La Real Sociedad, sin gol en el momento clave del curso
El equipo txuri-urdin no ha marcado en seis de los ocho últimos partidos porque su juego con balón se ha resentido y le ha costado combatir repliegues intensivos
Todas las miradas en Roma se dirigieron a los dos errores defensivos que costaron la derrota en el Estadio Olímpico. En el primer gol ... se encadenaron los desaciertos y en el segundo fue la incapacidad para neutralizar un córner lo que acabó noqueando a un equipo que, por lo demás, no jugó un partido como para perder por dos goles de diferencia.
Pero, más allá de esa realidad, quedó en segundo plano la impotencia de la Real Sociedad para perforar el marco contrario, algo que es la sexta vez que ocurre en los ocho últimos partidos, un dato desalentador cuando hay que remontar dos goles al equipo que mejor defiende de Europa y tratar de enderezar el rumbo en la Liga para sostener el pulso en la lucha por las cuatro primeras posiciones. Vamos a ver qué ha pasado en este último mes y medio para que la producción ofensiva haya bajado de forma tan alarmante.
Problemas en posicional. En varios de estos encuentros, la Real Sociedad ha tenido que combatir situaciones de bloque medio-bajo del contrario porque el marcador no le favorecía. Ocurrió contra el Valladolid y Cádiz en Anoeta y frente al Valencia y la Roma fuera de casa. Y ahí las oportunidades ante la portería rival escasearon.
La vuelta de Oyarzabal, Cho, Carlos Fernández y Barrenetxea debe echar una mano en ataque a Kubo y Sorloth
El día del Valladolid es cierto que Alexander Sorloth tuvo un remate al poste que pudo poner a la Real por delante antes del descanso, pero en la segunda parte hubo más aproximaciones que peligro real concreto. Contra el Valencia, la última llegada fue un disparo de Rico desde lejos en el minuto 52 y frente al Cádiz, más allá del arreón final con dos jugadas de Cho por la izquierda, tampoco se puso en excesivos problemas a Ledesma.
La Roma se adelantó pronto en el marcador y eso reforzó su estilo de juego: esperar atrás para golpear a la contra. Con todo, la Real generó cuatro llegadas con peligro, lo que teniendo en cuenta la capacidad defensiva del rival, tiene cierto mérito e indica que la situación está mejorando. Kubo estrelló un balón en el poste, provocó que Smalling casi marcase en propia meta al despejar en posición forzada un centro suyo envenenado, Rico obligó a Rui Patricio a lucirse en un disparo desde fuera de área y Merino la tuvo delante del portero tras un genial pase de Brais. En esta ocasión faltó acierto porque, como mínimo, fabricó situaciones para no volver de vacío de Roma.
Para mejorar ese ataque posicional tienen que dar también un paso adelante los centrales en iniciación porque el jueves tanto a Zubeldia como a Le Normand les costó un mundo filtrar balones por dentro, algo que hicieron bastante mejor los laterales.
Ausencia de Silva y Merino. La baja de Silva durante un mes se ha notado porque es un jugador imprescindible para combatir repliegues intensivos y lubricar el juego interior. No es casualidad que las prestaciones de sus socios más cercanos, Brais y Kubo, hayan bajado notablemente en su ausencia. Ahora que ha vuelto es de esperar que su magia favorezca la recuperación del resto.
En el Olímpico fue de los pocos que generó algo de incertidumbre para agrietar por dentro el entramado defensivo dispuesto por Mourinho. No favoreció que el árbitro no castigara con tarjeta amarilla algunas de las faltas que le hicieron, porque ello dio carta de libertad a los defensores rivales para seguir castigándole durante todo el partido.
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La baja de Mikel Merino también ha sido importante porque es un jugador que estira bien al equipo por el pasillo interior izquierdo jugando a pie natural como en esa ocasión que tuvo en el minuto 82 en el Olímpico para haber empatado. Atacar desde segunda línea ante un rival replegado es un buen recurso que la Real no ha podido utilizar por su ausencia.
