Miguel Merino: «En casa somos socios de Osasuna y tenemos el corazón dividido»

– Llegan los dos equipos en una buena dinámica. ¿Encuentro bonito, no?

– Precioso, sí. Jugar en El Sadar ya implica que va a haber intensidad porque Osasuna está en un momento de forma extraordinario. La Real también viene en dinámica de muchos partidos sin perder, son dos rivales con estilos diferentes pero que ahora mismo son de los equipos más en forma del campeonato.

– ¿A quién ve favorito, a la Real por ser líder o a Osasuna por jugar en El Sadar?

– Los dos tienen el bagaje como para ser favoritos. Quizá el plus de la afición y por jugar en El Sadar me decanto por Osasuna, pero eso del favoritismo en el fútbol es secundario porque es impredecible. Mira el derbi ante el Athletic o ante el Graz. Por jugar en casa puede ser Osasuna favorito, pero te diría al revés si el partido fuese en Anoeta porque los pequeños detalles cuentan.

– ¿Cómo aprieta el nuevo Sadar, no? Se habla mucho del Reale Arena pero no se queda atrás.

– Es espectacular, necesitaba el estadio una remodelación y ahora se nota que han hecho un trabajo increíble. Resuena y se escucha mucho porque el diseño es peculiar. Encima con la buena dinámica del equipo la gente está más enganchada, aprieta una barbaridad y es una pasada jugar aquí.

– ¿Cuáles pueden ser las claves del partido?

– La efectividad en la presión de Osasuna puede ser decisiva, jugando en casa va a ir a buscar a la Real. Si los de Imanol tienen la capacidad de superar la presión de Osasuna tendrá mucho ganado. Hay que tener en cuenta que Osasuna juega en casa y eso es un factor importante.

– ¿Qué es lo que más le gusta del Osasuna de Jagoba?

– Es un equipo muy reconocible, con un bloque en el que no destacan tantos jugadores. Están en un buen estado de forma David y Kike García, pero no son los jugadores los que marcan la diferencia sino el equipo. Han conseguido un bloque competitivo que pelea todos los partidos. No tiene miedo a nada. Me gusta porque además conecta con la afición y el estilo que ha tenido siempre Osasuna: juego aguerrido, difícil de combatir, que lo da todo en el campo. En Pamplona Jagoba ha inculcado esa mentalidad y todos le siguen.

– ¿Y luego que la Real no falle tanto como ante el Sturm, no?

– Hombre, Osasuna no es el Graz, Osasuna va a permitir muchas menos ocasiones, pero la efectividad de la Real va a marcar el partido, sí. El último partido con público en El Sadar la Real ya tuvo mucha efectividad.

– Partido especial para la familia Merino-Zazón. ¿Irán al campo?

– Sí, sí, claro. Todos somos socios de Osasuna, tanto Mikel como sus hermanos. En casa somos todos abonados. Tenemos nuestra localidad e iremos al campo a disfrutar del partido.

– ¿A quién van a animar?

– (Risas) Es un partido especial y en casa tenemos el corazón dividido. Si hay algún partido en el que Osasuna o la Real pueden perder es éste, es el que menos va a doler porque alguno de los dos equipos saldrá beneficiado. Es fútbol, que pase lo que tenga que pasar y ya está.

– ¿Hasta dónde cree que puede llegar la Real?

– Yo estoy un poco con Imanol. Ahora mismo la Real tiene un número de puntos muy bonitos, pero tiene que seguir en esta línea porque han tenido durante semanas siete, ocho y nueve jugadores de baja sin poder tener un equipo base durante jornadas. Es muy meritorio porque juegan con jugadores de la cantera y de casa, pero se han ganado ser líderes porque los chicos lo han hecho de maravilla. Pero hay que tener los pies en el suelo, hay otros equipos por encima de la Real obligados a ganar todos los partidos y a estar ahí arriba en la cima de la Liga. Se han ganado ser los primeros, pero es muy prematuro hablar de que la Real puede luchar por el campeonato.

– ¿Eso mismo le transmite Mikel cuando pasa por casa?

– Mikel tiene una sensación similar, van partido a partido, pero eso sí, la ambición del grupo porque es lo que inculca Imanol es la de ganar todos los partidos. Ya llegarán las rachas negativas, y ahí la afición y el propio equipo no se tiene que volver loco, porque llegará, es parte del fútbol.

– ¿Cómo se siente como padre viendo a Mikel jugar en El Sadar con la Real, el líder de la Liga?

