Las oportunidades siempre llegan
El portero azpeitiarra debuta en Primera «algo que es la leche e inolvidable» y se lleva una ovación pese a no detener el penalti
«A todos les llega la oportunidad y deben estar preparados», Imanol al habla. La ovación de la noche se la llevó el azpeitiarra Unai ... Marrero, que tuvo que ponerse a todo correr las medias, la elástica y los guantes para salir al ruedo. Sin calentar, sin probaturas. Fue ver a Remiro tocar el balón con la mano fuera del área y ya estaba prácticamente levantándose del banquillo. Tras más de medio centenar de convocatorias, le había llegado la oportunidad de debutar en Primera con la Real, con 22 años. «Es la leche», arrancó a decir en vestuarios, con una sonrisa y visiblemente emocionado. «Soy azpeitiarra, desde txiki en la portería... Siento a la Real y debutar en Primera y en Anoeta es lo más». No es para menos.
Remiro tuvo que dejar el campo cabizbajo y sin todavía creerse la decisión que había tomado y Marrero tenía que ingresar al verde. Había dejado buenas impresiones en Copa ante el Buñol y Andratx. André Silva le dejó su sitio y en los últimos minutos de la primera mitad y apenas dispuso de dos saques de puerta. Le valieron para ir entrando en calor.
Su mapa de calor
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Se estrenó en un partido de Liga después de haber debutado en un amistoso ante el Atlético de Madrid en la gira que la Real hizo por Estados Unidos.
En el descanso recibió los consejos de Jon Alemán para después aprovechar los minutos de parón para seguir estirando y preparándose para saltar al terreno de juego en la segunda mitad. En la reanudación actuó casi como los 34.051 espectadores que se dieron cita en el primer partido de 2024 en casa, como un mero aficionado. Eso sí, asumió como un buen portero la labor de guiar a los suyos en los movimientos defensivos. Vio desde lejos cómo la Real mereció el empate. «E incluso ganar, sí. Hemos tenido ocasiones gracias a ganar duelos y las segundas jugadas, con las cuatro o cinco ocasiones no hubiese sido injusto el triunfo», analizó.
Sin apenas generar el cuadro babazorro en la meta realista, al Alavés le llegó una oportunidad de oro para adelantarse en el Reale Arena. Rioja no falló desde los once metros y Marrero, que había recibido el consejo del míster para saber a dónde tirarse, no acertó. Continuó animando a los suyos en busca de la igualada. Lo lograron. Ahora le tocará defender la portería en Málaga y San Mamés. Casi nada. Que el azpeitiarra siga soñando.
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