Real sociedad

Prohibido seguir

Mientras unos meten goles con la mano y otros tienen arbitrajes amigos, a la Real le paran los pies

Pedro Soroeta

Sábado, 6 de mayo 2017, 16:42

Como no soy jugador y el llamado Comité de Competición no me puede sancionar, yo sí puedo decir lo que pienso, que no será, seguramente, muy distinto a lo que tienen en la cabeza los aficionados realistas. Que el inefable González González, el mayor azote blanquiazul de la Liga, muy por encima de cualquier rival, apareciera por Sevilla no era para que disfrutara de la Feria de Abril. No. De eso, por lo menos aquí, estábamos seguros porque le conocemos. Y de verdad. Si los que no estamos en el campo sufrimos tanta rabia con el perjuicio tan notable que las decisiones de este hombre causan a la Real Sociedad, puedo imaginarme lo que sienten los blanquiazules que están en el campo junto a él. Lo de ayer, una vez más, no tiene nombre. Esta vez el colegiado eligió el camino que más daño hace a un equipo. Fue sibilino en todas sus decisiones desde el primer minuto. La Real salió bien al partido y el Sevilla encontró en el apoyo de González González la forma de frenar las salidas a la contra: cada vez que te muevas, falta. Y falta. Y falta. Y González González que mira para otro lado. Créanme. A los veinte minutos de partido ya sabía que la Real no iba a terminar el partido con once. Se le veía venir y eso es lo malo. Les voy a dar unos datos.

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El Sevilla hizo veinte faltas, al menos siete para cortar la salida a la contra del equipo de Eusebio. La Real hizo diez faltas. El Sevilla vio cuatro tarjetas amarillas. La Real cinco y una roja... Dio igual que Vázquez golpeara a Rulli en la cara cuando el argentino tenía ya el balón controlado. Claro, Vázquez tenía una amarilla y sacarle la segunda era dejar a los de Sampaoli con diez... Dio igual que a Illarra le dieran un manotazo en la cara que vio todo el campo. Dio igual que en el gol local hubiera falta previa... El Sevilla enseguida entendió el camino. Cuando se muevan, falta. Y jugada cortada. Son tantas las veces que el azote del realismo ha castigado injustamente a nuestro equipo que uno ya no sabe qué pensar, aunque ahora mismo, en caliente, creo que a la Real no le dejan pasar de la séptima posición. Así de claro.

Le han puesto un stop, un prohibido seguir y mientras unos ganan partidos con goles con la mano y otros cuentan con arbitrajes amigos, a la Real le colocan a su azote en un partido en el que podía dar un golpe de mano. Y, sorpresa, pero a pesar de todo, lo pudo dar en esa jugada en la que Vela no acierta con su remate, cuando tenía todas las opciones para marcar, en la ocasión más clara del partido. Fueron esos minutos en los que, tras el 1-1, la Real se pudo llevar la victoria. Porque luego vino la expulsión y bastante hizo el once de Eusebio con aguantar el empate ante un Sevilla que le dobla en presupuesto.

Muy meritorio

Entiendo, por todo lo que he dicho, que no fue sencillo para la Real jugar en el Sánchez Pizjuán. En cuanto a juego, el que le dejaron hacer, tuvo sus momentos buenos y otros no tan buenos, con errores en la salida del balón, pero es que solo había dos caminos, o perderlo o recibir una falta. Pero fue, en su conjunto, una actuación muy meritoria. El primer empate fuera llegó en un campo difícil y en una situación complicada, porque había que tener los nervios muy templados sobre el césped. Por cierto, ¿solo me pareció a mí que Zurutuza ni toca al jugador del Sevilla iba cayéndose ya en la jugada de la expulsión? Pero toca seguir. Confío en ver al pelirrojo en el campo contra el Málaga y confío plenamente en este equipo, que está haciendo una temporada espectacular. Quedan dos partidos. Hay que ir a por los seis puntos. No creo que el azote vuelva a aparecer...

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