¿Dónde está la pócima del druida?

La Real ha sido líder en esta jornada doce en cuatro ocasiones a lo largo de la historia. Solo una vez consiguió hacerse con el título: en la 81/82, cuando dominó con mano de hierro la competición y a los 17 equipos que militaban en Primera. En la 78/80, el año de la imbatibilidad, empataba a 19 puntos con el Real Madrid en esta misma jornada y perdió sus opciones en la penúltima fecha en Sevilla. Parecido fue en el curso 02/03, el más reciente, cuando se mantuvo invicta durante la primera vuelta y cayó en la penúltima jornada en Vigo, cediendo el liderato al Madrid. Ya en blanco y negro, en la tercera edición de la Liga como tal, en la campaña 30/31, la Real fue líder con 17 puntos en esta jornada, uno más que el Athletic.

La Real Sociedad hizo temblar los cimientos de la Liga por última vez hace 17 años. 26 puntos en la jornada doce. Líder e invicto. Lo bueno de todo aquello fue que la pócima de Raynald Denoueix duró toda la temporada y que solo los malditos detalles del fútbol privaron a aquella plantilla inolvidable que ganara la Liga.

¿Habrá todavía restos de aquel brebaje por algún rincón de Zubieta? Ni Portu es Nihat, ni Willian José es Kovacevic, como tampoco Odegaard es Javi de Pedro. Pero algún parecido se puede sacar.

Obviamente los jugadores no son los mismos, las características y el dibujo de aquella Real y de esta son distintos. Sí que se pueden encontrar algunas similitudes, por ejemplo en la profundidad de banquillo. Se dice que en el once tipo de Imanol, no caben todos los jugadores que por talento y calidad tienen opciones de saltar de inicio. Januzaj, Barrenetxea, Zurutuza, Pardo, Ahien o el mismo Moyá para sus adeptos dentro de la hinchada, merecen más minutos de los que le ha dado el técnico oriotarra. Lo mismo se podía pensar de los Tayfun, Khokhlov, Boris, Alberto o Gabilondo. Jugadores que no entraban en aquel once de carrerilla pero cuyo su concurso fue fundamental para que la Real llegara hasta la última jornada de Liga con opciones.

Muchos creyeron que lo de aquel equipo, que empezaba en Sander Westerveld y terminaba en Darko Kovacevic, iba a ser irrepetible. Por ahora los números de Imanol lo son, porque la escuadra de Denoueix a estas alturas había ganado siete partidos (Athletic, Espanyol, Osasuna, Valladolid, Racing, Villarreal y Barcelona) y empatado cinco (Betis, Alavés, Deportivo, Real Madrid y Rayo).

La pócima del druida Denoueix fue la 'vitesse' (velocidad en francés), término que no se cansaba de repetir en todos los entrenamientos. Unido a la calidad de Xabi Alonso, Aranzabal, Aranburu, Rekarte o Karpin; aquel equipo fue dando lecciones de fútbol. Sendos 4-2 en el viejo Anoeta al Athletic y Real Madrid serán siempre recordados. Aunque también se sabía sufrir. El 0-1 con una contra de libro en el Pizjuán o un sobrio 1-3 en el siempre complicado Colombino o el 1-2 con falta de Nihat a favor en el Sardinero muestran que para estar arriba peleando contra los gigantes no solo vale dominar una faceta del juego, sino innumerables.

En esas están Imanol y sus chicos que. Por ahora, tienen los mismos puntos que el primero. Y este viernes, si empatan o ganan, dormirán aunque sea solo por una noche líderes en solitario. Preparen sus capturas de móvil.