El plan A de la Real Sociedad no es suficiente
La Real somete al Barça durante gran parte del partido, pero acaba exhausta, sin respuestas desde el banquillo, y acaba claudicando de manera dolorosa
Un partido para enmarcar hasta que se acabaron las fuerzas. La Real Sociedad perdió porque terminó exhausta el encuentro. Hizo méritos más que suficientes como ... para haberse llevado la victoria, pero no aprovechó las numerosas ocasiones que generó y lo pagó.
El resultado explica una parte minúscula del choque de ayer, pero ni mucho menos es representativo de lo que sucedió en gran parte del encuentro. Pero el fútbol es así. El sufrimiento de Xavi en el banquillo al verse superado totalmente por el plan A de Imanol concluyó con un gol sobre la bocina de Araujo.
La Real nos está acostumbrando a inicios relámpagos y ayer volvió a dar una demostración de ello. Recordó el comienzo del día del Inter. Si los realistas no se adelantaron como en aquella ocasión fue porque esta vez estaba Ter Stegen bajo palos. La mano que le sacó a Barrenetxea a los 30 segundos de juego y varias intervenciones más antes de llegar a los primeros 10 minutos de partido dieron fe de ello.
Xavi estiró mucho a su equipo en salida con tan solo 3 hombres atrás y hasta 4 en línea ofensiva
Imanol pudo alinear a su once de gala en estos momentos, mientras que Xavi volvió a repetir el esquema que puso en liza la semana pasada frente al Real Madrid con tres centrales (Araujo, Koundé e Iñigo), dos carrileros (Cancelo y Balde), dos centrocampistas (Gündogan y Gavi) y otros tantos atacantes (Joao Félix y Lewandowski).
Fue de todas formas un equipo muy líquido el catalán, porque se posicionaba en el campo de diferente manera en función del balón. En salida se configuraba en un 1-3-3-4, adelantando a Balde a la altura de los centrocampistas (Gündogan y Gavi) y todavía estirando más a Cancelo para presentarse de extremo derecho en una misma línea junto a Fermín, Lewandowski y Joao Félix.
Iñigo y Ter Stegen se encargaron de buscar el juego directo con los de arriba debido a la asfixiante presión de la Real, que incordió y cerró en todo momento la posibilidad de asociación con Gündogan, el ancla culé en construcción.
El Barça vivió muy incómodo a la hora de salir jugando desde atrás por culpa del acoso de Oyarzabal, Kubo, Merino, Barrenetxea y Brais. Sin la posibilidad de poder conectar con el alemán por dentro, el conjunto azulgrana se mostró como un equipo muy largo, muy expuesto en caso de pérdida. La Real consiguió robar cuando los catalanes intentaron salir en corto, pero no tuvieron acierto a la hora de finalizar la jugada.
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Los blanquiazules tampoco se quedaron atrás a la hora de mandar hombres arriba en iniciación. Ante la presión culé, Merino ganó metros para incrustarse en otra línea de cuatro arriba para dar opción al pase en largo. Remiro, como Ter Stegen en la otra portería, se encargó de desplazar con precisión la pelota en virtud de lo que pedía el juego.
Como en Lisboa
La Real consiguió escapar de manera más aliviada de la jaula que propuso Xavi y encontró fácil a Kubo, la pieza que hacía prender la mecha en ataque. El japonés volvió a dar otro recital por la derecha con algunas acciones individuales maradonianas como en Lisboa. Y como sucedió ante el Benfica, sus recepciones por derecha abrieron la opción de encontrar en el costado opuesto a Barrenetxea, siempre solo, siempre bien abierto a la banda izquierda, para encarar con metros a Araujo.
La segunda parte fue un calco de la primera, hasta que las fuerzas comenzaron a decaer. El banquillo no aportó la frescura suficiente como para sostener el nivel del once titular y la Real lo pagó. Xavi renovó totalmente su ataque a la hora de juego con Raphinha, Ferran, Yamal y Pedri y el Barça fue decantando la balanza a su lado más por piernas que por talento.
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