La Real Sociedad mima a sus jugadores diferenciales

Ha primado la prudencia también en los casos de Zubimendi y Aihen, ambos con problemas musculares, así como en la recuperación de Monreal y Carlos Fernández. Ninguno de los cuatro compareció ayer en Zubieta. A Barrenetxea no se le espera en un largo tiempo y Ryan juega hoy con la selección australiana. El balance resultante es el que es. «Parecemos un equipo de baloncesto», bromeó ayer Imanol al saltar al césped. «Para la semana que viene estaremos bien», apostilló optimista.

El de ayer era el primer entrenamiento para empezar a preparar el compromiso copero contra el Betis del 3 de febrero, pero su lejanía –ocho días suponen una macrodistancia en el ajetreado fútbol actual– ha invitado al staff a actuar con cautela con aquellos futbolistas que o bien están tocados, o bien pueden agradecer un respiro en la antesala de un ciclo de diez partidos en treinta y dos días (si se avanza en Copa).

En esta segunda categoría entran Oyarzabal, Silva y Merino, tres pilares del equipo a cuyo talento y gen competitivo se encomienda la Real para la decisiva fase de la temporada que se avecina. Los tres trazan trayectorias diferentes en este curso pero guardan un denominador común: han sufrido lesiones musculares que les han hecho causar baja en partidos en los que se les ha echado de menos. Nadie duda de su condición de titulares en esta Real y, sin embargo, solo han coincidido en el once inicial en el 20% de los partidos de esta temporada. Jugaron juntos en los primeros cuatro choques del curso y desde el 12 de septiembre –la victoria 0-2 contra el Cádiz–, solo han compartido alineación inicial en dos jornadas: en Mónaco (25 de noviembre) y en casa contra el Villarreal (18 de diciembre), casualmente duelos ambos saldados con derrotas. Mimar sus organismos se antoja clave para garantizar su alto rendimiento en el corto y medio plazo.

Merino es, entre los tres, quien más minutos de juego acumula y, por ende, quien más necesitado de descanso se encuentra. Junto a Le Normand y Remiro, supera ya los 2.000 minutos de juego (2.098) en pleno mes de enero. Ha tenido dos momentos de parón en este tiempo. Primero por una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha tras el partido de Mónaco. Se perdió los cuatro siguientes –tres derrotas en liga contra Espanyol, Real Madrid y Betis, además de la victoria frente al PSV– entre el 25 de noviembre y 18 de diciembre. Volvió a arrancar y la acumulación de tarjetas le ha hecho tener que descansar el último choque ante el Getafe, saldado con otro empate más agrio que dulce en el que se le echó en falta. Viendo la ola de partidos que llega, se le conceden días para tomar impulso.

La ausencia de Mikel Oyarzabal se entiende en el contexto de un calendario plurianual denso entre ligas, copas, partidos europeos, Eurocopa, Juegos Olímpicos y vuelta a empezar. Los responsables de la preparación física del equipo realista quieren aprovechar las pocas ventanas sin competición que concede el calendario para propiciar el descanso, físico y mental, del atacante eibartarra.

El capitán sufrió una lesión muscular en el bíceps femoral de su pierna derecha a mediados de octubre. Un aviso de un cuerpo castigado. Se perdió siete partidos más una hora larga en el de su reaparición, en casa contra el Valencia. Desde entonces, ha jugado once de los doce partidos afrontados por la Real y ha marcado seis goles. El respiro está justificado.

En el caso de David Silva, su historial de lesiones recomienda extremar la prudencia. Sus molestias en el sóleo al término del partido de Eindhoven (16 de septiembre) derivaron en un tiempo de baja de cinco partidos. En noviembre fue su rotura en el bíceps femoral del muslo izquierdo el que le volvió a dejar en el dique seco otros seis partidos. La llegada de Rafinha en el mercado invernal ha dado a Imanol otra alternativa para suplir al mago y, de hecho, en el último partido contra el Getafe optó por dejarle en el banquillo para hacerle saltar en los últimos veinte minutos.

De la cantidad de minutos que el equipo pueda hacer coincidir a estos talentos sobre el campo dependerá, en buena medida, el nivel que la Real pueda ofrecer en la segunda parte de la temporada. Llama la atención que Oyarzabal sea el octavo jugador de la plantilla con más participación y que Silva ocupe la decimoquinta posición en ese ranking.

Entre los futbolistas que completaron ayer la sesión de entrenamiento se encontraban las dos caras de la moneda en cuanto a la continuidad de su participación durante los primeros meses del curso. Aritz Elustondo no ha tenido que interrumpir su trabajo desde que arrancara la pretemporada y ha dado estabilidad a la defensa con 1.995 minutos. Imanol le ha dosificado por momentos, dando entrada a Zubeldia en su lugar, pero el beasaindarra ha podido alcanzar su mejor nivel gracias a una regularidad que en temporadas pasadas no pudo encontrar por problemas físicos.

Januzaj es el otro caso que ha mejorado su prestación numérica. Su rendimiento viene siendo alto y, sobre todo, constante, lo que no ha sido habitual en las pasadas temporadas. Es el séptimo futbolista de la plantilla con mayor participación.