Remiro se dirige a un grupo de niños, ayer durante el taller realizado en el hogar del jubilado de Beraun, en Errenteria.Lobo Altuna
Real Sociedad
La mejor parada de Remiro
Respeto ·
El portero de la Real financia, diseña, organiza y participa en unos talleres dirigidos a padres y niños de los equipos del fútbol base guipuzcoano que tienen como objetivo erradicar la violencia que se genera en las gradas
Álex Remiro se podría haber dedicado únicamente a parar y a centrarse en crecer como portero. A ir cada día a Zubieta y volver a ... casa a descansar para que la portería de la Real siempre estuviera bien protegida. Es lo que se espera de un futbolista, pero eso a él no le parecía suficiente.
A pesar de que le cueste admitir que su demarcación sobre el terreno de juego le ha conferido una sensibilidad diferente a la del resto de sus compañeros de vestuario, se encarga de perpetuar el tópico ese que dice que los porteros están hechos de otra pasta. Por su parte, a través de una loable iniciativa social.
Habituado a permanecer enjaulado en el área, siempre cerca de la afición, para lo bueno y para lo malo, el guardameta ha lanzado un proyecto que pone precisamente el foco en lo que sucede en la grada. «Seguramente que mi cabeza de portero haya hecho que no tenga miedo para poder montar algo así», reconoce sincero el realista.
Ese algo son unos talleres que financia, diseña, organiza y en los que participa el propio jugador dirigidos a padres y niños de los clubes que componen el fútbol base guipuzcoano. Estos tienen como objetivo acabar con los bochornosos comportamientos que se repiten en cualquier campo del territorio con demasiada frecuencia. También busca, a su vez, trabajar el bienestar emocional de esos niños y niñas que practican deporte para que puedan gestionar mejor las frustraciones que puedan surgir a causa de una derrota, suplencia o simplemente un mal pase.
El guardameta txuri-urdin participó como uno más en las dinámicas de grupo junto a los padres. Un joven jugador del Beti Ona escucha con atención al cancerbero blanquiazul.
Remiro llevaba tiempo dándole vueltas al asunto hasta que por fin dio con la ONG Fútbol Más, que da soporte a su ambicioso propósito. Se trata de una fundación que nació en Santiago de Chile en 2008 y que en la actualidad ha implementado su metodología en once países. Su trabajo se centra principalmente en la protección a la infancia. «Somos una organización social que trabaja a través del deporte», descubre su director en España, Aitor Hernández.
«Mi madurez en el fútbol y en la vida me ha llevado a hacer algo tan grande. Antes no me hubiera atrevido, pero conozco el tema de la psicología deportiva porque la llevo trabajando durante nueve años y creo que es algo que hace falta. He dado con los socios perfectos junto con Fútbol Más y no he dudado», admite Remiro después de haber participado como uno más durante dos horas en las actividades que dirigen las psicólogas Elena Beltza e Irati Garzón.
Dinámica de juegos
La última cita fue ayer mismo con los padres y madres de los niños de diferentes categorías del Beti Ona de Errenteria. Había quien se esperaba asistir a una presentación de Powerpoint para recibir un sermón de buenas conductas, pero pronto se dio cuenta que la cosa no iba de eso. «Todo es muy dinámico y lo hacemos mediante juegos. Así integramos mejor todo lo que les queremos decir. Es una manera de romper con la idea de que nosotros venimos a enseñar algo», señala Beltza.
El pañuelito o un pilla-pilla laberíntico se entremezclan con ejercicios grupales en los que se ensalzan conceptos como la parentalidad positiva, la resiliencia y los niños como sujetos de derecho. Esto es, la voz y opinión de los más pequeños de la casa también importan. «Lo que queremos es que se genere una comunidad de padres que apoyen ciertos comportamientos a la hora de vivir y sentir el deporte. Los que vienen a los talleres se llevan la experiencia para poder transformar la realidad de sus hijos en el día de mañana», indica esta psicóloga con experiencia en La Masia.
Trabajo en equipo, compañerismo, esfuerzo, amistad, constancia, disciplina, higiene... Son valores que ponen en relieve los progenitores en otra tarea de grupo para que sus hijos puedan extrapolar del deporte a la vida. Las puestas en común, las reflexiones y los debates salen de manifiesto sin que Garzón tenga que realizar mucho esfuerzo. Esta vez se han acercado una treintena de padres y madres al taller que se organiza en el hogar del jubilado de barrio de Beraun en la localidad papelera.
Tarjetas verdes
Remiro insiste en que este «es un tema que la gente sabe que hay que trabajar pero luego a la hora de la verdad muchas veces nos cuesta». El de Cascante sostiene que surgen «reflexiones muy interesantes sobre el compromiso, la resiliencia, la relación entre padres e hijos...». No se puede obviar que la presencia de un futbolista profesional da mayor trascendencia a la sesión. El '1' de la Real se lo toma con naturalidad. «Tengo la opción de coger ese altavoz y si lo agarro es para hacer cosas buenas», asegura convencido. «Vengo, me implico, lo expongo y hablo sobre cómo creo que son las cosas», mantiene.
El taller acaba invitando a los participantes a mostrarse mutuamente tarjetas verdes. No hay amarillas, ni rojas. Se trata de reforzar las virtudes de los presentes. «Nos habéis llevado a ser niños de 8 años otra vez», es el comentario final de un padre. Los adultos son los alumnos del proyecto de Remiro, pero los verdaderos protagonistas son los niños.
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