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La Real Sociedad está hoy de celebración. Puso este jueves por la noche la rúbrica a su quinta clasificación consecutiva para disputar competición europea. La victoria contra el Valencia no hace más que reforzar la señalización del camino. En la institución txuri-urdin el concepto de triunfo no tiene tanto que ver con el resultado como con el rumbo. Éxito equivale a dirección. La Real avanza firme, salvando contingencias propias –lesiones y rendimientos individuales por debajo de lo esperado– y superando la inherente competencia de la élite. De nuevo en Europa. Como el año pasado, y el anterior, y el anterior... Como quieren –siempre– Valencia y Villarreal. Como anhela año tras año un Sevilla que no acierta con la tecla: la dirección, el rumbo.
Dos partidos antes de que finalice la temporada, la plantilla de Imanol certifica un logro histórico. Ninguna generación realista había conseguido antes tal nivel de consolidación por encima del umbral europeo, ese que mide objetivamente el potencial de un proyecto para codearse con la aristocracia del fútbol. Era el reto. El afianzamiento.
Los exprimidos Remiro, Le Normand, Merino y Oyarzabal llevan semanas constatando sobre el césped la máxima de que lo más difícil no es llegar sino mantenerse. Lo confirmó el sudor frío de Zubeldia este jueves en el palco. Lo comparten Aritz Elustondo y Ander Barrenetxea. Todos ellos pusieron el listón allí arriba en la campaña 19/20, guiados por un patrón que, alineado con la directiva, lanzó una advertencia: nada de complacencias, ahora de ahí hacia arriba. Y todos a remar con la misma enfilación.
Pudo sonar fantasioso. Lo es. Y ahí radica el único 'debe' achacable al club: normalizar lo extraordinario, tal y como verbalizó Jagoba Arrasate con la perspectiva que aportan 100 kilómetros de distancia, unos cuantos años en la máxima exigencia y dos dedos de frente. El fortalecimiento de aquel proyecto ha sido la constante, relegando de manera muy guipuzcoana el halago a un segundo plano. Poco importó a las 25.067 almas congregadas este jueves en el Reale Arena. Ellos personificaron la euforia que corresponde a este glorioso lustro.
La quinta clasificación europea de la Real ha revelado asimismo la capacidad de superación de este grupo y la fiabilidad de unos valores que emanan de una forma de hacer: la de Zubieta, la de Mitxel Badiola, la de una estructura levantada a base de pasión, conocimiento, ambición y humildad. ¿Cómo si no volver a lograr el objetivo sin un '9' con números de '9'?
El equipo volverá a competir en Europa la próxima temporada. Queda ahora pelear por el peldaño continental de mayor prestigio. Con la Conference garantizada, la Europa League aparece en el horizonte como próxima meta. El Betis refrendó este jueves el grado de dificultad de entraña cada paso en esta liga y empató contra el Las Palmas. El domingo espera en el Villamarín un duelo con tintes más bélicos que épicos, con organismos al límite en el tercer duelo de la semana. Vale el empate. No obstante, lo que trasciende es el rumbo. Y está marcado. Europa y más allá.
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