado uno de los 25 partidos que ha disputado desde la temporada 19/20 ante Real Madrid, Barcelona, Atlético y Sevilla en Liga

Miguel González

San Sebastián

Martes, 23 de agosto 2022, 06:50

Dos jornadas de Liga nos han bastado para entender que la vida sigue igual. La Real es prácticamente infalible ante los rivales inferiores a ... ella pero muy inferior a los equipos más potentes del campeonato. Hay un dato revelador, y es que de los 25 partidos disputados ante los cuatro clubes más potentes de la competición desde la temporada 19/20, es decir, Real Madrid, Barcelona, Atlético y Sevilla, solo ha sido capaz de ganar uno. Fue ante el Atlético el 14 de septiembre de 2019 en el Reale Arena, cuando se impuso por 2-0 con tantos de Odegaard y Monreal.

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En estos tres años es mejor no mirar la estadística ante los grandes porque dan ganas de llorar. Es lógico que sea desfavorable por el potencial de los adversario pero no hasta tal punto de haber rascado solo ocho empates más y haber encajado más del doble de los goles marcados. Sobre todo en un periodo en el que la Real ha firmado tres clasificaciones seguidas para Europa y, según sus responsables, aspira a ser cada día más competitiva en los grandes escenarios. Pues de eso, de momento, nada de nada.

Una idea para los pequeños. El gran éxito de Imanol en estos tres años ha sido construir un estilo de juego reconocible con el que ganar de forma recurrente a los equipos de la segunda mitad de la tabla, que es lo que le ha permitido ir a Europa en un torneo que premia la regularidad. La pasada temporada sumó ante esos conjuntos más puntos incluso que algún grande. Una posición adelantada en el campo, con una tendencia a defender hacia adelante para presionar alto y un exquisito manejo del balón hacen que esos encuentros que antes históricamente se atragantaban ahora no tengan secretos para los blanquiazules. Y en muchos de ellos la falta de puntería impide victorias más holgadas como en la jornada inaugural en Cádiz.

Cuando un grande le quita el balón y quiere estar alto mediante presión, no le da para aguantar corriendo tras el balón todo el partido

Pero esa receta pierde eficacia cuando los grandes le quitan el balón y quiere seguir manteniendo un posicionamiento alto en el campo a base de presionar porque las fuerzas no le dan para aguantar noventa minutos corriendo. Y no digo nada si viene de jugar partido en Europa entre semana. Con todo, no sería lógico cambiar lo que eres para afrontar ocho partidos de Liga al año en el que, de una forma u otra, lo normal es que pierdas o que empates, como mucho, en el caso de jugar en casa. Así que la primera causa de la ineficacia de la Real ante los rivales más potentes tendría relación con su estilo más que con su planteamiento.

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Correr hacia atrás. En estas dos últimas temporadas el cuadro txuri-urdin ha crecido mucho defensivamente, así la pasada temporada firmó 20 porterías a cero en 38 jornadas, el 53% de los partidos. La receta tiene que ver con el punto anterior, porque mantener el balón y defender alto le permite respirar tranquilo en la retaguardia. Y en el juego aéreo se muestra superior a esos rivales más débiles con la solvencia por arriba de Le Normand, Merino y Zubimendi, entre otros. Incluso con el 1,92 de Isak cuando lo coloca en la corta para defender los córners.

La diferencia está a la hora de correr atrás. Un reverso como el de Pedri en el 0-1 con el que lanza en carrera a Balde no te lo hacen equipos de la mitad de la tabla hacia abajo. En un palmo de terreno te desactiva la presión y te obliga a correr hacia atrás ante rivales veloces y con una técnica depurada para el último pase y el remate. Las dos salidas al Camp Nou y al Bernabéu del curso pasado acabaron con cuatro goles en la portería de Remiro y hace dos temporadas, antes de la final de Sevilla, el conjunto azulgrana marcó seis en Anoeta.

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Contra esos equipos sufre en transiciones defensivas y en repliegue pero jugar de tú a tú le permite fortalecer su idea de juego

El ejemplo más feaciente de esa dificultad para jugar alto ante esos equipos y correr luego hacia atrás fue el partido ante el Manchester United en Turín de hace dos campañas. El conjunto inglés marcó cuatro goles al contragolpe que pudieron ser el doble de haber pisado el acelerador.

Tampoco sirve el repliegue. En estos tres años Imanol lo ha intentado de todas las maneras y ha habido ocasiones en las que ha planteado un repliegue intensivo ante esos rivales a costa de renunciar a sus principios. El año pasado lo hizo en el Bernabéu, cuando formó con Zubeldia y Zaldua en la banda derecha para frenar a Vinicius. A pesar de adelantarse por 0-1 tras un penalti a Silva, para el descanso perdía 2-1 porque Camavinga y Modric habían enchufado sendos disparos desde fuera del área.

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También planteó esa táctica en la eliminatoria contra el Leipzig para tratar de contrarrestar el poderío ofensivo alemán con los André Silva, Nkunku, Dani Olmo, Forsberg y Szoboszlai, entre otros. En Alemania, dispuestos en un dibujo de 1-5-4-1, con Portu y Oyarzabal en bandas y Sorloth como delantero, maniató bien a los hombres de Tedesco, que se vieron ahogados al no disponer de espacios por los que combinar ni correr.

Sin embargo, en Anoeta no sirvió la misma receta porque un despiste atrás concluyó en penalti de Ryan sobre Nkunku que decantó la eliminatoria, ya que en la media hora final hubo que adelantar líneas y el conjunto germano hizo dos tantos más al contragolpe. Así que tampoco es una cuestión de encerrarse atrás, porque con distintas tácticas y dibujos la Real ha sido superada estos años de forma recurrente por equipos como el Real Madrid, Barcelona, Atlético, United o Leipzig, muy superiores tanto en presupuesto como en plantilla.

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No tener dudas para crecer. Así las cosas, el camino elegido el domingo por Imanol para combatir al Barcelona parece el más efectivo para crecer como equipo. Porque eres fiel a una idea, ésa con la que comulgan los futbolistas y gusta a los aficionados, por muy decepcionados que se fueran tras encajar cuatro goles.

Durante 65 minutos la Real fue capaz de jugar de tú a tú a un ritmo frenético a uno de los aspirantes a ganar la Liga. Y solo la profundidad de banquillo le hizo hincar la rodilla. Ahora de lo que se trata es de que la próxima vez esa hora larga dure más en el tiempo hasta poder competir con esos rivales a noventa minutos en duelos cara a cara.

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Hay que tener en cuenta que el blanquiazul es un conjunto con unas características propias por juventud y confección de plantilla, con muchos canteranos en ella, que le puede hacer más frágil en estos encuentros que un equipo veterano formado por jugadores más rocosos fichados en el mercado.

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