Una máquina de ganar partidos
La Real afronta la difícil prueba ante el Betis reforzada moralmente por la victoria lograda en la visita al Omonia, la octava en nueve partidos
Estamos tan mal acostumbrados que damos poco valor a los éxitos de este equipo. Ganar en Chipre no era fácil, más por las circunstancias en ... las que llegaba la Real que por la entidad del adversario, al que tampoco conviene menospreciar porque solo perdió por un gol los dos encuentros ante el Manchester United. Y si dio la imagen de ser un equipo menor fue porque el cuadro realista se encargó de ello.
Publicidad
Sus números en Europa asustan. De los 96 conjuntos que esta temporada participan en competición continental es, con el Manchester City, el menos goleado con un tanto en cinco partidos. Ha hecho pleno de puntos junto al West Ham en la Conference y al Bayern y Nápoles en la Champions, lo que demuestra su fiabilidad. Ahora queda rematar la faena contra el United para ser primero de grupo y acceder directamente a octavos de final sin pasar por la ronda previa de dieciseisavos.
Un conjunto versátil. Imanol dispuso a los suyos en otro sistema diferente al utilizado esta temporada, al regresar al 1-4-3-3 de años anteriores. El equipo tiene interiorizado jugar de diferentes maneras y esa versatilidad le hace más fuerte. Aquella leyenda de que la Real solo tenía un plan A pasó a la historia.
La intención del oriotarra al jugar con dos extremos era abrir el campo y combatir a un Omonia que defensivamente se ha mostrado más sólido en el grupo que el Sheriff. Situó a Kubo y a Navarro a pierna cambiada para que encarasen por dentro y creasen incertidumbre con sus diagonales. Así llegó, por ejemplo, la jugada del segundo gol fabricada por Navarro y bien resuelta por el infalible Brais.
Publicidad
El aspecto donde más ha mejorado la Real ha sido la fuerza con la que presiona en zonas altas y el peligro que genera después
En la primera parte Kubo también lo intentó y generó peligro al dividir el pase a sus compañeros. El japonés vale para todo, tanto para actuar arriba atacando el espacio como para iniciar la jugada fijando rivales al encararles con descaro. El plan se completó con la llegada de los interiores por los pasillos de dentro, ya que Illarramendi jugó cerca del área y Brais llegó desde atrás para hacer su gol.
Presión muy alta. El aspecto en el que más ha mejorado la Real esta temporada es la fuerza con la que presiona en zonas muy altas, que dificulta al contrario la salida del balón. Y si opta por jugar en largo porque no le queda otro remedio, como hizo el Omonia, pierde los duelos aéreos ante el dominio en esa faceta de los Le Normand, Zubeldia, Pacheco, Zubimendi, Aritz y compañía. En Nicosia, Guevara ganó esas disputas por alto a Kakoulli y, desde esa situación de ventaja, la Real no paró de enlazar acciones ofensivas.
Publicidad
Lo reseñable de este caso es que faltaban varios de los habituales en ese trabajo sin balón, pero tanto Karrikaburu como Navarro e Illarramendi se emplearon con la misma intensidad para provocar recuperaciones en zonas altas. Las tres primeras ocasiones llegaron en robos cerca del área contraria con el que pillaron al adversario a contrapié para atacarle la espalda. Sin esa actitud defensiva el partido habría sido otra historia. De hecho, cuando en el tramo final la Real se relajó algo, el Omonia llegó con peligro al área y Remiro tuvo que salvar un mano a mano ante Ansarifard clave para mantener la ventaja en el averaje general con el United.
Una plantilla preparada. La filosofía del club hace que un mínimo del 60% de los jugadores procedan del filial, lo que significa que cada año hay que hacerles un hueco para que vayan dando pasos en la élite. Y partidos como el de Chipre ayudan a eso.
Publicidad
Navarro repitió gol y asistencia después de hacerlo contra el Sheriff en Anoeta. En la primera parte le faltó confianza en dos situaciones de remate, lo que otorga más mérito a su actuación posterior porque revela fortaleza mental. Viene de hacer una gran pretemporada y, hasta el momento, está aprovechando sus oportunidades.
Pacheco ya se ha consolidado como un central más a sus 21 años, lo que confiere margen de maniobra a Imanol a la hora de manejar sus peones en la retaguardia. En calendarios tan apretados como el actual es una bendición que pueda tener ese abanico de recursos.
Publicidad
Karrikaburu sigue acumulando minutos de experiencia y aprendizaje en la posición más difícil del fútbol, aquella en la que se exige marcar diferencias. Y Turrientes, al que también le está costando asentarse en la élite, ya es uno más de la plantilla.
Sorloth sube al autobús con el equipaje y la bolsa de la comida facilitada por el club
A todos ellos se unieron en Chipre Pablo Marín, con su segunda aparición consecutiva con los mayores, el debut de Jon Magunazelaia, la presencia en defensa de Arambarri, sin olvidar de que el lesionado Sola ha ofrecido muy buenas prestaciones cuando ha jugado en estos primeros de competición.
Noticia Patrocinada
Que la Real terminase en Nicosia jugando con nueve jugadores con pasado en el Sanse, más Remiro y Brais, es una muesca más en ese camino de mantener una filosofía propia que tiene como piedra angular Zubieta. Si el equipo está aguantando el ritmo en este momento del calendario tan intenso es por la aportación de todos ellos.
Cuatro finales. Antes del parón por el Mundial, a la Real le quedan cuatro finales en once días que volverán a poner a prueba la resiliencia del equipo. Betis, United, Valencia y un Sevilla que parece resucitar de la mano de Sampaoli son rivales de cuidado, pero a su vez son compromisos ilusionantes para saber qué se puede esperar esta temporada.
Publicidad
Además de salir de forma exitosa la visita a Chipre en lo numérico, Imanol pudo dosificar a sus hombres pensando en los próximos compromisos y, en concreto, en el encuentro de mañana frente al Betis. El técnico tendrá descansados a Gorosabel, Le Normand, Zubimendi y Carlos Fernández, que apuntan a ser titulares. Merino, Brais y Kubo solo jugaron un tiempo y Rico pudo descansar los últimos veinte minutos. Falta por saber si será de la partida Sorloth, aquejado esta semana de un proceso gripal, y que parece que evoluciona de forma favorable. Si Carlos Fernández no jugó en Chipre es porque hay dudas sobre el concurso del noruego mañana, pero como no hay mal que por bien no venga, estos dos partidos que se ha perdido le permitirán aligerar algo la carga de partidos que llevaba encima.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión