El mercadillo de enero

Hay un dato elocuente. La Premier ha gastado 829 millones de euros en contrataciones; la Ligue 1 francesa se ha dejado 125; la Bundesliga, 68 y LaLiga, solo 32. La segunda inglesa, la Championship, ha invertido casi lo mismo en fichajes que la primera española.

Entre los dos más poderosos, el Real Madrid no ha movido ficha, y eso que tiene un carro de bajas y un calendario por delante más que cargado con el Mundialito, la Champions, las semifinales de Copa y la Liga. Como en el caso de la Real, no cree que este mercado ofrezca las condiciones para afrontar operaciones estratégicas y no le presta mucha atención.

El Barcelona, muy apretado por el límite salarial, ha traspasado a Depay (Atlético) y a Bellerín (Sporting Portugal) por cuatro 'kilos' en total –tres y uno– cuando el valor conjunto de mercado de ambos es de 35 millones. Vamos, que los ha regalado para quitarse sus fichas y poder inscribir a Gavi en la primera plantilla.

El Atlético, una vez fuera de Europa y de la Copa, también ha soltado lastre sabiendo que solo tiene la Liga en los próximos cuatro meses. Y ha encontrado un filón en Inglaterra, ya que les ha mandado cedidos a Joao Félix al Chelsea –ojo que pagó 120 millones por él en 2019– y a Cunha al Wolverhampton, mientras que ha vendido a Felipe por 2 millones al Nottingham Forest. Los dos primeros con una tasación de mercado de 70 millones –50 y 20– que no se compensa con las llegadas de Depay y Doherty, el irlandés de 31 años que ha encontrado para reforzar el lateral derecho, ya que la valoración de ambos apenas llega a la mitad –32 millones–.

También se han debilitado los otros dos aspirantes a la Champions. El Betis ha tenido que mandar al Aston Villa a Álex Moreno, uno de los mejores lateral zurdos de la Liga, por 13,5 millones, aunque solo le quedarán diez porque el resto va a parar al Rayo. Para ocupar su hueco ha apostado por el joven Abner Vinicius (Paranaense), en el que invierte esos diez millones, aunque la diferencia es que los ingleses le pagan ahora todo en 'cash' y con los brasileños han acordado un calendario de pagos más flexible por el que solo han tenido que soltar cinco millones en enero. Con eso maquilla sus cuentas, aunque tendrá que desprenderse de más jugadores en verano y ha perdido a uno de sus puntales.

El Villarreal, que tampoco anda sobrado pese al dinero que inyectan los Roig, ha vendido a Rulli al Ajax por 8 millones y no ha fichado a nadie porque no puede. Así que se ha quedado con Pepe Reina, el contador de chistes en las celebraciones de La Roja que ya está en los 40 años, y un jovencísimo danés que podría ser su hijo, Jorgensen, que no estuvo muy atinado ante el Rayo en el gol de Camello. Para aligerar masa salarial también ha colocado cedido a Danjuma en el Tottenham, por el que pagó 23 millones hace año y medio.

Ésta es la radiografía de los rivales de la Real en la lucha por Europa, con las cuentas descuadradas y obligados a desprenderse de titulares para no cerrar el ejercicio con excesivo déficit. El txuri-urdin es el caso contrario. Ha crecido en lo deportivo a partir de tener ordenados sus números y, ahora que pelea por objetivos ambiciosos, no necesita vender. Es más, rechaza ofertas muy por encima del valor de sus jugadores porque la prioridad es que el dinero esté en el campo. Con Zubimendi y Merino ha habido más ruido que nueces porque ninguno de los dos quiere perderse un momento histórico y si la voluntad del jugador es quedarse, no hay más que hablar.

En otras épocas no tan lejanas situaciones así eran difíciles de afrontar. No hay más que recordar el cabreo que se agarró Willian José hace tres años cuando el club no le dejó marcharse a la Premier porque estaba peleando por los puestos de Champions y quería llegar lejos en una Copa que acabaría ganando un año más tarde. El tiempo, una vez más, pone a cada uno en su sitio.

Pero lo formidable del caso es que la Real está revalorizando a muchos de sus activos en un mercado a la baja por las restricciones económicas tras la pandemia. Remiro llegó del Athletic con un valor de mercado de un millón y está en 25. Los de Zubimendi y Le Normand son de 40 y 35, respectivamente, cuando hace tres años y medio no estaban ni en la plantilla. Oyarzabal, a pesar de la lesión, no ha bajado de los 60 millones y fichajes como Brais y Kubo han duplicado su cotización hasta los 30 y 12 millones en apenas medio año.

No quiero ni pensar en la proyección de chavales como Navarro, Pablo Marín y Jon Ander Olasagasti, que juegan en grandes escenarios como en el patio de su casa sin que el nivel del equipo se resienta, más bien al contrario, lo aumentan. No hay más que ver la última media hora de los tres en el Bernabéu que hizo que la Real terminara mirando más a la portería de Courtois que defendiendo la de Remiro.

Por todo ello, solo se puede mirar a los cuatro meses que quedan de temporada con optimismo. Habrá momentos de dificultad, sobre todo cuando el esfuerzo se acumule a partir de marzo cuando regrese la Europa League, pero esta temporada hay plantilla con recursos de sobra para llegar lejos tanto en Liga como en Europa. Y da la sensación de que hay margen de mejora en cuanto se recuperen piezas importantes como Merino y Silva y vaya vaciándose la enfermería. De momento, la Real no ha salido mal parada del mercadillo de enero. Al revés, el debilitamiento de sus rivales más directos refuerza sus opciones. Es lo que tiene hacer los deberes a tiempo para no andar luego con prisas.