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Sergio Gómez trata de robar el balón a Kiko Femenía en La Cerámica. ALTERPHOTOS
Sin presión en campo rival no hay paraíso

Real Sociedad

Sin presión en campo rival no hay paraíso

Defensa. El segundo gol de Oyarzabal en Villarreal refleja el trabajo sin balón de la Real. Es el tercer equipo que más recupera en los últimos 40 metros, pero roba menos que en los dos últimos años

Imanol Troyano

San Sebastián

Martes, 22 de abril 2025, 02:00

La presión adelantada es una de las señas de identidad de la Real Sociedad de Imanol en los últimos años. Es uno de los equipos de la Liga que más recuperaciones protagoniza en los últimos 40 metros del campo rival, con 247 robos, hasta la jornada actual. Solo el Barcelona (305) y el Athletic (261) superan al conjunto txuri-urdin en este apartado. El crecimiento exponencial de la Real a manos del oriotarra ha venido avalado por el trabajo defensivo que ha desempeñado en las últimas campañas. Por eso, no es de extrañar que su registro de goles en contra sea uno de los más bajos del campeonato y el de porterías a cero, uno de los más altos.

El verdadero salto cualitativo de esta Real ha estado más relacionado con su trabajo sin balón que con él. Con Eusebio, el equipo ya practicaba un juego vistoso, anteponía el balón y priorizaba los ataques posicionales por encima de las transiciones letales de la época de Montanier, pero el vallisoletano no le supo inyectar un carácter defensivo que le permitiera ser totalmente competitivo y su equipo acabó desangrándose por la cantidad de goles que recibía.

Ferguson sostenía que «un buen ataque gana partidos, una buena defensa, campeonatos» y a partir de ese principio ha construido Imanol la historia de la Real en los últimos años. Convenciendo a sus jugadores de que se tenían que emplear a fondo en fase defensiva para recuperar lo antes posible el balón y, a ser posible, lo más cerca del área del adversario. No hay secretos.

Las 247 recuperaciones que contabiliza en zonas altas se han traducido en 33 remates a portería y 5 goles. Solo el Barcelona (7) y el Real Madrid (10) convierten más tras robo en zonas avanzadas. El último tanto blanquiazul de esta índole fue el segundo de Oyarzabal en La Cerámica. Su persecución a Júnior para bloquear el pase del guardameta se saldó con éxito. El portero rival no se libra de la presión.

Los mejores minutos de la Real en Villarreal llegaron acompañados de la buena presión adelantada que ejerció, principalmente en la primera mitad. Cuando la Real fue a buscar al conjunto castellonense a campo contrario antes del descanso, por momentos con marcajes al hombre, los de Marcelino se vieron obligados a soltar el cuero con precipitación y jugar en largo hacia Barry, pero ahí los de Imanol supieron imponerse en los duelos con un Jon Martín imperial.

Un cambio de dibujo a peor

El escenario tenía sus riesgos, pero le estaba resultando al cuadro realista, que completó una última media hora de primera mitad de alto nivel. Sin embargo, la modificación que introdujo Imanol en el descanso, dando entrada a Pacheco por Sucic para jugar con tres centrales, cambió la dinámica del encuentro para mal, por mucho que el equipo consiguiera darle la vuelta al marcador en los primeros compases del segundo acto.

La Real pasó a defender con una estructura fija de tres centrales atrás y perdió presencia en campo rival. El gol de Oyarzabal no hizo más que acentuar esa situación del juego y con una Real cada vez más hundida en su propia área no tuvo más opción que defenderse ante las continuas acometidas rivales en un dibujo 1-5-4-1 o 1-5-3-2 que no inquietó en ningún momento la salida de balón del Villarreal.

La Real no se siente especialmente cómoda defendiendo en área propia por acumulación de hombres. Se ha acostumbrado a defender lejos de portería y no cuenta con perfiles de jugadores adecuados para esa labor de contención ante un bombardeo de centros laterales. El gol de Ayoze y las mejores ocasiones del Villarreal así lo atestiguan.

La presión adelantada no es una garantía. De hecho, los rivales han cogido la medida a la Real y cada vez le cuesta más sacar frutos de este apartado del juego. En la temporada 22/23, cuando dio un salto importante en este campo, llevaba 276 recuperaciones en los últimos cuarenta metros transcurridas 32 jornadas. La pasada temporada sumó 254 robos en el mismo periodo. Cada vez cuesta más obtener premio en este tipo de jugadas, pero la Real ha demostrado en los últimos años que funciona mejor presionando que esperando.

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