Nuevas oportunidades

La Real ha experimentado una metamorfosis brutal en los últimos once años gracias a su buen hacer en lo deportivo, que se ha sustentado en un regreso a sus orígenes con Zubieta como piedra angular del proyecto. La cantera le ha aportado nivel competitivo y buenos réditos económicos con los que ha pasado de estar en quiebra técnica a construirse un estadio nuevo. Solo por Griezmann (56), Iñigo (32), Odriozola (32) e Illarramendi (15) –restada la cantidad que costó recuperarle– recaudó 135 entre 2013 y 2020. Sin olvidar que los actuales canteranos del primer equipo están valorados en más de 200 millones, con Oyarzabal (70) a la cabeza como máximo exponente.

Pero solo con ello no se habría instalado en la zona noble del campeonato, con cinco clasificaciones europeas y un título de Copa en nueve temporadas, porque en un fútbol tan exigente como el actual son necesarios refuerzos externos. De ahí el departamento de scouting, la llamada Unidad de Reclutamiento, que ha organizado Roberto Olabe y cuyo primer gran éxito fue seguir con lupa a Alexander Isak en 2019 durante su cesión al Willem II holandés para intuir su enorme potencial. Costó 7 millones y hoy, como reconoce Aperribay, no estamos tranquilos con su cláusula de 70 si un grande se encapricha con él.

En este momento hay cerca de quince personas trabajando en ese departamento, contando a Olabe y Erik Bretos, que se dividen en dos áreas, la que busca jugadores para el primer equipo –denominada de Elite– y la que sigue a jóvenes talentos, la Potencial. Peinan todas las ligas que consideran pueden aportar jugadores interesantes, hacen seguimientos en vivo y recaban información del futbolista sobre el terreno para que el club sea el protagonista del fichaje y no los agentes. Con ello se reduce el margen de error y se multiplica las posibilidades de acierto en el futuro.

Tener al Sanse en Segunda va a permitir realizar dos o tres incorporaciones más como las de Pokorny que pueden ser interesantes a medio y largo plazo. Sobre todo en el lateral izquierdo, donde Monreal tiene 35 años y por abajo tampoco viene nadie apretando. La presencia de Xabi Alonso en el banquillo, la proyección alcanzada como club por la Real y un estilo de juego moderno y atractivo hacen que sea más fácil incorporar talento para terminar de moldearlo en Zubieta.

Ello no significa que vaya a cambiar la esencia del filial, porque habrá un núcleo guipuzcoano importante con los Sola, Turrientes, Arambarri, Ezkurdia, Olasagasti, Lobete, Aldasoro, Zubiaurre o el propio Luca Sangalli y canteranos que llevan años en el club, casos de Karrikaburu, Ayesa, Urko, Blasco, Garrido, Roberto López y compañía. Nais Djouahra, que fue el último jugador que trajo Eric Olhats hace tres años antes de desvincularse de la Real, sería un caso parecido al de Pokorny, aunque en un radio geográfico más cercano ceñido al mercado francés.

La intención, como dijo Olabe, no es que el Sanse pase de puntillas por la categoría sino tratar de mantenerlo para afianzar aún más el proyecto deportivo al llegar a jóvenes promesas a las que antes era imposible. El fichaje de Pokorny apenas ha costado 100.000 euros, aunque el Salzburgo se llevaría un buen pellizco en caso de una futura venta, por lo que no será difícil rentabilizarlo. La Real no para de crecer y ahora se le abren nuevas oportunidades de hacerlo.