Mikel Oyarzabal, Martín Zubimendi y Mikel Merino apuntan a la titularidad en el Camp Nou

Los tres regresan de Tokio en perfectas condiciones, aunque con el consiguiente cansancio físico después de haber disputado seis partidos en 17 días, tres de ellos con prórroga. Nada extraño en esta época del año en la que lo habitual es acumular minutos en pocas semanas para preparar la temporada. La diferencia es que el ritmo y la exigencia competitiva han sido mucho mayores que los clásicos ensayos veraniegos. Pero, por otro lado, también vuelven con más ritmo que sus compañeros y muy reforzados mentalmente después de haber disputado la medalla de oro a Brasil hasta el último momento. Dos factores que la Real quiere aprovechar en este arranque liguero.

En principio, desde el club tienen pensado adecuar las cargas de entrenamiento a su situación individual, ya que los tres casos son diferentes. Oyarzabal lleva casi un año sin parar tras encadenar Eurocopa y Juegos este verano, Zubimendi sí tuvo algo más de descanso pero también disputó el Europeo sub-21 en junio y a Merino le ha venido muy bien la aventura olímpica para recuperar sensaciones tras estar parado tres meses por una lesión en la espalda. Así que son tres escenarios diferentes.

De largo, la situación de Oyarzabal es la más excepcional. El capitán ha sumado en el plazo de un año 63 partidos oficiales y más de 4.200 minutos, aunque su condición física es buena. Hace unos días reconoció que sí pasó un periodo de cansancio, tanto físico como mental, tras ganar la final de Copa en abril, pero que en los Juegos ha tenido muy buenas sensaciones. No en vano lo ha demostrado sobre el campo, donde ha sido el mejor jugador de la selección olímpica de largo con un golazo en la final ante Brasil, otro tanto decisivo en cuartos contra Costa de Marfil y el que supuso la victoria en la fase de grupos frente a Australia.

Aunque no ha dispuesto de las mismas vacaciones que el resto de sus compañeros, que tuvieron mes y medio tras acabar la Liga, sí que ha disfrutado de dos semanas que le han ayudado a cargar las pilas más de lo que parece y a despejar la cabeza. La primera fue tras concluir el campeonato liguero y antes de incorporarse a la preparación de la Eurocopa. Y la segunda tras la eliminación frente a Italia, cuando Luis de la Fuente permitió a los jugadores que venían de la absoluta tener una semana libre. Una decisión acertada del seleccionador porque, como el mismo jugador ha reconocido, «esos días entre la Eurocopa y los Juegos me vinieron bien para desconectar mentalmente, que muchas veces es lo que necesitas».

Así las cosas, el eibarrés saltará con el brazalete de capitán el domingo al Camp Nou liderando a sus compañeros. Quiso estar presente en los Juegos porque eran una gran oportunidad para él y desde el sábado sueña con hacer una gran temporada con la Real. Consciente de que viene en un gran momento físico y mental, desde Zubieta no le van a parar en este momento para que descanse. Sería ilógico.

Lo más probable es que en estas primeras semanas vea reducida la carga en los entrenamientos y que después de jugar ante Barcelona, Rayo Vallecano y Levante aproveche el parón por las selecciones a principios de septiembre para tener entre siete y diez días libres para descansar. Luis Enrique no va a convocar a los internacionales que vienen de los Juegos para ese triple compromiso de clasificación para el Mundial de Catar contra Suecia, Georgia y Kosovo. De esta manera, se abre un periodo de quince días entre el partido frente al Levante del sábado 28 de este mes y el de la cuarta jornada en Cádiz que se disputa el fin de semana del 12 de septiembre para que pueda desconectar.

Zubimendi y Merino también se reincorporarán de forma progresiva, aunque más en lo que se refiere a la intensidad y volumen de los entrenamientos que a su presencia en los partidos, que es innegociable al ser ambos indiscutibles para Imanol.

En el caso del donostiarra, los problemas físicos de Guevara e Illarramendi le abren la puerta a la titularidad en el Camp Nou. Llega enchufado de los Juegos y después de disputar dos finales en cuatro meses en su primera temporada con la Real, la de Copa del Rey y la olímpica, a sus 22 años afronta la segunda campaña con la mochila llena de ilusión. Ha sido el cerebro de la selección en Tokio y no ha dejado de crecer desde que Imanol lo reclamara para jugar con continuidad en el primer equipo en junio del año pasado. Su progresión ha sido meteórica.

Para Merino estos Juegos han sido una bendición después de estar parado tres meses tras la disputa de la final de Copa en Sevilla por los problemas de espalda. Ha recuperado sensaciones y se ha puesto a punto para la competición gracias a los cinco partidos que ha disputado, en los que ha acumulado 350 minutos. De la Fuente le dio descanso ante Australia. Marcó el gol del pase a cuartos ante Argentina y lució el brazalete de capitán en tres encuentros más ante Costa de Marfil, Japón y Brasil, aunque entre que jugó muchas veces a pierna cambiada lejos de su perfil natural y que venía de una lesión, aún no está a su nivel más alto. Con todo va camino de recuperarlo y el domingo también será titular ante el Barcelona.