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Ha tenido que esperar hasta septiembre, casi dos meses después de arrancar la pretemporada, para conocer de manera definitiva la plantilla que dispondrá en ... el presente curso. Imanol ya sabe los recursos con los que va a contar para afrontar el enorme desafío que exige la Champions. Finalmente no se han cubierto las 25 fichas máximas que permite cubrir LaLiga con jugadores del primer equipo, algo que sí ocurrió la pasada temporada. Son 22 los jugadores que se han inscrito, a los que hay que sumar a Marrero y a Urko González de Zárate, con dorsal del filial. El oriotarra dispondrá de por los menos dos efectivos por posición. Además, contará con perfiles de jugadores muy diferentes, lo que le concederá más posibilidades a la hora de confeccionar las alineaciones. No sería de extrañar, por tanto, que esta temporada viéramos dibujos nuevos en determinados momentos.
Laterales carrileros. La gran apuesta del club en este mercado ha sido en los laterales. Se han incorporado tres futbolistas para esta demarcación: Traoré y Odriozola por la derecha y Tierney por la izquierda. Además, ha dado salida a otros tantos jugadores –Gorosabel, Sola y Rico– por lo que la consigna de renovación era clara. La reflexión realizada por la dirección deportiva arrojó la necesidad de darle un vuelco a ambos costados de la zaga y Aihen se ha quedado como único superviviente con respecto al pasado curso.
No debería sorprender que los laterales vayan a asumir un mayor protagonismo en el juego de ahora en adelante. Tierney, Traoré y Odriozola son laterales con vocación ofensiva y están capacitados para asumir los carriles exteriores y repetir esfuerzos a la hora de recorrerlos, no solo para subir, también para bajar. Algo que también está dispuesto a realizar Aihen. Los centros laterales, una acción del juego que apenas ha explotado la Real en los últimos años podría ser otro de los recursos disponibles, teniendo en cuenta el buen pie de los nuevos laterales y los rematadores de cabeza que pueden encontrarse en el área con Sadiq, André Silva y Carlos.
Defensa de cinco. Si Imanol decide dar los carriles exteriores exclusivamente a los laterales, el conjunto txuri-urdin podría pasar a jugar con una defensa de cinco hombres formada por tres centrales. Este esquema podría utilizarse en sus diferentes variantes, tanto con el 1-5-3-2 o el 1-5-4-1, en función de las características del rival que haya delante.
Zubeldia, Le Normand, Aritz y Pacheco son cuatro opciones de garantías para el eje de la retaguardia, por lo que no sería extraño que Imanol pudiera simultanear la participación de al menos tres de ellos en determinados momentos.
Rombo en el medio. Ya en los últimos meses de competición de la pasada campaña el técnico guipuzcoano dejó de emplear este dibujo en fase ofensiva cuando recuperó a gran parte de su arsenal atacante, si bien el centro del campo seguía colocándose en forma de rombo sin balón. Parece complicado que Imanol vuelva a echar mano de esta disposición viendo el estado de forma de Kubo y Barrenetxea, los jugadores más destacados en ataque, pero la temporada es larga y el cansancio y las lesiones aflorarán en algún momento.
Los laterales volverían a desempeñar una función importante con este esquema sin extremos, ya que serían los únicos ocupantes de los carriles exteriores. Lo que está claro es que el rendimiento de los defensores puede dar mucho juego en las alineaciones a lo largo de otra exigente temporada con tres competiciones de por medio, siendo una de ellas además la Champions League.
Falso nueve. Imanol sorprendió el pasado sábado al alinear a Oyarzabal como la principal referencia arriba y dejando en el banquillo a los dos delanteros centros naturales del equipo: Carlos Fernández y Sadiq Umar. No se trata de una posición desconocida para el eibarrés, que ya se ha desenvuelto como falso nueve más con la selección, que con la propia Real. El otro día demostró que puede ser muy útil como delantero, mientras recupera la chispa que necesita un jugador de banda. El capitán tiene muy bien interiorizados los movimientos por dentro y su capacidad de asociación con sus compañeros está fuera de toda duda. Para muestra la asistencia que sirvió a Barrenetxea. Su toque fue de jugador de crack mundial.
Mientras Imanol aguarda la mejor versión de Sadiq y Carlos, y André Silva cuenta los días para incorporarse a la dinámica de grupo, el equipo golea sin la necesidad de que haya algún delantero sobre el césped. Una paradoja que a buen seguro no dejará pasar por alto el oriotarra en el futuro.
Sistema tradicional. La formación 1-4-3-3 es la apuesta favorita de Imanol y todo apunta a que será el esquema más repetido a lo largo del curso si no sucede nada extraño. Es el dibujo que mejor le permite distribuir a sus piezas ofensivas, aunque habrá que comprobar lo que sucede cuando disponga de los tres delanteros en forma, porque en ese caso no entrarían todos ni saliendo desde el banquillo. El fútbol está muy lejos de asemejarse a una ciencia exacta. Está supeditada a infinidad de condicionantes como el estado de la plantilla, el rival o el calendario, pero Imanol tiene buenos mimbres con los que jugar.
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