Una Real muy cómoda cuando atrae
Contra Niza y Real Madrid ha demostrado que le van los rivales que saltan a buscarle y ahora debe resolver cómo combatir a los que le esperan en bloque bajo o medio
Segundo partido consecutivo con sensaciones positivas en el juego. Tanto en Valladolid como en Niza la Real acabó con buen sabor de boca ... respecto al desarrollo de una idea sobre el campo, aunque la alegría no fue completa porque el resultado pudo ser mejor de estar más acertados arriba. En Zorrilla fue Becker el que más cerca estuvo del gol y en el Allianz Riviera, Oyarzabal con un control que se le fue largo cuando estaba delante de Bulka. Nadie dijo que fuera a ser sencillo pasar de perder cuatro de los seis primeros partidos a enlazar una dinámica ganadora, pero al menos se ve a la Real más cerca de hacerlo.
Ahora se trata de confirmar los brotes verdes este sábado contra el Valencia en uno de esos partidos que no es una final pero que sí puede marcar una temporada. Porque después de dar dos pasitos hacia adelante no se puede permitir dar atrás con un bagaje de resultados tan escaso en este comienzo de temporada.
Para combatir al Valencia Imanol debe decir si dar continuidad al rombo de Valladolid o regresar al1-4-3-3 con extremos
Atraer para sorprender.Las primeras seis semanas de competición han confirmado que la Real es un conjunto que se encuentra más cómodo atrayendo al rival que atacando un bloque medio-bajo. No es casualidad que sus dos mejores partidos hayan sido contra los dos rivales en teoría más potentes, casos de Real Madrid y Niza, a los que por momentos llegó a superar con claridad con su propuesta. En el caso de los blancos, que hacían una primera línea de presión de cuatro lanzando a Valverde para unirse a los de tres arriba, es posible que la intensidad defensiva para presionar alto no sea su punto más fuerte, pero los franceses han hecho de ese recurso uno de sus puntos fuertes y la Real le desarboló tácticamente en la primera parte, atrayéndoles para luego buscarles la espalda.
En términos taurinos, el cuadro txuri-urdin necesita de toros que embistan para cuajar una buena faena porque tiene un plan para salvar esa primera presión y jugadores que llevan tiempo iniciando en distancias cortas y medias. Contra el Real Madrid, Sucic y Sadiq fueron las piezas en las que se apoyó para transitar y en el Allianz Riviera lo hicieron Brais y Barrenetxea, que pudieron sujetar a las espaldas del centro del campo rival para girarse y poner de cara a los atacantes.
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Este sábado ante el Valencia le tocará regresar al guion que más se le atraganta, combatir a un adversario situado en 1-4-4-2 que le espera en zona media y que sitúa a sus extremos como interiores para obstaculizar el juego blanquiazul por dentro. En Valladolid solventó bien la situación con el rombo y ahora habrá que ver si Imanol repite con ese dibujo o regresa al 1-4-3-3 habitual. En cualquier caso, ese contexto de atraer para sorprender no se va a dar, así que el partido se va a parecer poco al de Niza.
La capacidad para girarse de hombres como Sucic, Brais o Barrene por dentro es clave para colocar a los atacantes de cara
Ganar amplitud con cinco. Imanol demostró el miércoles que es un buen estratega con su plan de partido. Apostó por jugar con una línea de cinco atrás por un doble motivo y no solo por una razón defensiva como cabría deducirse después de que el Niza le hubiese endosado ocho goles al Saint-Étienne el pasado viernes.
En el plano defensivo entendió que el conjunto de Franck Haise se mueve hacia arriba con mucha movilidad e intercambio de posiciones entre sus atacantes, lo que hacía difícil detectarlos. No solo apostaba por extremos a pierna cambiada como Bouanani y Guessand sino que el centrocampista más ofensivo, Louchet, tenía libertad para aparecer por todo el frente de ataque y los carrileros Clauss y Bard afilaban el cuchillo para profundizar cada vez que podían.
La solución que encontró fue plantar dos laterales largos y tres centrales para no tener que hacer ajustes constantes en su esquema habitual de defensa de cuatro con los centrocampistas y los hombres de banda. Con ese recurso mantuvo siempre una estructura fija en el centro del campo con Brais, Zubimendi y Marín y esa referencia le posibilitó poder atacar en mejores condiciones al tener siempre a cada jugadores en su zona asignada.
En fase ofensiva lo que le permitió la línea de cinco es dar mayor amplitud a la salida del balón y desactivar la presión del Niza, que necesitó lanzar a un hombre más para igualar en número a los realistas. La consecuencia fue que el cuadro francés dejó la retaguardia desguarnecida y le costó correr hacia atrás. Entre Barrenetxea y Brais sembraron el caso a los centrales, normalmente fuera de zona, y si la Real no llegó con más peligro fue porque no estuvo acertada en el último pase o en el remate final.
Gran margen de mejora física.Es cierto que tras el descanso costó más transitar y pisar campo contrario, en parte porque mientras el Niza fue a más físicamente, la Real fue a menos. Así lo confesó el propio Imanol en sala de prensa cuando admitió que «en la segunda parte nos ha costado aguantar el ritmo». La pretemporada no ha sido la ideal, en gran medida por razones ajenas al propio club, por lo que el equipo aún está lejos de su mejor versión en este apartado. Se vio también en el cuarto de hora final en Valladolid cuando los realistas dejaron de mirar a la portería contraria y tuvieron que sufrir para desbaratar alguna contra local.
Eso significa que hay un margen amplio aún para mejorar en este apartado que tendrá traslación directa también al juego. La Real ha sido un equipo que en los últimos años se ha apoyado mucho en el físico para jugar con intensidad y ganar duelos, y cuanto mejor esté, más será reconocible en esa faceta. En el Allianz Riviera, al menos, no sufrió en el juego aéreo como en Mallorca, y eso además de lo que aportó Jon Martín por arriba también fue debido a un mejor posicionamiento sobre el campo.
Todos son importantes.El gran objetivo de este curso es llegar a febrero y marzo con las pilas cargadas al contrario de lo sucedido en los últimos años. En las pasadas campañas pagó caro emplear a 16-17 jugadores durante la primera mitad de la temporada porque se encontró después con muchas de sus piezas clave fundidas. Por lo visto en Niza, Imanol va a utilizar esta vez a más efectivos para afrontar las tres competiciones. La presencia de Jon Martín y Pablo Marín en el once fue una grata noticia tanto por su condición de canteranos como, sobre todo, por el gran rendimiento que ofrecieron. Ello permitió que el técnico pudiera reservarse a Aguerd, Turrientes, Sergio Gómez o Kubo para el importante partido de mañana.
El oriotarra ya ha utilizado a 25 jugadores en solo ocho partidos, siendo todos titulares al menos una vez, con Marrero, Magunazelaia y el lesionado Zakharyan como los únicos que no han jugado. Una novedad importante.
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