Un desenlace que se repite demasiado

El gol de Araujo en el descuento no es un caso aislado esta temporada. Una semana antes Bebé también anotó en el tiempo de prolongación privando a los guipuzcoanos de la victoria en Vallecas. Pero hay más. El cuadro txuri-urdin ha encajado siete tantos en los últimos cinco minutos y descuentos de los partidos en los tres meses que llevamos de curso. Esto le ha costado ya dejar de sumar ocho puntos entre Liga y Champions League. Es más, esos siete goles postreros suponen el 43,75% del total encajado hasta el momento. Un porcentaje considerable que evidencia la vulnerabilidad que está demostrando el equipo en los finales de partido.

Mingueza aplaza la primera victoria. El Celta fue el primer equipo en aguar la fiesta en el descuento a la Real en el presente curso. El conjunto vigués llegó al Reale Arena en la segunda jornada liguera y consiguió arañar un punto en una de las últimas jugadas del choque. Mingueza aprovechó un barullo en el área en el minuto 94 tras un saque de esquina para neutralizar el tanto de Barrenetxea en la primera mitad. Remiro terminó aquel encuentro acumulando intervenciones de gran mérito en los minutos finales, pero no pudo hacer nada ante el remate a bocajarro del defensor celeste.

Bryan golpea en el festival. El segundo tanto recibido más allá del minuto 90 tuvo lugar de nuevo en Anoeta, esta vez ante el Granada. Bryan Zaragoza redujo distancias para los andaluces en medio de la goleada que le estaba infligiendo la escuadra de Imanol. El tanto del malagueño no alteró el resultado final, pero volvió a poner de manifiesto la debilidad de los realistas en el tramo final de un encuentro.

Lautaro enfría el ambiente. Los realistas arrancaron su andadura en la Champions League con un inicio de partido arrollador ante el Inter. Brais Méndez adelantó a los locales a los 4 minutos de juego, pero Barrenetxea ya se había topado con el poste antes incluso del gol del gallego. La Real estaba sometiendo al conjunto italiano hasta que las fuerzas comenzaron a flojear a partir del 70. El tanto de Lautaro en el 87 enfrió los ánimos en Anoeta, que incluso temió ver a su equipo derrotado en los últimos compases del encuentro.

Latasa mete miedo. Días más tarde la escuadra blanquiazul volvió a sufrir un tanto postrero en el Reale Arena. En esta ocasión fue el jugador del Getafe Latasa quien cabeceó un balón a las redes en el 92 que metió el miedo en el cuerpo a los realzales ya que significaba el 4-3 en el luminoso. Como sucedió ante el Granada, el tanto del cuadro madrileño no alteró el signo de la quiniela, pero volvió a poner en evidencia las prestaciones de los realistas en los minutos finales.

El penalti de Griezmann. Mayores consecuencias tuvo el polémico penalti transformado por Griezmann en el Metropolitano cuando el reloj del árbitro Munuera Montero marcaba el minuto 89. Hasta ese momento el choque transcurría con empate a uno en el marcador y la Real había acumulado méritos suficientes como para haber inclinado la balanza a su favor. Sin embargo, un despiste defensivo dejó sin premio a los guipuzcoanos.

Bebé, desde la distancia. La Real dejó escapar nuevamente en Madrid un valioso botín de puntos en su visita al Rayo Vallecano. Un doblete de Oyarzabal posibilitó la remontada tras el tanto inicial de Mumin, pero un disparo desde fuera del área de Bebé en el minuto 91 evitó la victoria que había trabajado hasta ese momento el cuadro txuri-urdin. Antes de que se produjera el tanto del jugador portugués del Rayo, Camello dispuso de una ocasión de oro que Remiro salvó de forma brillante. Supuso un mazazo para los realistas, que ya saboreaban los tres puntos.

Araújo, el último villano. Por último regresamos al reciente gol de Araújo para darle el triunfo al Barcelona el sábado en Anoeta. El uruguayo anotó en el 92 tras una asistencia de Gündogan, pero minutos antes Gavi tuvo una oportunidad de oro que salvó Remiro de manera providencial. Incluso Ferrán contó con varios disparos desde la frontal del área como para haber adelantado a los visitantes previamente. La Real superó al Barça en la mayor parte del encuentro, pero se vino abajo en los minutos finales. El esfuerzo físico, los cambios, el fondo de armario del rival... Mismos argumentos para justificar un desenlace que se repite demasiado.