– Pues imagínate, muy orgulloso. Ya desde que Mikel se vistió la primera camiseta de Osasuna, pues muy feliz y satisfecho. Ha ido progresando como futbolista y mira en qué jugador se ha convertido ahora. Está en el club ideal para él, por todo. Por la forma de jugar, por cómo le tiene en cuenta Imanol... Eso y todo que hizo en Pamplona le ha llevado a ser quien es. Esa es la base. Él creció en las categorías inferiores de Osasuna y tiene un carácter y una forma de comportarse dentro del campo que le ha ayudado mucho.

– La etapa en el fútbol internacional también le habrá ayudado a crecer...

– Claro, él se ha ido formando como jugador en otros clubes. La etapa del Borussia Dortmund le hizo crecer y qué decir de cuando jugó con el Newcastle en Inglaterra. Eso te va formando. Cuando ha recalado en la Real ha llegado en un momento muy bueno, pero en la Real ha terminado de explotar y ahora es un jugador mucho más completo.

– Al final uno siempre piensa en sus raíces. Cuénteme, ¿por qué al marcar un gol Mikel gira el banderín de córner al igual que lo hacía usted?

– Cuando yo jugaba con Osasuna fuimos a Málaga y llamé a casa para ver cómo estaba todo. Coincidió que mi madre había estado enferma en el hospital, estaba en una mala racha. Hablé con ella y le dije: «No sé lo que voy a hacer, pero si meto un gol, te lo voy a dedicar». Curiosamente ese partido hice dos goles. Metí el primero y salí hacia el córner y le di una vuelta al banderín. Me acordé de Gordon Strachan, jugador escocés del Manchester United de los ochenta, que daba la vuelta al banderín de espaldas. Pues yo no podía ser tan osado y le di una vuelta normal. Tuve la buena suerte de hacer un segundo gol y desde entonces se quedó la celebración. Mikel lo ha recogido y es un homenaje que me brinda y me hace mucha ilusión.

– ¿Qué me dice de las palabras de Imanol? Declaró en rueda de prensa que «Mikel es el mejor jugador de la Liga».

– Mikel se ha convertido en un jugador súper completo, igual es amor de padre, pero evidentemente tiene errores y un margen de mejora en aspectos de juego, aunque tácticamente ha progresado mucho. Creo que a Imanol también le pierden un poco los colores porque es un jugador suyo (risas). Hablar del mejor jugador de la Liga son palabras mayores, pero está rindiendo al máximo nivel en un equipo en el que le han dado la confianza necesaria para terminar de explotar. En la Real ha crecido como jugador, en el primer año mucho, pero con Imanol ha explotado todas sus virtudes.

– Sorprende todo lo que hace sobre el campo. ¿Vaya genes tiene, no?

– (Risas) Él desde pequeño era un azogue, no paraba quieto y era un todoterreno. Ha seguido con ese carácter que le inculcaron en Osasuna, ese gen trabajador, peleón, de darlo todo hasta el último minuto en el campo. Eso le ha ayudado a ser muy constante y disciplinado. De pequeño sobre el campo estaba en todas partes. En ataque, bajaba a defender, daba buenos pases, participaba en la salida de balón, juego entre líneas, último pase, remate de cabeza... Eso es lo bueno que tiene, que lo ha trasladado a la élite.

– ¿Cree que todavía puede ir a más, que puede ser un jugador superlativo y de primer nivel?

– Lo mejor de Mikel es que no se va a quedar ahí porque tiene claro que tiene cosas a mejorar como el disparo desde fuera del área porque tiene capacidad para hacer más gol. Es un jugador tácticamente bueno, técnicamente también, pero puede ir a más. Estar en la selección no se lo regalan a cualquiera. Está en un momento muy bonito de su carrera.

– ¿Nota esa progresión también a nivel personal? Cuando hablamos con él tiene una madurez impropia para un jugador de su edad.

– Sí, sí, evidentemente. Era un chaval centrado cuando era más joven, no era dado a extravagancias ni se volvía loco cuando hacía un gran partido. Lo que pasa que en casa tenía al padre malo y a la madre buena. La madre le decía las cosas buenas y yo iba con el mazo para que no se creciera. Siempre ha sido un chico respetuoso con su familia, con todo el mundo, poco a poco en el campo también ha ido creciendo como persona. Es muy comprometido y así lo está con la Real, con lo que le pide el míster, en el campo lo da todo en todos los sentidos, a nivel físico pero también en lo mental. No olvida los valores que le inculcaron en casa y en Osasuna.

– Ahora está asentado en la selección, ¿sueñan en casa con el Mundial?

– Sí, sí. En casa soñamos con todo, pero porque así es Mikel, quiere jugarlo absolutamente todo. De momento le están respetando las lesiones, quitando aquel problema que tuvo en la vértebra después de la final de la Copa del Rey, así que no nos podemos quejar. Cada partido con la selección y con la Real lo exprime al máximo porque no sabe qué va a pasar en el futuro.