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Zubimendi, con los brazos en jarra tras el tanto del Valencia junto a Brais y Aguerd.

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Zubimendi, con los brazos en jarra tras el tanto del Valencia junto a Brais y Aguerd. ACERO
La Crónica

La fiesta empieza con disgusto

Una desordenada y floja Real cae ante el Valencia, que aprovechó un fallo defensivo antes de la Izada

Beñat Barreto

San Sebastián

Lunes, 20 de enero 2025, 01:00

La fiesta comenzó con disgusto en Mestalla. Desde que la Real superó al Rayo, y más con el Valencia que llevaba dos meses sin ganar en Liga, todos los ingredientes invitaban a pensar que no iba a ser el día. La defensa de cinco propuesta por Imanol generaba sudores fríos. Festak pidió que no se tocara en la Consti 'Caballería de Gallos', algo que sí entonó el equipo en una plaza siempre complicada. La banda la pusieron los ches. El caos y el desorden venían de San Sebastián. Al primer redoble de tambores, los realistas rompieron todos los palillos. No había recambio. Imposible tocar con cierto criterio antes de la Izada.

Necesita la Real piernas frescas si quiere aguantar el ritmo infernal de partidos que debe afrontar las próximas semanas e Imanol cambió de sistema para regresar, después de mucho tiempo, a la defensa de tres con dos carrileros. Para el recuerdo aquel gran partido con ese sistema en el Wanda, pero en aquel entonces los que estaban en punta eran Sorloth e Isak. Palabras mayores y nada que ver con Óskarsson y Becker. En qué estrella estarán, que cantaría Nena Daconte.

No estuvo cómodo el equipo en el primer acto, desdibujado, mal colocado, impreciso con balón y despistados en las marcas. Nada tiene que ver aquel Valencia que deambuló en Anoeta con este de Corberán, pero ni mucho menos es el Barcelona de Guardiola para que la Real diera una imagen tan pobre en Mestalla. Sin echar cohetes, en todo caso, es un conjunto mejor trabajado. Corberán detectó que el partido estaba a la espalda de Javi López, que sigue sin hacerse a la Real y de momento sale a deber. Un centro de Guerra por ese costado terminó en la cabeza de López. Remató como debía, picándola abajo, pero no encontró portería. Primer aviso claro, pero lo peor es que Imanol no supo arreglar ese embrollo detrás de López y a la espalda de Pacheco.

Desajuste

Duro marcó el primero solo en el segundo palo con seis realistas dentro del área mal colocados

Si la Real concedió una clara, el Valencia no iba a ser menos. Por eso era el colista de la Liga. Aritz lanzó a la perfección a Becker, que ganó el duelo y puso un pase perfecto a Óskarsson. Decepcionantes semanas del islandés de cara a puerta. Ante el Valencia en la primera vuelta se estrenó como goleador, pero poco ha mejorado en ese aspecto desde entonces. Pudiendo controlar remató de primeras con la derecha. No hizo ni portería en una acción imperdonable en la que al menos Mamardashvili debió demostrar lo bueno que es.

El Valencia perdonó una, dos no. Esta vez Sergio y Zubimendi se sumaron al descontrol defensivo y Foulquier pisó el pasillo central para chutar cruzado, con la mala suerte de que Duro apareció solo en el segundo palo. La Real ganó así una Liga con Gorriz y Zamora como héroes. Elustondo corrigió a Zubeldia cuando era él quien debía ocupar ese espacio. Aldanondo estaría desesperado en el tablado de Mestalla. Desastre absoluto porque el 1-0 llegó cuando el equipo se estaba haciendo al partido e iba para arriba en medio del caos. Un pinball txuri-urdin en el que intervinieron Aguerd, Pacheco, Sergio y Aritz fue el único acercamiento de peligro antes del descanso. El baztandarra tenía que rematar de primeras. No confió en sus posibilidades, como otras tantas veces.

Demasiado centro

La segunda mitad no fue mucho mejor pese a que Imanol puso algo de orden. Cada uno en su sitio que dan las doce. El oriotarra regresó al 1-4-3-3 dando entrada a un Olasagasti que no desentona nunca. El donostiarra entendió lo que requería el partido y la Real mejoró durante quince minutos, insuficiente para traerse algo positivo de Valencia. Brais tuvo un remate cruzado tras un gran pase de Olasagasti, pero Mamardashvili podía estar ya en el Liverpool.

Inoperante

Óskarsson no hizo ni portería en la única ocasión clara de una Real cansada y sin ideas

El Valencia bajó las pulsaciones, embarró el juego, perdió tiempo y la Real cayó en la trampa. Dio la sensación de que se llega a jugar hasta la Arriada y el equipo tampoco hubiese marcado ante un equipo che bien plantado sobre el tapete. Es más, Remiro se hizo grande para negarle el segundo a Duro, que es tan bueno como teatrero. Era el minuto 70, pero no se generó peligro hasta la última de Kubo, que no se puede contar ni como ocasión. Mascletá de malas sensaciones. Por lo menos siempre nos quedará Donostia.

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