Mikel Oyarzabal, la bestia negra del Athletic
El capitán txuri-urdin le ha marcado 8 goles al eterno rival que han significado 6 victorias, la más recordada la final de Copa de 2021
El derbi es el partido más especial del año. Quizás no el más importante, porque ganar al Real Madrid o al Barcelona da mucho más ... prestigio, pero la rivalidad con el vecino es centenaria y nadie quiere perder contra él. Tanto Real como Athletic son los dos clubes vascos más laureados y la pelea por mantener esa supremacía confiere una atmósfera única a estos enfrentamientos.
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Además, hay pocos derbis en la Liga que presenten unos números tan equilibrados entre los dos equipos implicados. En Madrid, el Atlético siempre ha ido a remolque de su vecino a pesar de que las fuerzas se han igualado en los últimos años y en el derbi catalán el Espanyol no ha podido hacerle sombra al Barcelona. Incluso en Sevilla, el Betis ha estado once partidos sin ganarle a su rival de Nervión.
Aquí, desde el ascenso de la Real en 1967 y su consolidación como uno de los conjuntos punteros de Primera División que le ha llevado a ganar dos Ligas, dos Copas y una Supercopa, el clásico vasco no tiene favorito claro aunque sí un ligero color txuri-urdin. Desde ese año, en los 110 enfrentamientos que se han dado en las últimas 55 temporadas, la Real ha logrado 44 victorias frente a los 36 triunfos bilbaínos con 30 partidos que acabaron en empate. El balance goleador también sonríe a los guipuzcoanos con 147 goles frente a los 125 tantos de los vizcaínos.
En los últimos años el encargado de liderar en este partido a las huestes txuri-urdin en el apartado goleador ha sido Mikel Oyarzabal, recogiendo el testigo que en los años setenta y ochenta del pasado siglo portó Satrústegui, máximo realizador de la historia de los derbis con 14 goles junto a Telmo Zarra. El eibarrés suma ocho pero aún tiene tiempo de acercarse a estos dos mitos del fútbol vasco.
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Esas ocho dianas se han traducido en seis victorias y una derrota, ya que en una ocasión hizo un doblete. Sin duda, el gol que pasó a la historia fue el que le dio el título de Copa a la Real ante el eterno rival en 2021 en La Cartuja. El penalti más difícil del mundo por su trascendencia y porque venía de fallar alguno en los meses anteriores, como ante el Barcelona en la Supercopa. Para superar a Simón se reinventó y cambió su forma de lanzarlos. En vez de esperar a que el meta se decantara a un lado para cruzar el balón al otro, llegó con la idea definida desde el entrenamiento de la víspera: lo cruzaría alto con un golpeo de empeine. No falló y el trofeo luce orgulloso en Anoeta.
Para entonces ya sabía lo que era marcar varios goles al Athletic. En la temporada 17/18, con Imanol en el banquillo después de haber sustituido a Eusebio, la Real ganó por 3-1 en la jornada 35 y él anotó el 2-0 a la media hora de juego. Fue una jugada de Januzaj por la derecha que culminó de primeras llegando al primer palo. Entonces aún portaba el dorsal 18 a la espalda y jugaba a la izquierda, con Willian José como delantero centro.
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En la campaña siguiente firmó un doblete en el triunfo por 1-3 en San Mamés con Asier Garitano como entrenador. Logró ambos tantos de penalti engañando a Simón. Fue la noche de Luca Sangalli, que forzó la primera pena máxima y consiguió el 1-2 tras un centro de Zubeldia. Aquel partido Oyarzabal lideró un once en el que también estuvieron jóvenes entonces como Gorosabel, Kevin, Bautista y los citados Zubeldia y Sangalli.
En el encuentro de la segunda vuelta también mojó en la victoria por 2-1 de la jornada 22. En este caso abrió el marcador al cuarto de hora tras robarle la cartera a Dani García en un balón largo y sortear la salida de Herrerín para empujar a puerta vacía. Al borde del descanso amplió la ventaja Willian José y luego acortó distancias Raúl García.
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Lágrimas tras la lesión
Junto con el de la final de Copa, su gol más emotivo llegó el 14 de enero de 2023 tras reaparecer de su grave lesión en la rodilla. La Real ganaba por 2-1 e Imanol le dio entrada en la segunda parte en lugar de Sorloth para presionar fuerte arriba y tratar de aprovechar alguna situación a la contra. Kubo forzó un penalti ante Yeray que el ya capitán transformó engañando una vez más a Unai Simón. Fue su primer gol tras reaparecer y en su celebración con la grada Zabaleta se le escapó alguna lágrima.
Hace dos temporadas, en la 23/24, la Real goleó por 3-0 en Anoeta con el mérito de hacerlo mientras disputaba la Champions. Fue en la jornada 8 y Oyarzabal se quedó en el banquillo por las rotaciones. Arriba formaron Kubo, Sadiq y Barrenetxea con Brais de enganche. Los cuatro siguen hoy en la plantilla. Saltó al campo a la hora de juego con 2-0 en el marcador y nada más entrar hizo el 3-0 al aprovechar un gran pase al espacio de Zubimendi, ganar la espalda a Vivian y regatear en la salida a Simón.
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En el encuentro de San Mamés hizo el único gol que no ha servido para puntuar en los derbis, ya que fue el 2-1 en el minuto 88 al desviar con el pecho a la red un disparo de Aihen desde la izquierda. En resumen, sus goles en los siete derbis que ha marcado se han traducido en seis victorias y solo esa derrota.
Llega en un gran momento
El Athletic es el equipo de Primera que mejor se le da. Al Celta también le ha hecho ocho goles pero en más partidos (21), ya que han sido 19 los clásicos vascos que ha jugado. Detrás de estos dos conjuntos figuran el Getafe y el Sevilla, a los que ha marcado siete tantos, y al Leganés le ha endosado seis.
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A su vez, y desde la perspectiva rojiblanca, el eibarrés es el tercer futbolista en activo del campeonato que más goles le ha marcado. Encabeza la lista un exblanquiazul como Griezmann, con 14 dianas, mientras que Iago Aspas figura con once y Lewandowski le ha marcado cinco.
Oyarzabal llega en uno de los mejores momentos de su carrera como lo demuestra que suma cinco goles en los siete últimos partidos oficiales que ha sido titular. El martes en Negreira salió unos minutos con todo el pescado vendido para recibir el reconocimiento de la afición gallega.
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Su racha anotadora comenzó el 24 de septiembre ante el Mallorca cuando empujó a la red un servicio de Barrenetxea para dar tres puntos a la Real. En la ventana internacional de octubre hizo dos goles en cuatro días, uno a Georgia y otro a Bulgaria, mientras que el viernes pasado su doblete fue clave para superar al Sevilla.
Al margen de sus números, el capitán ha recuperado la chispa que tenía ante de su lesión de rodilla y se le ve con otra velocidad para encarar y desbordar a los rivales. Al mismo tiempo, y a sus 28 años, suma diez temporadas en el primer equipo que le han dado la experiencia y el aplomo para leer mejor que nadie las situaciones del juego. Con 408 partidos a sus espaldas y 119 goles anotados, va camino de batir todos los récords históricos del club. Mañana en el derbi intentará dar otro pasito más en ese viaje hacia el olimpo txuri-urdin
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