Mikel Oyarzabal, Mikel Merino y Martin Zubimendi: de Zubieta a querer entrar en el Olimpo
Dioses. Los tres realistas sueñan con tocar el frío metal en Japón en el evento deportivo por excelencia
BEÑAT BARRETO
San Sebastián
Viernes, 16 de julio 2021, 02:00
Cuenta la leyenda que Dáctilo Heracles Ideo y cuatro de sus hermanos corrieron a la ciudad griega de Olimpia para entretener al recién nacido Zeus. ... Al ganar, allá por el siglo VIII a.C., Heracles se hizo acreedor a portar una corona de olivo y estableció la costumbre de celebrar la serie de eventos deportivos en honor al «padre de los dioses del Olimpo». XXIX siglos después, los tres txuri-urdin Mikel Merino, Mikel Oyarzabal y Martin Zubimendi sueñan con tocar el frío metal en el evento deportivo por excelencia, entrando así en el Olimpo de la historia de la Real Sociedad. Todos ellos deben ser importantes en los planes de Luis de la Fuente, que tiene un plantel tan potente y competitivo con el que debería salir campeón, como aquel día en el que Heracles, con sandalias en los pies y sin mirar atrás, entró primero en la ciudad de Olimpia.
Los tres, en cambio, llegan en situaciones bien diferentes a los Juegos Olímpicos. Oyarzabal, que participará en la disciplina de fútbol, bien podría haber tenido la mínima olímpica para correr la maratón. Así se puede definir su temporada: una carrera larga, de obstáculos, en la que mantener el mismo ritmo ha sido un desafío mayúsculo. En cambio, a ese sprint final, al que hay que sumar una semifinal de Eurocopa, llega con piernas para poder conseguir el oro. El eibarrés comenzó la pasada pretemporada el 15 de agosto y 341 días después apunta a tener minutos en el Egipto-España en el que debutará la selección olímpica. Entre medias, 56 partidos, más de 3.600 minutos en sus ya doloridos gemelos en los que ha anotado 17 goles. Capitán 'in pectore' de la Real con el debido respeto a Asier Illarramendi, al guipuzcoano solo le falta llegar al Olimpo de los Dioses coronándose campeón en Tokio para culminar una temporada de ensueño con el trofeo de Copa del Rey bajo el brazo. Recién llegado de la Eurocopa, las bandas izquierdas de los campos de fútbol de Japón ya temen el paso del Dios de la Real. «Lo primero es lo primero, me da igual quedarme sin verano por ir a los Juegos, a cualquier jugador le gustaría estar en mi sitio», declaró el txuri-urdin en la agencia EFE.
La vértebra de la selección
Mikel Merino no disputa un partido oficial desde el 3 de abril, día en el que la Real volvió a tocar la gloria. Trece días antes se fracturó por estrés la vértebra L4 ante el Barcelona en el repaso que le endosó el conjunto catalán previo a la Copa. El pamplonés, como solo lo podrían hacer los navarros debido a esa casta especial tan característica, disputó maltrecho la cita en La Cartuja, con la mala fortuna de que la Eurocopa estaba a la vuelta de la esquina. Según el entorno del propio jugador, pocos futbolistas deseaban más que Merino disputar la Eurocopa con España.
El desamor de no participar el torneo continental se puede equiparar al de Afrodita, que pese a que tuvo seis amores solo se enamoró una vez de un mortal, Adonis, que murió a manos de un jabalí para el llanto de la diosa. Por suerte, el fútbol actual no es la Antigua Grecia y el destino le ha otorgado una vida extra a un Merino que aspira a ser importante en uno de los equipos que es de los favoritos para ser campeón olímpico.
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Totalmente recuperado de su dolencia y tras dar un salto exponencial en su carrera en la pasada temporada con la Real, el '8' txuri-urdin debería compartir titularidad con Zubimendi y Pedri, el otro interior que viene de brillar con luz propia en la Eurocopa. Asentado como uno de los mejores centrocampistas de LaLiga, el realista quiere dar un salto más en su carrera alcanzando una medalla para mandar un claro mensaje a Luis Enrique, que pese a que le tenía en sus oraciones no pudo contar con él por la latosa lesión. El navarro tiene claro que no va a ir a Tokio con cámara de fotos en mano en calidad de turista. «El objetivo es volver a España con el oro, sabemos que es difícil, pero tenemos que pensar en ganar y ponernos las miras altas», declaró recientemente en Diario de Navarra. No es el abanderado de España, pero bien podría llevar el mástil de la ambición en representación de los 928 atletas españoles.
De Las Landas a Tokio
Mientras la mayoría de futbolistas de élite ha disfrutado sus vacaciones en las playas de Ibiza, en las aguas cristalinas de Mykonos o en el lujo de Dubai, Martin Zubimendi ha descansado en la tranquilidad de un camping de Las Landas con su cuadrilla donostiarra. Así se puede definir al canterano de la Real, una persona sencilla. Como su juego. Control orientado y pase al compañero más cercano. El fútbol está inventado y Zubimendi lo ejecuta a las mil maravillas.
El vecino más ilustre de Ulia ha pasado de perder 3-0 en el Estadio Municipal de Guijuelo con el Sanse en la Segunda División B a disputar unas semifinales de Eurocopa Sub-21 y ahora los Juegos Olímpicos. En solo año y medio su estatus de futbolista semiprofesional se ha transformado en atleta olímpico. Todavía se tiene que frotar los ojos cuando vislumbra Tokio desde el avión. «Cuando he venido me he sentido importante, he notado esa confianza de Luis y en la posición de 6 debo dar mucho equilibrio».
Zubimendi es el ojito derecho del seleccionador. Con Jon Moncayola como único pivote defensivo y por ende competidor directo por la posición, el donostiarra se postula como titular. «Zubimendi tiene un toque diferente, unas condiciones muy, muy importantes. Además, transmite tranquilidad, confianza y seguridad a sus compañeros», apostilló durante el europeo Sub-21. Lo primero que metió en la maleta el seleccionador fue al propio Zubimendi.
Así las cosas, España ya ha realizado varios entrenamientos en la ciudad nipona de Kobe, pero también hay tiempo para las risas. Ayer disfrutaron de una sesión de fotos en el Media Day de la selección para que cuando marquen goles los realistas las redes sociales se inunden de fotos. Mañana disputarán el único amistoso antes del gran torneo. Será ante Japón a las 12.20 horas (La1). El camino está claro. 22 de julio ante Egipto, 25 ante Australia y 28 ante Argentina. La final es el 7 de agosto y en caso de que España llegue faltarían ocho días para el estreno de la Real en Liga. El reto es mayúsculo: entrar en el Olimpo.
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