Odegaard, a un paso de fichar por la Real Sociedad

El jugador firmaría una cesión de una temporada más una segunda sin opción de compra por parte de la Real y, en el mejor de los casos, estaría en disposición de iniciar la pretemporada en Zubieta desde la primera semana con sus nuevos compañeros. La cesión tiene que adquirir esa fórmula 1+1 para cumplir con la normativa de la LaLiga, pero a efectos sigue siendo una incorporación a la Real por dos años.

Antes de que se pueda oficializar la cesión, el Real Madrid, que sigue pensando en Odegaard como futurible del primer equipo, ampliará el contrato del jugador por dos años, de 2021 a 2023. Este y otros flecos que quedan por resolver en las próximas horas son los que impiden vender la piel del oso antes de cazarlo, fuentes próximas a la negociación insisten en ser cautos, pero lo cierto es que la Real se halla muy próxima a hacerse con Odegaard después de una dura pelea en la que se ha visto inmersa en las últimas semanas con el Bayer Leverkusen y el Milan, principalmente, que también habían apostado fuerte por hacerse con el jugador.

La Real está muy cerca de cerrar una operación iniciada hace más de tres meses. No ha sido hasta esta última semana cuando se ha dado el impulso definitivo, primero con la visita de Odegaard a San Sebastián, y después con las conversaciones de las últimas horas, especialmente ayer. Jokin Aperribay lleva las últimas horas fuera de San Sebastián tratando de sellar la operación y es más que probable que lo pueda hacer en las próximas horas.

Y es que conseguir que un futbolista de la talla de Odegaard pueda recalar en la Real ha requerido de unas negociaciones arduas y nada sencillas que, afortunadamente para los intereses realistas, están cerca de cristalizar en un acuerdo positivo. Ha ayudado mucho la predisposición del delantero a colaborar en el acuerdo a tres bandas para facilitar su llegada a Gipuzkoa y también la promesa del Real Madrid de respetar la decisión del jugador. En Chamartín saben que en la Real el jugador puede seguir progresando aunque no vaya a jugar competición europea la próxima temporada y que puede tener minutos importantes en un entorno positivo. También, es justo reconocer el papel del exrealista Kvarme, intermediario en esta operación, y el consejo de Zidane al jugador para que recale en la Real. Ambos han allanado el camino.

Odegaard se ha mostrado partidario siempre de recalar en la Real desde el momento en el que salió de las oficinas de Anoeta y conoció el proyecto en el que se podía embarcar. Entiende que su juego se puede adaptar bien al estilo que propugna la Real, en un vestuario en el que encajará rápido, con mayoría de jugadores jóvenes como él, y en una Liga en la que anhela destaparse tras brillar en Holanda. En la Real se han mostrado sorprendidos del conocimiento que el jugador tenía del club y de los muchos partidos del equipo guipuzcoano que había visto por televisión Odegaard en la pasada temporada.

Odegaard buscaría en la Real volver al primer plano después de jugar las dos últimas temporadas en dos equipos de la liga holandesa: Heerenveen y Vitesse. El noruego, al que el Real Madrid fichó con 16 años y con el que solo ha jugado un partido en el primer equipo, ha disputado la última temporada en el Vitesse de Arnhem, con el que ha jugado 39 partidos oficiales en los que ha marcado 11 goles y ha repartido 12 asistencias. Siempre en calidad de cedido por el Real Madrid, ha sido titular indiscutible -sólo empezó dos veces en el banquillo- y ha acumulado, de largo, el mayor minutaje en una temporada (2.613 minutos) de su todavía incipiente carrera. Además, pese a su juventud, acumula 18 partidos con la selección absoluta de su país en los que ha marcado un gol y con la que se convirtió en el jugador más joven en debutar en la historia con 16 años.

Futbolista con una zurda exquisita y una técnica y una visión de juego privilegiadas, ha sido este año cuando ha explotado. Más formado físicamente, con un tren inferior notablemente más fuerte, se ha convertido en el referente de su equipo ubicado en el perfil diestro. Es cuando más está disfrutando en su carrera después de un inicio en el que se llegaron a pegar por él los mejores clubes de Europa. Bayern de Múnich, Liverpool y Arsenal, entre otros, le invitaron a entrenarse en sus instalaciones para conseguir llevarle a su terreno. Tras deshojar la margarita, Odegaard eligió al Real Madrid.

En la Real podría jugar por detrás del delantero centro en un esquema 4-2-3-1 que Imanol podría utilizar con más asiduidad a partir de la próxima temporada, más allá del 4-3-3 tan explotado en los últimos tiempos.

Odegaard se define como «un jugador al que le gusta tener la pelota y usarla, jugar un fútbol ofensivo y dominar los partidos». Y sobre su forma de ser, no esconde nada: «Soy una persona sobria. Un prototipo de persona escandinava. No me gusta la atención ni las expectativas exageradas para nada. Hablo con los medios porque las entrevistas son parte de mi profesión. Pero no es un hobby. No jugué al fútbol por eso».

Más maduro de lo que dice su carné de identidad, entiende el castellano, y tiene dos hermanos. Su madre se llama Lene Cecilie y su padre, Hans Erik, jugó como profesional durante diez años en la liga noruega y, cuando colgó las botas, comenzó a entrenar a varios equipos y a sus hijos.