Pinchazo de Sorloth. El noruego ha desaparecido del mapa en el momento clave de la temporada. Los problemas en la rodilla frenaron la excelente trayectoria que traía hasta enero y ahora no se sabe si es que aún tiene molestias o que como lo ha jugado todo está reventado. El caso es que desde el remate al poste del Valladolid, hace un mes, no ha levantado cabeza más allá de aquel gol que le dio hecho Oyarzabal en la visita a Cornellá.
Lo más preocupante no es que tenga la pólvora mojada, es que no ha cogido siquiera la escopeta, porque se ha ido de muchos partidos sin encontrar situaciones de remate: Roma, Celta, la media hora ante el Cádiz... Contra el Valencia, por lo menos, remató forzado y desviado un balón antes del descanso.
Además, el poderío físico que antes le permitía ganar duelos y sujetar balón en zonas altas ha desaparecido y se le ve perdedor en las disputas. Mancini le ganó los dos primeros duelos del partido y ya no se recuperó. Urge que vuelva cuanto antes porque con Sadiq lesionado para toda la temporada es el principal referente ofensivo de la plantilla.
¿Qué pasa con los delanteros? También deben aportar más el resto de atacantes. Carlos Fernández no ha marcado un gol en casi dos años, pero ante el Cádiz ofreció buenas sensaciones. Tiene que romper más pronto que tarde el maleficio y Mallorca podría ser una buena oportunidad.
El regreso de Mohamed-Ali Cho también debe traducirse en una mayor profundidad por su potencia y capacidad en el uno contra uno. Ha estado prácticamente inédito durante cinco meses y se le ha echado en falta. Los minutos que ha jugado ante el Cádiz y la Roma han sido prometedores, generando situaciones interesantes por la izquierda que se tradujeron en balones al área, pero tiene que ir a más porque con eso no basta.
Luego está el caso de Ander Barrenetxea, que una vez recuperado de su lesión apareció para jugar de lateral, pero no en posiciones ofensivas. Fue sustituido en el descanso de Mestalla y los dos últimos partidos y medio se los ha pasado en el banquillo. También Robert Navarro ha desaparecido del mapa a partir de febrero cuando no venía haciéndolo nada mal.
Oyarzabal, por su parte, ha marcado dos goles y dado una asistencias desde su vuelta. Superar una lesión tan grave y recuperar el nivel de antes cuesta su tiempo, pero está en el buen camino y tiene que ser un refuerzo importante para estos meses. Lo que debe hacer Imanol es poner en claro sus ideas para aprovechar los recursos que tiene arriba porque, ahora mismo, salvo Sadiq, tiene a todos los delanteros disponibles y hace falta gol.
Mejor al contragolpe. Los contextos de juego tampoco han sido favorables en una situación de mínimos por las lesiones de Merino y Silva. Hasta ahora la Real venía ganando muchos partidos a partir de golpear primero y adelantarse en el marcador. Pero cuando lo ha hecho antes el rival, le ha costado combatir esos repliegues intensivos como hemos visto en varias ocasiones.
Al contragolpe se ha encontrado más cómoda porque sigue teniendo ingredientes para generar situaciones interesantes en transiciones ofensivas. Bien a partir de recuperaciones altas o superando la presión del contrario cuando este va a buscarle arriba en zonas de iniciación realista.
Al Real Madrid le hizo muchos problemas en la segunda parte del Bernabéu abriendo a Kubo y Navarro a los extremos y proyectando a Marín desde el centro del campo. También al Barcelona le sorprendió a pesar de estar con uno menos. Al Espanyol le desbordó su presión haciendo superioridad por dentro con Illarramendi y al Celta le golpeó con una contra finalizada por Oyarzabal. Ese mismo día, y a pesar de no jugar bien, tuvo Kubo dos situaciones para haber marcado el segundo en transición, pero no colocó lo suficiente su remate final.
La recuperación de Silva contribuirá a fomentar las recuperaciones altas en campo contrario, algo de lo que había carecido el equipo en los encuentros anteriores, y aumentar las situaciones de contragolpe cuando tenga el balón en su poder. Este equipo tiene gol aunque ahora no se vea.
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