El gol no se busca, se encuentra
El nigeriano vuelve a jugar de titular diez meses después de la última vez. Asistió y dispuso de dos buenas ocasiones para marcar
Alguien tenía que marcar la diferencia. Sadiq, que no jugaba desde hacía un mes -los diez últimos minutos ante el Barcelona-, más tiempo aún había ... pasado para verle como titular en la Real, diez meses atrás ante el Conquense en Copa, volvió a figurar en un once inicial regresando provisionalmente del purgatorio. Lo hizo en Negreira, a menos de una hora de donde se pensaba que acababa el mundo.
Ayer no terminó nada. La Real superó la primera eliminatoria de Copa. Y resucitó Sadiq, cuyo rol no está nada claro en la plantilla. El nigeriano, que no ha entrado en las últimas convocatorias por decisiones puramente técnicas, no parece tener futuro en el club. Por una cuestión de mercado no se marchó en verano. Lo que ocurre es que Sergio Francisco perdió a Karrikaburu el sábado, antes había caído Óskarsson y no le quedó otro remedio que alinear a Sadiq por la escasez de delanteros disponibles.
Sadiq saltó al campo sin importarle demasiado su situación. Con su habitual andar despreocupado y el pantalón ligeramente caído, enseguida trató de conectarse al juego y no le costó marcar las diferencias gracias a su larga zancada. En Negreira le esperaban desde hacía días. Brais López y Senín, los centrales locales, ya sabían que tenían que enfrentarse a sus 192 centímetros de altura.
A los diez minutos dispuso de su primera ocasión. La más clara que podía tener, tras cazar un rechace a la altura del área pequeña. Con el guardameta batido prácticamente, mandó el balón al larguero con el pie izquierdo. Era gol o gol, pero la pelota se marchó fuera.
Si alguien pensaba que Sadiq se iba a rendir tras fallar semejante ocasión estaba equivocado. Un minuto después volvió a gozar de otra oportunidad, también con la izquierda, pero esta vez su chut desde la frontal del área grande fue detenido por el meta gallego. Sadiq, contra el mundo.
Detalles técnicos
A la tercera, en vez de tirar, decidió por pasar el balón y entonces sí llegó el gol. Cogió una pelota en profundidad de Aritz, ganó la línea de fondo, levantó la cabeza y dio el pase atrás a Goti para que este finalizara a placer. La jugada del nigeriano fue impecable, de pura potencia, no le importó chocar con la valla que delimitaba el terreno de juego con la grada para poder asistir a su compañero con brillantez.
Hubo más. Pasado el primer cuarto de hora de encuentro descargó con la espuela de cara a Goti para iniciar un contraataque que acabó finalizando él mismo. En boca de gol, con todo a favor nuevamente, el cuero se le quedó ligeramente atrás y su remate defectuoso no llegó a cruzar la línea de gol.
Sadiq buscó su tanto con insistencia. No lo dejó de intentar, pero el gol no se busca, se encuentra y punto. Que pregunte a Goti, Zakharyan o Turrientes. No era noche para grandes celebraciones, la diferencia entre ambos equipos era total, pero el nigeriano hubiera agradecido una alegría tonta como lo era una diana ante el Negreira.
Se retiró del campo cabizbajo a los 77 minutos para dejar su lugar al delantero centro titular del equipo. No estuvo acertado de cara a portería, pero fue el realista más destacado, sobre todo en esa primera mitad de juego plomizo por parte de los guipuzcoanos. Otra cosa será que su actuación haya convencido a Sergio de cara a lo que viene.
Sadiq volvió a jugar y volvió mostrarse como es. Un jugador capaz de lo mejor, pero también de fallar ocasiones para empujar tal y como se comprobó en Negreira.
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